-14-

38 11 2
                                    

Aún tirada en el suelo, miraba desconcertada a Alex. Por fin conseguía un trabajo, justo. Y me despedían en menos de una semana. No era justo, no era justo que ni siquiera me diera una explicación.

—Tranquila mi amor.—decía mamá. —Ya conseguirás otro empleo.

—Gracias mamá, iré a mi habitación...

—Hermana mira tu celular, te llaman.— avisó mi hermano.

Ni siquiera me había percatado de ello. Mi celular vibraba en mis manos y yo ni caso. Vi la pantalla del celular y para mi sorpresa era Amanda. Me apresuré a contestar, tal vez podía ser algo importante.

—Hola Amanda...

—Hola amiga.

—Oye... ¿estás bien?— pregunté.

—Dentro de lo que cabe, si. ¿Y tu?

—Mas menos... Me han despedido.— respondí.

—¿Que? ¿Johnny? El es tan amable, ¿No te dio una explicación?

—No...solo me despidió y ya...

—Oye tengo la idea perfecta para despejar la mente.— habló.

—¿A si? ¿Cuál es?

—Nos vamos de vacaciones por una semana.— sonaba...¿feliz?

—¿Que, a donde?

—Mis padres tenían una casa en la playa en las afueras de la ciudad, y dejaron una nota. Que tal vez debería ir allí a despejar la mente — toma una bocanada de aire un tanto triste y sigue— no quiero ir sola, podemos ir tu y yo...

Alex me hacia señas para ver si el también podía ir, y como resistirse, claro que le preguntaría si mi querido hermanito podría ir.

—Oye Amanda...¿Alex puede ir con nosotras?. Por favorrrr....— rogué.

—Claro, dentro de dos semanas, nos vamos en mi auto, a las nueve de la mañana, les aviso ese día y los paso a recoger. Así que hagan sus maletas hoy en la tarde para tener todo listo.

Que exagerada, todavía había tiempo.

—Esta bien. Gracias amiga.

—No hay de que, adiós.

—Adiós, besitos.— me despedí.

Y colgó, hasta hace un momento estaba triste porque me habían despedido, ya ahora estaba emocionada. Iríamos a una casa en la playa por una semana ella, mi hermano y yo.

Por otro lado estaba preocupada por mi mamá, se quedaría sola en casa y nuestro padre estaba merodeando por aquí, mirando todo lo que hacíamos. Temía que le pudiera hacer algo...

Desconocido: tranquila, a tu madre no le haré nada. Ve de viaje, hermosa...

Hay estaba de nuevo ¿Como sabía que iría de viaje si apenas yo me enteraba? Bueno, por alguna razón, sabía que no le haría nada a mamá. Pero aún así tenía un mal presentimiento, uno muy malo.

—Y, ¿Que dijo?.

—¿Puedes acompañarme a mi habitación Alex?— pregunto seria.

—Claro, vamos.

Chico Bueno Chico Malo ©Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz