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Las puertas del balcón están abiertas, las cortinas traslúcidas flamean. Suena la melodía de una caja musical. Huele a jazmín. Jimin gira sobre la punta de su pie con gracia, la luz del Sol brilla en su rostro. Jungkook lo mira con ojos encantados. Jimin para de girar, contrae sus extremidades y luego las abre como el pimpollo de una rosa. Da un salto extendiendo sus piernas y cae casi sin hacer ruido. Hace un último e hipnótico movimiento de brazos. Mira a Jungkook en elegante posición. La caja musical para de sonar por unos segundos, los engranajes siguen girando. Jimin, sonriente, camina hacia Jungkook. Se acerca a él y posa una mano en su pecho. Empieza a retroceder lentamente, Jungkook lo sigue. La caja musical vuelve a sonar. Jimin corre entre risas alrededor de los maniquíes, Jungkook lo persigue divertido. Manotea a punto de alcanzarlo pero Jimin lo esquiva, hasta que Jungkook lo atrapa contra la pared. Quedan frente a frente, Jungkook lo levanta entre sus brazos, Jimin ríe a carcajadas mientras giran en círculos. Jungkook lo baja. Jimin apoya las puntas de sus pies en el suelo, abrazado a la espalda de Jungkook. Se miran. Sus labios se acercan. Jungkook cierra los ojos.


Cuando Jungkook abrió los ojos, fue encandilado por la luz de la mañana. Estaba en su cama, con los cabellos desordenados y lagañas en sus lagrimales. Entendió que todo había sido un sueño. Estampó su cara contra la almohada, frustrado. Soltó un quejido con voz ronca, sacudió sus piernas. Volvió a levantar su rostro. Suspiró. De mala gana, se sentó en la cama. Estiró sus brazos hacia arriba y largó un prolongado bostezo. Sorbió su nariz y se levantó. 

Miró la hora en el reloj, era temprano pero ya no se iba a poder volver a dormir. Se vistió con un par de pantalones y su camisa favorita. Fue a la puerta detrás de su escritorio, donde estaba la pequeña cocina. Tomó un bollón de café y otro de azúcar y empezó a prepararse el desayuno. Batía el café con una cuchara mientras el agua hervía. Cuando todo estuvo listo, fue a sentarse al escritorio con su taza.
Dejó la taza en el escritorio, relamió sus labios. Tomó el block de bocetos y lo abrió. Empezó por los más antiguos, los analizaba entre sorbo y sorbo de café. No eran malos. Pasaba las páginas de papel de buen gramaje, deslizaba la punta de su dedo por el relieve de la hoja. Todos eran diseños que ya estaban confeccionados, la fecha de los dibujos era de dos años atrás. Suspiró, miró hacia el baúl de una esquina, un pensamiento recorrió su mente.
Se puso de pie y caminó hasta el cofre de madera. Se arrodilló en el suelo y abrió la tapa con una mano. Sacó un sobre de arpillera metió la mano y desenvolvió un vestido azul doblado en forma de cuadrado. Se puso de pie y dejó que la tela cayera. Se llevó un dedo a la boca. Caminó con el vestido hasta su escritorio. Lo extendió sobre la madera y se dedicó a observarlo.

No tardó en ponerse manos a la obra. Recortó y cosió. Agregó y retiró retazos de tela. Renovó el vestido por completo, poniéndole encaje en la parte superior y haciéndole un corte que permitiera lucir la pierna, convirtiéndolo en un exquisito vestido de noche. Como último toque, planchó la pieza.

Se dirigió a la planta baja con el vestido en sus manos. Se colgó el vestido al hombro para que sus manos quedaran libres. Caminó hasta un maniquí cubierto contra la vidriera, retiró la tela blanca. Voló polvo que lo hizo entrecerrar los ojos. Se recuperó y vistió al maniquí. Lo acomodó para que se viera mejor de afuera. Salió por la puerta y se dedicó a mirar hasta que una voz le llamó la atención.

—¿Jungkook? —habló Clarice, extrañada.

El chico miró en su dirección y le hizo una seña para que se acercara.

—¿Qué opinas? —dijo señalando el vestido con su barbilla.

Clarice miró hacia la vidriera. Una amplia sonrisa se dibujó en su rostro, chilló de emoción y dio saltitos. Jungkook rió ante su reacción. Ella se abalanzó a abrazarlo con fuerza.

Inspírame 🧵 [JiKookMin]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon