Part. 28

1.9K 154 30
                                    

☆♤☆♡☆♤☆♡☆

Mi hora de almuerzo había llegado, estaba saliendo cuando recibí un mensaje al verlo era Jimin quien me pedía que fuera a su oficina y vigilando que nadie me estuviera observando, fui.

Al llegar, abrí la puerta sin tocar porque quería sorprenderlo, pero la sorprendida fui yo, ya que él me estaba esperando detrás de la puerta e inesperadamente me tomó de la cintura haciendo que diera una vuelta.

Al bajarme procedió y robarme un beso para luego llenar mi cara con ellos

- fueron las horas más largas de mi vida -dijo con un tono triste

- yaaa no exageres – reí ante tanto azúcar

- no estoy exagerando, las horas no pasaban en esa reunión

- ¿tan aburrida estaba? – pregunté mientras me alejaba y comenzaba a caminar hacía su escritorio

- demasiado, era como si nadie hubiera leído los contratos, solo repetían cosas que estaban impresas en el papel

- suena como el mismo infierno - dije con una risita

- y a ti ¿cómo te fue? - preguntó con interés

- no lo sé, creo que bien porque al cliente le gusto los diseños, pero me dijo que debía pensarlo y consultarlo, ojalá y me acepte – dije haciendo un puchero

- tranquila, seguro quedó fascinado con tus diseños que necesita tiempo para digerirlo -habló haciendo que riera

- no creo que sea por eso, sino por el presupuesto – dije con una carcajada y en eso llegó a mi mente algo – hablando de eso, tienes algo que ver con que Fede me haya dado las dichosas carpetas

- bueno, prometí que te ayudaría con eso, así que antes de ir a la reunión pasé por su oficina y le comenté que recientemente había estado revisando muchos e-mails con el mismo problema en varias personas

- ¿te preguntó quienes? - pregunté aterrada

- sí, pero no le dije los nombres, 3 personas no son coincidencias, le pedí que hiciera su trabajo o tendría que hablar con mi padre – dicho eso no pude evitar sonreír, al fin estábamos libres de sus chantajes

- gracias, gracias, en serio gracias, eres el mejor del mundo – dije emocionada mientras lo abrazaba

- será mejor que empecemos a comer, la comida se enfría y usted debe volver a trabajar

- está bien, ya tengo un poco de hambre

- cómo no vas a tener hambre si apenas comiste en el desayuno -dijo con reproche

- no quería llegar tarde – respondí riéndome ante su tono de voz

- ¡no más excusas, señorita! mañana te levantaré más temprano, no me gusta que comas tan poquito

- pero si mañana no vengo a trabajar – dije confundida

- dije viernes – respondió haciendo que soltase una carcajada

Ambos nos dirigimos a su escritorio para empezar a comer, era carne, no era mi favorito, pero igual sabía bien. Mientras comíamos también conversábamos, le contaba sobre mis proyectos a futuro lo cual él hacía lo mismo, me gustaba hablar con él, realmente sabe escuchar y dar buenos comentarios.

Cuando acabamos vimos que aún faltaban 20 minutos para que acabe nuestro tiempo libre y él aprovechó para pudiéramos divertirnos.

- ¿quieres jugar algo? - preguntó de repente haciendo que me sacara de onda

- ah... sí, no sé ¿qué cosa?

- yo te tapo los ojos y tu confías - habló tan serenamente que me provocó nervios

- ¡¿qué?! ¿Estás loco? - pregunté sorprendida

- loco por ti, sí... anda será divertido - suplicó y no pude negarme

- ah... está bien, solo no te aproveches - dije con una risita

- no, no, jamás - respondió igual

Dicho eso procedió a quitarse la corbata, haciendo que se me pusiera la pusiera la piel de gallina al ver lo que estaba haciendo y sí, efectivamente me estaba vendando los ojos con eso.

Una vez que ya no podía ver, escuché que marcaba alguno botones para luego tomar mi mano, lo cual hizo que empezara a caminar hasta llevarme al sofá donde me pidió que me sentara y yo obedecí.

Mi corazón empezó a acelerarse cuando sentí una de sus manos en mis muslos por debajo de mi falda y me puse más nerviosa cuando sentí como intentaba abrir mis piernas, a lo cual intenté pararlo.

- no, no Jimin, no es apropiado...- dije nerviosa

- confía en mí - habló e inesperadamente sentí un pequeño beso

- solo no te pases...

- haré que quieras que lo haga - respondió con una risita.

Y sí, damas y caballeros, es lo que sus mentes perversas están pensando.

Él procedió a quitarme la ropa interior y yo andaba muerta en nervios, no poder ver lo hacía más excitante.

Y en eso fue cuando sentí algunos besos por mis muslos haciendo que acelerara mi respiración, sentía como sus dedos se acercaban y como estaban llegando más a mi feminidad y mis jadeos no se hicieron esperar.

Al llegar, estaba muerta en excitación y fue cuando busqué su cabeza para tomarlo de las mejillas lo cual él entendió y empezó a besarme para luego comenzar a solo disfrutar del placer que me estaba otorgando con sus dedos.

Mentiría si dijera que no me moría de ganas de gemir y expresar mi gozo, pero no podía a pesar de todo debía de recordar donde estábamos y sus besos ayudaban a no hacer ruido, mientras mi espalda se arqueaba y mis piernas era apresadas por sus brazos.

Y cuando estaba a punto de llegar a mi clímax, el sonido de una alarma hizo que entrara en pánico y me asustara, lo cual Jimin se detuvo para comenzar a calmarme.

- tranquila, tranquila, es solo una alarma

- ¡¿para qué?! - grité quitándome su corbata de los ojos

- para avisarme que falta 5 minutos antes de que acabe nuestra hora libre - dicho eso me tranquilicé un poco

- ah... pudiste avisarme antes

- no quería que pensaras en eso - dijo mientras retiraba sus manos de mi cuerpo y se limpiaba con una servilleta, lo cual yo también entré en razón y procedí a colocarme la ropa interior y acomodarme el vestido

- tengo que irme, tengo otra reunión - comenté más calmada

- entiendo, estaré esperándote en el estacionamiento a la salida

- ¿por qué? Acaso quieres hacerme tuya en el carro - comenté sin ningún pudor acompañada de una risita

- no me des ideas - respondió de la misma manera seductora - te estaré esperando para hacerte mía llegando a casa

- eso ya lo veremos - comenté para luego irme de su oficina sin antes robarle un beso.

Al salir, no podía creer lo que hacía, ¿de cuándo acá era tan atrevida? Hace unos meses me moría de vergüenza de solo pensarlo.

Sin más, me dirigí a mi oficina para seguir trabajando.

*******

Eres Mía - Imagina con JiminWhere stories live. Discover now