Part. 4

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Habían pasado algunas horas y por fin pude terminar con las invitaciones a los accionistas de la empresa, las envié a Diana, mi jefa y solo faltaría su visto bueno. Mientras tanto podía relajarme y disfrutar de lo que quedaba de mi domingo, me estaba preparando una infusión cuando sonó el timbre.

Me dirigí a la puerta y vi en la pantalla que era nada más y nada menos que Jungkook, mi cuerpo se tensó al recordar mi culpa, pero el sonido del timbre tocando nuevamente hizo que despertara y abriera la puerta. Al abrirle me di cuenta que traía un ramo de rosas rojas y unos chocolates, lo miré sin expresión alguna y una parte de mí se cuestionaba si lo que había hecho estaba mal, después de todo estaba con una persona que parecía no conocerme mucho ya que detesto las rosas y no me gustan los chocolates. Lo hice pasar y no tardo en dar su discurso.

- lo siento, fui un imbécil... no puedo cancelarte y luego venir como si nada a intentar arreglar mi error, menos en un día tan importante

- entonces si lo sabes, ¿por qué lo haces?

- estaba trabajando, entiende, lo hago por los dos

- te llevo entendiendo hace más de 1 año

- T/n no vine aquí a pelear, quiero que disfrutemos un rato juntos

- está bien...

Me dio un beso que ni siquiera correspondí y dejo las rosas en la mesa, para luego tirarse en el sofá y prender la tele

- T/n tráeme un tequila

- sabes que yo no bebo eso

- ¿Cerveza?

Rodee los ojos y me dirigí al refri por su cerveza, de pasada que tomaba uno para mí y así poder soportar este rato, le entregue la botella y mientras bebía me tomó de la muñeca eh hizo que me sentara en sus piernas y comenzara a besar mi cuello, cerré los ojos y comencé a emitir leves jadeos mientras sus manos recorrían mis piernas por debajo de la falda, sin más me besó, pero sus besos no me provocaban ninguna sensación y me sentí como una mierda porque sabía que una parte de mi quería que fuera aquel desconocido. Estaba por tocar mi zona intima, pero el timbre de su celular hizo que parara y de alguna forma me sentí aliviada porque no sabía si era capaz de tener sexo con él, no después de haberle sido infiel. Atendió el teléfono y pude ver que era Suga, su jefe ¿cómo es posible que lo llame un domingo? y a esta hora, atendió la llamada, pero me retiro de sus piernas y luego se puso de pie para irse a la habitación más lejana posible, dejándome perpleja ante su conducta tan inusual, pasaron varios minutos para que volviera con una sonrisa en el rostro.

- ¿quién era? -pregunté haciéndome la tonta

- era Suga, me pidió que le haga un favor

- ¿cuál?

- que le llevara unos papeles que dejo en la oficina

- es domingo, él no tiene por qué pedirte esa clase de favores

- T/n... -dijo tomando mis manos -todo lo que hago es por los dos y nuestro futuro, quiero darte una vida sin preocupaciones, llena de amor y si tengo que trabajar más de la cuenta lo voy a hacer por ti, así que no te enojes si te dejo sola, sabes lo mucho que te amo -terminó para darme un beso en la frente -nos vemos otro día ¿sí?

- sí, no te preocupes, sé que todo lo que haces es por nosotros

- me alegro mucho que lo entiendas, ahora debo irme, cuídate

Sin más salió de la casa, dejándome pensante ante sus palabras, por un lado, me sentía culpable por haberle sido infiel, pero a la vez me sentía tan llena de vida como si aquel misterioso hombre hubiera despertado algo en mí. Decidida continué con mi noche, no valía la pena atormentarme solo por un error.

Había llegado el martes y por alguna razon me sentía muy ansiosa, bueno sabía la razón, pero no quería aceptarla, las palabras de Angie rondaban una y otra vez en mi cabeza "puedes encontrarlo los martes y sábados" ¿en serio quería volverlo a ver?, cerré los ojos y tome un gran suspiro para dejar de pensar en él y en eso el tono de mi teléfono sonó haciendo que me enfocara en él y me di cuenta que era Jungkook

- ¿sí?

- T/n, sé que te prometí que hoy comeríamos juntos, pero surgió algo así que no podré llegar

- ¿qué pasó?

- ya sabes, trabajo extra... bueno tengo que colgar, no olvides que te amo, cuídate

Colgó sin dejarme oportunidad para despedirme, me quedé sin expresión alguna, hoy había pensado en tener un almuerzo agradable a su lado y tratar de olvidar mi error, pero nuevamente su trabajo es más importante que nuestra relación. Estaba a punto de levantarme de la cama cuando Diana, mi jefa, llamó.

- ¿T/n?

- Buen día señorita Diana... ¿en qué puedo ayudarla?

- ayer no tuve oportunidad de revisar el diseño de las invitaciones, las acabo de ver y realmente hiciste un gran trabajo

- muchas gracias, me alegra escuchar eso

- lo acabo de mandar a impresión, necesito que mañana estes a primera hora para que veas que todo está en orden y que el repartidor pueda entregarlas ¿entendido?

- sí, claro no se preocupe, ahí estaré

- bueno entonces eso es todo por hoy, tienes el resto del día libre

- muchas gracias señorita, hasta pronto

- de nada, cuídate

Colgó y eso alegró un poco mi día, que te feliciten por tu trabajo alegra a cualquiera, por fin me levanté de la cama y entre al baño para tomar un ducha, al terminar me cambié y salí a recorrer las calles en busca de cualquier restaurante. Pasado 20 minutos di con un pequeño local muy elegante y decidí entrar, tomaron mi orden y no pasó mucho para que me traigan la comida, que por cierto estaba realmente deliciosa. Cuando acabé me acerqué al mostrador y una señora mayor estaba con gran sonrisa y no pude evitar dar mi comentario.

- muchas gracias por la comida, realmente me a encantado

- muchas gracias a ti por darnos la oportunidad, esperamos verte pronto -respondió muy amable y no pude evitar sonreír

Salí del establecimiento y volví a casa para adelantar trabajo y no tener los próximos días tan llenos. Estuve así más de 6 horas y al darme cuenta ya era de noche y mi ansiedad se había triplicado, estaba parada frente a mi closet analizando si realmente era buena idea ponerme ese vestido rojo e ir a aquel bar. Me sentía sola y tan ignorada por mi supuesto novio, qué más da si rompo las reglas de todas formas a él no le va a importar.

Decidida me puse la lencería más sexy y provocativa que tenía y aquel vestido que acentuaba mi cintura, me puse un poco de loción y un gran abrigo negro para cubrirme. Salí de mi casa y el taxi que pedí ya me estaba esperando, fue cuestión de tan solo 20 minutos para llegar a aquel bar, pagué y luego salí del auto, tragué saliva y acepté lo que estaba a punto de hacer

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Eres Mía - Imagina con JiminHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin