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Para cuando Jimin salió de la ducha, la comida ya estaba servida sobre el escritorio en dos tazones de cerámica. Se secó el pelo con la toalla y se sentó frente a Jungkook con una sonrisa en el rostro.

—De verdad se hicieron rápido —habló sorprendido. Jungkook rió ante sus palabras—. ¿Cómo se comen?

—Son fideos, los comes como normalmente comes los fideos.

A un lado del tazón había un tenedor y una cuchara. Jimin tomó la cuchara con su mano izquierda y el tenedor con la mano derecha. Con la cuchara, recogió una cantidad moderada de fideos. Con el tenedor hizo un nido de pasta en la cuchara. Se llevó el nido a la boca, saboreando aquella comida desconocida para él, bajo la atenta mirada de Jungkook. Abrió los ojos en sorpresa y se tapó la boca con el dorso de la mano.

—Está muy rico. ¿De qué es?

—Se supone que de pollo.

—No parece pollo —dijo extrañado.

Jungkook rió.

—Es artificial.

—¿Y no es peligroso?

Jungkook se encogió de hombros.

—No es muy saludable que digamos —Tomó los cubiertos al lado del tazón—. Yo no los como todo el tiempo, solo cuando no tengo otra opción —bebió un poco de la sopa con la cuchara.

—Y me los das a mí —bromeó Jimin, fingiendo estar ofendido.

Jungkook se tapó la boca para no escupir, risueño.

—No te va a pasar nada.

Mientras comían hablaron de diferentes comidas, de sus gustos culinarios y de diversas recetas que conocían. Jungkook aprendió que Jimin adoraba las papas al horno, bien condimentadas, y que detestaba la espinaca. Descubrieron su gusto compartido por el pastel de carne y la comida picante. 

Cuando terminaron de comer, Jungkook se levantó de la mesa para lavar la losa. Jimin se fue a la habitación.
Jungkook sacudió sus manos, despidiendo gotitas de agua y después se las secó con la tela de su pantalón. Entró al cuarto y se encontró con Jimin sentado en la cama, leyendo la contratapa de un libro que Jungkook tenía en la mesa de luz. El diseñador sonrió.

—"El guardián entre el centeno" —dijo Jungkook desde la puerta, llamando la atención de Jimin.

—¿Es bueno?

—"Me alegro de que inventaran la bomba atómica: así si necesitan voluntarios para ponerse debajo cuando la lancen, puedo presentarme el primero", Holden Caulfield —citó y rió, acercándose al ropero.

—Eso no es gracioso.

—Lo es en contexto —aseguró eligiendo su ropa para dormir.

Jimin miró el libro por unos segundos, lo dejó en la mesa de luz.

—¿Alguna vez te has sentido así?

—¿Profundamente deprimido? —preguntó de espaldas a Jimin, desabotonándose la camisa.

Jimin clavó la mirada al suelo.

—Sí.

Jungkook suspiró, pensando en su respuesta. Terminó de sacarse la camisa.

—Lo estaba cuando cerré la tienda —dijo mientras se ponía una remera suelta—. ¿Tú has estado deprimido?

—He estado en las profundidades de la desesperación —bromeó Jimin, sin levantar la mirada. Jungkook sonrió de lástima—, más veces de las que me gustaría admitir.

Inspírame 🧵 [JiKookMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora