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El amanecer es el momento en el que nada respira, la hora del silencio. Todo esta paralizado, sólo la luz se mueve. Cuando un amanecer no nos provoca ninguna emoción significa que el alma esta enferma. Porque, joder, ¿Quien no amaría los amaneceres?. Este era muy lindo, la vista a la playa, las pequeñas olas deshacerse en la arena, la brisa de la mañana, los colores del Sol saliendo levemente.

Era hermoso.
                 

                               (...)

Hoy íbamos a salir los tres juntos. ¿Olvidarme?, vamos claro que no. Vale si, me olvidé por completo.

Me paré como un resorte de la cama y me dirigí al baño para darme una ducha, junto con mi toalla. Me miro delante del espejo y...uy pero que..nublado.

No puede ser.

Tienes que podar el césped más seguido Melany...

¡Callate celebro!.

Solo mirate...

Pues si, creo que ya era hora de una depilación. Sin más hago todo lo debido en el baño me cepillo los dientes y voy a la habitación nuevamente para decidir que vestir.

Sin más, tomo unos shorts cortos, un top color blanco y una sudadera color crema. Me amarro el cabello en una coleta alta y me paso un diminuto brillo en los labios. Bajo las escaleras y para mi sorpresa, Amanda y Alex me esperaban ya listos y vestidos en el sofá.

—Por fin amiga— Amanda se levanta del sofá y se acerca a mi mirándome de arriba a abajo. Uy que incómodo — llevamos mucho tiempo esperándote.

—Es temprano... —Dije mirando la pantalla de mi celular.

No, no era temprano, eran las diez de la mañana. Parece que me quede dormida al amanecer y desperté tarde...Vaya, yo no duermo, yo entro en coma.

—Bueno vamos...—dijo Alex.

Y así fue, nos subimos todos al auto de Amanda. Ella iba manejando; lo que era obvio; yo en el asiento del copiloto y Alex en el asiento de atrás escuchando música con sus auriculares.

—Chicos, tengo que ir a un hotel serca de aquí...—Decía Amanda— una amiga trabaja allí y hace tiempo no tengo contacto con ella.

—Claro— respondí.

Alex no dijo nada, pues supongo que con los auriculares no debía escuchar lo que decíamos.

Entretenida mirando por la ventana del auto, y mirando también como Amanda se iba del auto para saludar a su "amiga".

—Oye hermana...hay algo que debo contarte...— me llamó mi hermano.

Me giré ya que Alex se encontraba en los asientos de atrás para mirarle mejor. No, no podía me iba a partir el cuello. Estire una pierna por encima del asiento luego me abalancé y caí en el asiento trasero. Alex me miraba extraño, tipo: ¿sos retrasada?.

—Diga.— dije por fin.

El lo pensó bien, como si fuera algo grave, como si tuviera que medir cada palabra y tener cuidado de lo que revelaba.

—No eres mi hermana.— soltó de sopetón.

¿Que? O no mejor ¿What?

Se dio un golpe en la cabeza o que. Ese hermano mío era demasiado bromista. De echo, ese tipo de bromas no me agradaban mucho.

Chico Bueno Chico Malo ©Where stories live. Discover now