Inspírame 🧵 [JiKookMin]

❀13❀

El restaurante en el que estaban era acogedor. Las paredes eran de tabique blanco al descubierto, las mesas eran de madera rústica, los pisos de marrones baldosas opacas, plantas con verdes hojas colgaban del techo. Sobre uno de los lados estaba la barra, donde los cocineros le pasaban los pedidos a los mozos. Jungkook, Clarice, Jimin y Suan se sentaron en una mesa pegada a la ventana. 

—Que hermoso lugar —sonrió Suan.

—Con Clarice solemos venir cuando nos tomamos el día libre —contó Jungkook. Apoyó los codos en la mesa y miró hacia el frente, donde estaba sentado Jimin.

—Tiene las tres "B" —agregó Clarice—: bueno, bonito y barato.

—Gracias por traernos, de verdad —habló Jimin.

—Es un placer —respondió Jungkook, dedicándole una sonrisa.

Jimin sonrió de lado y bajó la mirada. Suan los miró a ambos con curiosidad.

Una chica con un delantal y los cabellos recogidos en un moño dejó un menú para cada uno en la mesa. Le agradecieron y los dejó solos. Todos abrieron el menú y empezaron a ojearlo.

—¿Qué les parece si pedimos un metro de pizza? —propuso Clarice— La de aceitunas es muy buena.

—Lo que ustedes pidan va a estar bien —dijo Suan, cerrando el menú.

—¿Toman cerveza? —preguntó Jungkook.

Jimin y Suan se miraron, dudosos.

—Sí —dijo Jimin al final. Suan lo miró extrañada pero no dijo nada.

Jungkook levantó la mano para llamar a la camarera. La chica se acercó a ellos con una libreta y una lapicera en las manos.

—¿Qué se les ofrece? —preguntó pronta para empezar a anotar.

—Por ahora, un metro de pizza con aceitunas y una cerveza rubia —dijo Jungkook con su elegancia natural, entregándole el menú a la chica.

Ella terminó de anotar y tomó los menús de todos.

—Enseguida —dijo antes de retirarse de la mesa.

Todo quedó en silencio. Se escuchaba las voces de las demás personas en el restaurante y de los cubiertos chocar con los platos. Suan miró a las tres personas que estaban sentadas con ella y no pudo evitar preguntar:

—¿Cómo se conocieron?

Jungkook y Jimin se miraron al instante. Empezaron a balbucear sin sentido, sin decir nada.

—Te recuerdo de la vez que viniste al orfanato, a la hora del almuerzo —volvió a hablar, directamente hacia Jungkook esta vez.

Jungkook tragó saliva, no sabía qué sería lo correcto por decir.

—Yo... bailo —confesó Jimin, dejando a Jungkook atónito. Clarice era exenta a todo lo que estaba pasando, ella no sabía que eso era un secreto, no entendía por qué era una gran declaración.

—Ya sé que bailas —dijo Suan, confundida—, siempre bailas, con la caja musical.

Jimin negó con la cabeza, nervioso. Se sentó derecho en la silla.

—Yo bailo por dinero, Suan —se explicó mejor. La miró a los ojos—, en la calle.

Suan miró a Jimin, sintiendo como todos los cabos sueltos empezaban a atarse. La camarera se acercó a ellos con los vasos y la botella de cerveza. Guardaron silencio. La chica abrió la botella con un destapador y sirvió la bebida, totalmente ajena a la tensión.