Part. 13

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Al entrar al edificio saludé al chico de la recepción para luego entrar al elevador, presioné el número 5 y en cuestión de segundos estaba afuera de mi departamento, comencé a buscar mis llaves en mi abrigo y volví a entrar en pánico al ver que no las tenía y es que era obvio, había salido sin mi bolso y ahí estaban las benditas llaves.

Rápidamente baje a recepción para ver si es que podían ayudarme, pero al llegar y preguntar, el chico solo me dijo que no existían copias de las llaves de los departamentos y que mi única solución era llamar a un cerrajero.

Resignada solo agradecí y salí para subir a mi auto, tenía la esperanza de encontrarlas aquí, pero tampoco estaban.

Algo estresada tomé mi celular para buscar algún cerrajero que pudiera ayudarme, pero ya eran las 7 p.m. era obvio que ya nadie estaba laborando a estas horas, mientras navegaba en mi celular vi la llamada perdida del número de Jimin y una parte de mí se preguntó ¿Qué pasaría si lo llamo?

Apagué inmediatamente el teléfono me negaba a cometer esa locura, él es mi jefe, por más que pasó lo que pasó no podía tomarme esas atribuciones con él.

Pasé un rato meditándolo, no tenía dinero, así que no podía irme a un hotel, llamar a Jungkook, definitivamente no era opción, Angie, estaba de viaje con uno de sus tantos novios, dormir en el carro, era algo con lo que mi espalda no estaba de acuerdo e irme a la casa de mis padres serían 2 horas de viaje, corriendo el riesgo que mañana llegue tarde al trabajo y Diana se enoje conmigo, de nuevo.

Respire profundamente y a regañadientes presioné al botón de marcar, él celular iba sonando, una parte de mi quería que no contestara, pero la otra me decía que era mi única opción y cuando pensé que no iba a atender, escuché su voz.

- ¿aló? ¿T/n? Sí quería que me llamaras, pero no esperaba que fuera tan pronto -contestó con un tonó burlón y me dio aún más vergüenza - ¿estás ahí?

- ¡sí!... Hola... ah... Jimin perdona, en serio perdóname por molestarte de esta forma, solo que tuve un pequeño percance y eres la única persona que puede ayudarme

- sí, claro, dime que pasó ¿estás bien? – pude notar como su tono de voz había cambiado, expresando preocupación, algo que se me hizo un poco lindo

- sí, si, todo perfecto, estoy bien, solo que, bueno... salí sin pensar de mi casa y así como no saqué dinero, tampoco saqué las llaves y no tengo forma de entrar al departamento

- oh... ya entiendo

- perdona, en serio, solo que como te digo revisé posibilidades y no tengo ninguna solución en estos momentos, aparte que no sé a quién más recurrir

- no, tranquila, comprendo, le puede pasar a cualquiera, si quieres puedo pasar por ti y te puedes quedar a dormir en mi casa – aquello hizo que se encendieran las alarmas, ¿QUÉ CARAJOS ESTABA PENSANDO? No podía quedarme a solas en su casa, menos con él

- ¡no!... No Jimin en serio no es necesario, más bien lo que te quería pedir es que si... si... me podrías prestar dinero para quedarme en un hotel, en serio no quiero molestar y prometo devolvértelo cuanto antes

- T/n no eres ninguna molestia y no me sentiría tranquilo dejándote en un hotel, si no quieres venir porque crees que va a pasar algo entre nosotros, te prometo que no va a ser así, en serio déjame ayudarte – dicho eso me quedé en silencio, no sé si fue porque fui demasiado obvia o leyó mi mente, pero claramente esa era razón

- si voy... ¿me prometes que no pasará nada? -pregunté con nervios, pero después de todo era mi única opción

- lo prometo, en 10 minutos estoy ahí

- gracias

Sin decir más corté, me recliné en el asiento y me puse a pensar en lo que acaba de pasar, sin duda el universo me odia.

Tal cual pasaron los 10 minutos y Jimin se encontraba detrás de mí estacionado en su camioneta negra. Salí de mi carro, le puse el seguro y me dirigí al asiento del copiloto de la otra camioneta, tuve que respirar profundamente para abrí la puerta y subirme.

- Hola – dije ni bien entre al vehículo

- Hola, me alegra que estes bien

- gracias a ti por venir a salvarme

- cuando quieras, te dije que siempre respondería tus llamadas

- bueno... ¿nos vamos?

- sí, claro - arrancó el carro y aunque seguía estando nerviosa a la vez sentía paz – perdóname si te parece algo atrevido – comentó ganando toda mi atención – pero lo que traes puesto ¿es tu pijama? – dicho eso, me reí, por un momento pensé que iba a ser algo más incomodo

- sí, como te digo salí sin pensar en mi ropa, mi dinero y sobre todo sin mis llaves, debes pensar que soy muy distraída

- no, para nada, creo que todos tenemos nuestros 5 minutos de torpeza

- ¿me estás diciendo torpe? -pregunté indignada, pero a manera de broma

- ¡no! Es un decir, jamás te diría algo como eso

- pues ya me enojé – crucé los brazos y volteé la cara hacia la ventana y solté una leve risita para que se diera cuenta que era broma y así fue por que siguió el juego

- ¿y no hay nada que pueda hacer para que me perdones?

- nop -contesté como una nena y escuché una leve risita suya

- ¿no? Y si... ¿te compro ropa? -dicho eso volteé para verlo confundida ya que no era en nada la respuesta que esperaba

- ¿Qué dices? No, solo estaba jugando, con que me dejes dormir en tu casa hoy, es más que suficiente y nuevamente gracias por eso

- pues no estoy conforme -dijo cambiando la ruta inesperadamente

- ¡¿Qué haces?! -pregunté sorprendida

- vamos a comprarte ropa -lo dijo tan natural que me quedé en shock

- no, en serio, era una broma, no quiero que me compres ropa

- lo sé, pero quiero hacerlo, además no tienes otra cosa más que el pijama y no creo que vayas a ir así a trabajar, ¿verdad? -dicho eso, me quede pensando y es que tenía razón, no traía nada más y mañana no tendría tiempo para solucionarlo

- está bien, tienes razón, necesito algo con urgencia, ¡pero! Lo pago YO -dije con firmeza

- ¿con qué dinero? -preguntó con una risa

- buen punto, te pago lo que gastes

Él solo rio e increíblemente estábamos los dos en su camioneta yendo a comprar ropa y es que sinceramente este día había sido una locura.

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Eres Mía - Imagina con JiminKde žijí příběhy. Začni objevovat