Capítulo 15- Coincidencias

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En la secta WeiLan todo transcurría con tranquilidad: Lan WangJi era un excelente líder, calmado y asertivo. Su hijo y segundo al mando, Lan SiZhui, tenía su mismo carácter e idéntica visión respecto a la secta, con el agregado de su alegría de vivir, propia de la juventud.

Cuando Nie Huaisang iba a visitarlos, lo que sucedía cada vez más seguido debido a las múltiples obligaciones que no quería afrontar, le gustaba mucho más estar con el hijo que con el padre, que siempre lo aleccionaba acerca de cómo afrontar sus obligaciones como jefe de clan.

—¡Hermano WangJi! ¡Sólo quiero tomar una taza de té en paz! Luego hablaremos de asuntos oficiales…

—Si sigues así, hermano Huaisang, algún día vas a tener un problema muy grande entre manos…

SiZhui terció entre su padre y su amigo:

—Padre, ¿puedo llevar al líder de secta a dar un paseo? Un campesino que vino a vendernos vegetales me comentó que en la ciudad habrá un desfile callejero… 

—¿Un desfile de qué, SiZhui?

—Quieren festejar que tuvieron una buena cosecha, padre… Parece divertido. ¿Podemos ir?

WangJi observó con una leve sonrisa la cara esperanzada de su hijo, y asintió con la cabeza. 

—Escoge a cuatro cultivadores de tu grupo y llévalos contigo… Que se diviertan.

Huaisang y SiZhui le hicieron una reverencia, y después salieron corriendo a buscar a sus hombres.

                                                             

                          ***

La ciudad, distante unos pocos kilómetros del lugar donde se asentaba la secta WeiLan, lucía alegre y colorida.

—¡Qué bonito que está todo! —comentó SiZhui, entusiasmado por el ambiente de fiesta de las calles. Los pobladores, vestidos con sus mejores ropas, comían dulces y pasteles que se vendían en varios puestos callejeros, y algunos llevaban en sus manos cintas de colores que alegraban aún más el ambiente.

Huaisang y SiZhui compartían una debilidad: la sopa de cordero, un plato típico del lugar. La mayor parte del tiempo, el menor estaba demasiado ocupado para acompañar al líder de la secta Nie a probar semejante delicia, pero el mayor se ocupaba de comprar la comida y llevarla hasta WeiLan, para agasajar al chico.

Ese día iban a tener la oportunidad de comer juntos: SiZhui mantuvo las costumbres de su padre, y pidió una jarra de té para acompañar su comida, pero el mayor pidió el vino de la región:

—Ya eres un adulto… —le dijo—. ¿Cuándo vas a empezar a tomar vino? ¡Éste es excelente! ¡No sabes de lo que te estás perdiendo…!

SiZhui protestó:

—¡Pero, Huaisang…! Solo tengo diecisiete años, y sabes cómo es mi padre con respecto al alcohol.

—¡Solo un pequeño sorbo para que veas si te gusta…! —insistió el mayor—. Te juro que no te hará daño, y tu padre no va a enterarse… —Después tomó un pequeño cuenco y lo llenó con el vino que le habían traído, y con una sonrisa se lo ofreció al chico. 

SiZhui dudó, pero tenía curiosidad por probar esa bebida que su padre no le permitía tocar, y seguro de que su amigo le decía la verdad, tomó el cuenco y se bebió el vino de un sorbo.

—¡Lo tomaste muy rápido, SiZhui! —exclamó el mayor, alarmado—. Tenías que saborearlo despacio…

El vino, fuerte y especiado, pasó por la garganta del chico y le produjo una sensación extraña, que no le gustó: comenzó a toser, y pronto su estómago se revolvió. Seguro de que iba a vomitar todo lo que había comido, se levantó con rapidez de su asiento y corrió hacia la salida, con tan mala suerte que se chocó con otro hombre que venía entrando, y casi terminó abrazado a él.

—¡Perdón! —alcanzó a decir, antes de cubrirse la boca y salir corriendo.

—Tan joven y ya borracho… —Wei Wuxian, que casi había recibido en sus brazos al chico, se rió mientras acomodaba los pliegues de su hanfu.

                         ***                           

Cuando Wei Wuxian entró a la posada y observó todo con cara sonriente, Nie Huaisang, que aún estaba sentado a la mesa esperando a que SiZhui desechara el vino que había consumido, entró en pánico y se cubrió el rostro.

—¡Mo XuanYu…! Pero…

El cultivador demoníaco no lo vio: solo pensaba en su estómago y en probar el vino del lugar:

—¡Posadero! —gritó, hasta que uno de los muchachos que servían, llegó corriendo hacia él—. Dime, ¿cuál es la especialidad de la casa?

—¡Tenemos una excelente sopa de cordero, señor cliente! Le va a encantar…

—Muy bien, sírveme esa sopa, y también quiero que me traigas una jarra de vino.

—¡Enseguida, señor cliente! 

Lan SiZhui llegó hasta un callejón solitario y allí vomitó, jurando que nunca más en la vida iba a probar un sorbo de vino. Detrás de un montón de leña estaba Wen Ning, escondido. Cuando sintió ruidos, se asomó y se quedó asombrado al ver a ese chico: a pesar de su cara descompuesta y su palidez, le pareció que era la viva imagen de su primo, fallecido durante la Campaña para derribar al sol, el plan de todas las sectas para acabar con los Wen. Ese familiar suyo era el padre de Wen Yuan.

Negro sobre blanco (Mo Dao Zu Shi)Where stories live. Discover now