Chico Bueno Chico Malo ©

🌊-22-🐚

No todo es lo que parece, aveces
la cosa es más complicada de lo
que crees.

Ya eran las seis de la tarde, la casa en la playa estaba repleta de luces que yo, junto con Alex, habíamos puesto para la fiesta. Amanda por otro lado se encargó de la parte de la comida. Dulces, cervezas, ron. Cosas así.

Ya todo listo, Amanda y yo subimos a darnos una ducha y Alex también lo hizo, solo que en su habitación. Ella y yo nos íbamos a maquillar unas a otras para quedar divas.

Claro que ella se tomaría la ducha en el baño de su habitación y yo en el mío, luego nos íbamos a reunir en mi habitación para prepararnos.

Obvio, escuche a la estúpida voz en mi cabeza y decidí depilar esa zona...bien ustedes saben. Me envolví en una toalla y salí del baño y me senté en la cama.

¿Por qué coño le creí a Alex?.

De inmediato tomo el celular y me marco a mamá. Un tono, dos tonos, tres tonos...

¡Contestó!.

—Hola mi niña.

—Hola mamá.— saludé nerviosa.

¿Como decirle?  ¿Como diablos preguntarle que si Alex en verdad era mi hermano?. ¿Y si era todo mentira?.  Y si lo era...¿Con que objetivo?.

—Alex no es mi hermano.— fue más una afirmación que una interrogante.

Lo dije como una afirmación, pensé que no respondería, que cortaría la llamada, que lo evitaría. Que solo me hubiera dicho que estaba loca y que Alex me estaba tomando el pelo, pero no pasó.

Sólo soltó una pequeña risa y empezó a hablar dejando me boca abierta.

—Por fin te dijo...—pausó, sonaba confusa, como si no supiera que decir. — yo la verdad no tenía el valor de contarte.

Me tomó un segundo procesar todo, era ridículo. Osea, el estaba ahí aún yo sin existir. ¡Me llevaba 2 años por delante!

—Osea, deja ver si entendí.— tomo una bocanada de aire, como si me faltara, como si por unos segundos hubiera dejado de respirar y luego continúe. — Mi verdadero hermano, esta muerto... Alex, es un chico dos años mayor que yo. Lo adoptaste cuando perdiste a tu bebé a causa de mi padre... Y..Alex...no, no es de mi sangre pero aún así se parece demasiado a nosotras.

Silencio.

Silencio por unos segundos, segundos que me quemaron cada centímetro de mi cuerpo.

—Si.— respondió, sonaba impresionada, como si se hubiera enterado ahora mismo.

Eso me intrigó.

Silencio.

Yo la verdad ni palabras tenía. Como mamá contempló que no tenía intención de hablar continuó.

—Por eso lo elegí, porque tiene un gran parecido a nosotras.— mencionó después de un rato, no sonaba segura.

Las palabras simplemente no salían de mi boca, solo la abría u cerraba como una tonta. Pero...