🩸⛓️𝓒𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 22⛓️🩸

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No fui yo fue el Alcohol•

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No se si lista es la palabra correcta para mi primera fiesta en este lugar.

Alison no estuviste en una fiesta en tu vida, sin contar las típicas de cumpleaños.

Me encontraba Sarah y yo en el Uber de camino a la parcela de no sé quién, diría que ni tampoco me importa pero sería una mentira.

-Sarah, voy exagerada. -me niega sonriendo.

-Vas perfecta, hazme caso, yo sé mucho de esto, por cierto, ten cuidado donde dejas tus cosas por que si dejas móvil en cualquier sitio adiós móvil. -asentí imaginándome el ambiente.

-Me quedó claro. -reí.

Sarah dedicó como dos horas arreglándome, llevo puesto un vestido blanco de tela seda ajustado a mis caderas, que tiene unos cordones laterales que lo hacen más corto o mas largo y ella dedicó todo su tiempo en encogerlo a tope, excusándose con que tengo que lucir mis muslos, bajo el vestido unas medias de rejilla negras con piedras que simulan diamantes, me prestó una chaqueta de cuero por el frío que le da un toque al outfit, me maquillo algo casual, hermoso pero nada cargado y el peinado, tengo medio recogido en una coleta y la mitad de atrás suelto con perfectas ondas líjelas y para completar el outfit me puse una converse blancas.

Si mi madre me viese se pondría la mar de feliz y no por ir a una fiesta precisamente, sino por el resultado de Sarah.

Sarah tampoco se quedó atrás, se puso un vestido rojo ajustado dejando al descubierto un tatuaje en el centro de la espalda que no sabía que tenía, y trata de un atrapa sueños bastante hermosos, se puso medias negras transparentes, unas botas negras de cuero, el peinado hizo el mismo que yo solo que ella le quedó con sus perfectos rizos naranjas, el maquillaje lo hizo nada casual, pintalabios rojo burdeos, delineado grueso...pero todo le queda hermoso.

Agarré mi celular para ver la hora y ya son las diez y media.

-¿Queda mucho? Si que esta bastante lejos. -en ese mismo instante el uber se detiene.

-No, porque ya hemos llegado. -Sarah le da un billete de 50 dólares. -Quédese con el cambio. -baja del coche.

-¿Por que tuviste que cargar con toda la cuenta? -la miro seria.

-Da igual, no te preocupes por eso, es una tontería. -me agarra de la mano y nos acercamos a la casa donde proviene la música alta, que está a mas de media hora de la ciudad en coche, a medio del campo con cinco casas más a cada dos metros.

Nos acercamos y el ruido cada vez suena más fuerte, nos adentramos al jardín y en cada poca distancia hay un círculos de gente que intenta hablar alejándose de la música del interior de la casa y cada uno agarraba un vaso azul del plástico y otros rojos.

Me siento muy icónica, varias miradas se posan en nosotras mientras caminamos por el jardín hasta llegar a la puerta de la casa, veo a varias chicas susurrando una a la otra, así que aquí la gente le gusta el chisme por lo que se ve, lo cual eso provoca que camine moviendo mis caderas de un lado para otro y con la mirada en alto, la palabra de esta sensación no es ni feliz, ni alegre, ni triste si no Diosa.
Me Siento Diosa.

🩸Sanando Cicatrices🩸Where stories live. Discover now