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Oh, ¿Ya vienen por mi? ¿Ya van a preparar la ensalada?, porque la verdad parecía un tomate bien rojo, se me caía ma cara de vergüenza. El según gran Johnny estaba detrás de mi y me a pillado a mi y a mi amiga hablando de el. ¿Algo más destino? Oh, felicidades ahora tengo que enfrentarlo.

Tu vida es una mierda.

Nuestra vida conciencia, nuestra vida.

—Nose de que habla, no estábamos hablando de usted señor.— intenté excusar lo obvio.

—¿Seguras, señoritas..?— joder, que su voz era jodidamente sexy.

—¡Claro que hablábamos de usted!— exclamó alegremente mi amiga.

Felicidades Amanda, estaba a punto de irse y ¡PUM! tenía que abrir la gran bocota mi amiga. Después me encargaría de que las pagara bien caro.

—¿En serio?— preguntó Johnny curioso.

—Si, pero nada malo señor...—deja la frase en el aire Amanda y continúa —al contrario, mi amiga se veía muy interesada en usted, le veía muy embobada.

¡Demonios!

Claro algo así solo me podía pasar a mi. ¿Por qué? Solo quiero intentar tener una vida normal y ahí va mi amiga y me arruina el día, supongo que tendré que dar la cara, no quiero que este señor crea que soy una acosadora o algo así... Si, señor, a pesar de verse solo unos años mayor, su traje le daba una elegancia que le otorgaba un tono de madurez, de hay la razón del porque llamarlo señor.

—Señor...— carraspeo y continuo— no le veía de forma interesada, no quiero que crea que soy una acosadora, solo es que no nunca lo había visto y el hecho de no conocerlo me transmite curiosidad, ya que conozco a casi todos en este pequeño pueblo...perdón por la falta de respeto al hablarle tan airosamente por parte de mi amiga, mis disculpas señor...

—Depp, señor Depp. No hace falta disculparse, un gusto señoritas, me debo retirar.— dice antes de irse.

—¡¡Adios Johnny!!— se despide escandalosamente Amanda

—¡Amiga, silencio!

Unos minutos después, pedimos la cuenta y nos retiramos del café. Ya fuera mi amiga y yo discutimos que haríamos ahora y decidimos ir a por un helado, se lo debía, pues ella le pidió el número al mesero y yo le debía un helado ¡Amanda barriga sin fondo! Ok, admito que me gusta molestarla. Luego de comprar un helado iríamos a ven una peli, algo temprano, pero iríamos...

De camino a comprar un helado:

—Amiga— me llama.

—¿Si Amanda?

—¿Cual te pareció más guapo el mesero o Johnny?

—¿Es en serio Amanda?— puse los ojos en blanco.

—Esta bien, hablamos de otra cosa entonces, pero luego debes de contarme.— me guiñó un ojo en actitud coqueta.

Suelto una pequeña risa, sin duda ella era impresionante.

Mi amiga era muy intensa cuando se lo proponía. Menos mal que ha decidido cambiar de tema por ahora, quizás sea oportunidad perfecta para hablarle del nuevo empleo que tendré.

Pienso en lo orgullosa que se sentirá mamá cuando me vea con el uniforme de trabajo.

¡Mamá!, Joder, debo llamarla, debe estar preocupada, seguro al levantarse y no verme en mi habitación se alteró mucho.

Chico Bueno Chico Malo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora