Capítulo 7- WeiLan

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El patio de la secta bullía de actividad: una decena de aprendices, al mando de un muchacho que apenas salía de la adolescencia, practicaban complejos movimientos con sus espadas.

—¡Vamos! ¡Más rápido! ¡Deben esforzarse! —Lan SiZhui, segundo al mando de la secta y principal aprendiz de su padre, Lan WangJi, los presionaba en un intento por lograr que su grupo fuera el mejor de todos.

—¡Pequeño maestro, vas a hacer que tus juniors se lastimen…! —Yin Pei, que cargaba un pesado balde con agua, se detuvo a ver, interesado por los bellos movimientos de los jóvenes—. ¡Vengan a tomar un poco de agua, muchachos!

SiZhui no se opuso: a pesar de la interrupción, respetaba a Yin Pei y lo saludó con una reverencia: el mayor había ayudado a que él y su padre se establecieran en ese lugar y fundaran una nueva secta, que aún era pequeña, pero que de a poco se estaba ganando un nombre en el mundo de la cultivación, gracias al prestigio de su líder.

—¿Por qué aún cargas con los baldes de agua, Yin Pei? —protestó SiZhui—. Recuerda que ya no eres tan joven… ¿Por qué no le dices a alguien que haga el trabajo pesado por ti?

El ayudante, que aún no cumplía treinta años, se rió en la cara de SiZhui, y se olvidó de su trato respetuoso cuando exclamó:

—¡Pero qué dices, chico tonto! ¡Yo no soy ningún viejo!

Los junior aprovecharon las bromas y el estallido de risas de los dos, para descansar un poco, antes de que su jefe los pusiera a practicar de nuevo.

                       ***

—¿Sabes algo nuevo sobre él?

—No, tío —Lan XiChen intentó que sus dedos no se crisparan sobre su espada mientras saludaba a Lan Qiren con una reverencia—, hace mucho que no sé nada de WangJi... 

—Pues yo hice algunas investigaciones por mi cuenta… —dijo el mayor, que notó la alteración de su sobrino. XiChen ya no podía ocultar sus temores ante él—. Ahora es el líder de una pequeña secta, y no creo que tenga intenciones de ocultarse de nosotros, porque le puso un nombre bastante particular.

—Tío…, ¡por favor…!

—WeiLan… —murmuró el mayor, entre dientes—. Se atrevió a mezclar nuestro nombre con el de ese cultivador demoníaco…

—¡Tío, ya olvídalo…! —XiChen sabía que no debía hablar mucho para no alterar más a ese hombre inflexible —, WangJi… él no… 

El mayor interrumpió su débil intento de justificar a su hermano:

—¡El sí! ¡Se atrevió a eso y a mucho más! —Lan Qiren ya no era tan joven, y los sucesos de la guerra de clanes lo había dejado débil y enfermo. Tosió un poco, y un gesto de dolor arrugó su frente. Se llevó una mano al pecho.

—¡Tío, por favor! ¡Vas a hacerte aún más daño! —le dijo el menor, mientras se apresuraba a servirle una taza de té—. Descansa. Hablaremos más tarde. —Sin dejar que el mayor recuperara el habla, se levantó, le hizo una reverencia y salió huyendo de allí. No tenía idea de cómo su tío se había enterado de la nueva vida de su hermano, y temió por sus represalias:

«Debo hablar con Huaisang… Solo él puede acercarse a WangJi», pensó. El resentimiento de su hermano hacia todo lo que tuviera que ver con los Lan, incluído él, no había disminuido con los años. A pesar de su evidente cambio, WangJi nunca había abandonado el cultivo recto, aunque su nueva secta tenía muchísimas menos reglas que GusuLan.

                         ***

—Líder de secta; Segundo líder… —Un joven, vestido con el tradicional hanfu gris de la secta WeiLan, hizo dos reverencias cuando entró al salón. 

Lan WangJi, sentado frente a su hijo, tomaba una taza de té mientras el menor le comentaba los sucesos del día. SiZhui hizo un pequeño gesto con la cabeza, en respuesta a su saludo.

—¿Qué deseas? —preguntó.

—El líder de la secta Nie ha llegado…

—Hazlo pasar —Lan WangJi notó el semblante alegre de su hijo. 

—Lan WangJi; Segundo líder… —Los brillantes y pícaros ojos de Huaisang bailaban, y una sonrisa en respuesta a la de SiZhui mostró la gran complicidad que había entre ellos—. Hermano… —Terminados los saludos formales, el líder de la secta Nie corrió a tomar los brazos de su amigo y hermano jurado Lan WangJi, que le respondió con el mismo gesto.

—Hermano Huaisang…, ¿qué te trae por aquí? —La voz suave y llena de paz de WangJi alegraba al atribulado líder de secta, que ya estaba harto de todo lo que tuviera que ver con el gobierno, y corría hacia la secta WeiLan buscando la tranquilidad de su jefe y la alegría de su hijo.

—¡Estoy cansado, WangJi! Solo quería tomar una taza de té contigo, y que me dejaran en paz…

—Deberías hacer un viaje de descanso, líder de secta, y dejar los asuntos de gobierno en manos de tu segundo al mando —opinó SiZhui mientras observaba a Huaisang con una amplia sonrisa. 

—Este chiquillo… Tan inteligente… —Si Nie Huaisang hubiera tenido a alguien como él de segundo al mando, lo habría dejado convertirse en el líder para poder dedicarse a otra cosa. Pero, por desgracia, no lo tenía—. ¿No quieres pasarte a mi secta y transformarte en Nie SiZhui?

SiZhui lanzó una carcajada que fue respondida de igual forma por el líder de la secta Nie, mientras Lan WangJi los observaba con una ligera sonrisa.

Negro sobre blanco (Mo Dao Zu Shi)Where stories live. Discover now