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Todavía pensativa por la "casi carta" que pretendían escribir los padres de Amanda, decidí dejarla en su lugar e ir a ver que hacía Alex. Amanda de seguro estaba dormida, así que, ¿Por que no ir a joder un rato a Alex?

Era mi adicción.

Salí de mi ahora habitación y me dirigí a la de Alex que quedaba a mi lado, cuento hasta tres y entro sin tocar la puerta, para mi sorpresa, Alex estaba besando su celular. Espera ¿Mi hermano besando su celular? Bromas en camino.

—¿Que haces Alex?.— le avisé de mi presencia.

—Y-yo, jejeej no es lo que crees.— estaba rojo.

—Si lo es, estabas besando tu celular.—dije burlona.

Alex agacho la cabeza en forma de rendición y dejo su celular a un lado. Pero yo no lo iba a dejar hasta ahí, yo necesitaba averiguar quien era esa personita a la que el besaba con tanta pasión por medio de su celular.

—Dame esto.—tomo su celular y para mi sorpresa, tenía contraseña.—Anda, ¿No puedes enseñarme quien es?.

—N-no es nadie, es solo mi cantante favorito, solo eso...— dijo riéndose nerviosamente.

—Mm...¿seguro?.

—Si, seguro...— ¿Acaso estaba nervioso?

Interesante.

Dejo su celular encima de la mesa que estaba al lado de la cama y me siento a su lado para proponerle algo que se que no va a poder rechazar.

—Oye...¿vamos a la playa?.

—¿Ahora?.

—Si, Amanda esta dormida. Podemos ir solo tu y yo a tocar la arena y el agua salada...— Una gran sonrisa se formó en el rostro de Alex.

—Vamos.— dijo y me tomó de la mano para irnos casi corriendo como locos a la playa.

Salimos de la gran casa para encontrarnos con la hermosa playa delante de nuestras narices. El agua era tan clara y cristalina que se podía observar todo bajo ella y la arena suave y caliente por el sol. Tan ardiente y suave era que te relajaba.

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Sin verlo venir, Alex se quita su playera dejando su pecho desnudo. Me mira un poco ceñudo y empezó a reírse un poco.

—¿No te quitarás esa blusa?— pregunta burlón.

—Mm...claro. Obvio no iba a mojar blusa.— si, si la iba a mojar amigos.

Tomo una profunda respiración y sin más preámbulos me quito la blusa, Alex me barría con la mirada, de arriba a abajo me miraba y me daba un poco de vergüenza a pesar de ser mi hermano y avernos visto de otra forma...pero ahora se sentía extraño.

Se sentía diferente.

Se acercó a mi lentamente y sin saber que hacer, me quedé quieta como una estatua en mi lugar. Echó una risita pasajera y desprevenidamente me tomó en brazos para llevarme al agua.

—¡No! ¡Alex por favor!— mientras más imploraba que me soltara, más se reía. — ¡Por favor Alex, sabes que no se nadar!

—Para eso estoy yo aquí... —Paro un momento, me miró y siguió caminado para llegar a lo más menos profundo.— para cuidarte, yo te sostendré en el agua. Tranquila.

Ya más relajada, me dejé llevar y cerré mis ojos, Alex se detuvo y me di cuanta que ya estábamos en un punto donde el agua era profunda. Abrí mis ojos y trate de poner mis pies en la arena pero no llegaba, me sujete fuertemente de Alex. La verdad le tenía mucho miedo al agua, si lo se, veinticinco años y todavía no sabía nadar, que horror.

—El agua esta muy rica...¿no crees?— susurra, su cercanía me pone nerviosa.

—Si Alex...— solté una risilla—Da vergüenza que con veinticinco años no sepa nadar y tu si.

—¿No estás cómoda con que te sujete?— pregunta ceñudo.

—¡Claro!, solo decía...

Nos miramos fijamente, sus ojos eran profundos y desprendían una sensación impresionante en mi. Estaba a punto de decir algo cuando me calló con su dedo pulgar y empezó a hablar.

—Sabes..a la persona que besaba en mi celular era...— susurró pero fue interrumpido.

En ese preciso momento, como por obra del destino, Amanda se aparece e  la orilla de la playa con una sonrisa de oreja a oreja.

—¡Oigan chicos!. —gritaba a toda voz—¡Casi me muero de un susto! ¡Avisen si van a salir por favor!.

Alex y yo nos miramos y no pudimos evitar reírnos, Amanda de seguro nos busco por toda la casa, hasta en los lugares menos indicados de seguro. Alex me volvió a tomar fuertemente y comenzó a ir a la orilla, ya allí, Amanda fue directamente a mi y me abrazó como si no me hubiera visto en años.

—No vuelvan a hacer eso, ¿oyeron?.— nos decía apretando me cada vez más. — casi me vuelvo loca buscándolos por toda la casa.

—A-amanda, n-no resp-piro. ¡Ayuda, Alex!.— exclamé entre risas.

De inmediato Alex se acercó y me despego de Amanda con delicadeza y me abrazó el un tanto menos fuerte que Amanda.

Se que aman pero por favor, ya.

—Oigan...¿que hacían solos allí?— preguntó ella curiosa.

—Nada, ¿que vamos a hacer Amanda?—Dije.

—Como mi hermanita del alma no sabe nadar, pensaba que sería bueno llevarla a lo hondo para que disfrutara.— Dijo Alex besando mi cabeza.

Amanda nos miró detenidamente y se empezó a reír. ¿Que?, ¿Tengo algo en los dientes? No lo creo. Se acerco a nosotros y me toco el hombro aún riéndose como loca.

—Chicos solo bromeaba, tranquilos. Son hermanos, que diablos harían.

—Claro...—dijo Alex despegándose un poco de mi, para empezar a jugar con mi cabello mojado.

—Bien, vamos a almorzar. Ya es hora y mi barriga no puede esperar mucho.

—Vamos barriga sin fondo.— dije dándole una pequeña palmada en la espalda.

—¡Oye!, eso dolió.— se quejó—¡Y no me digas así!

Luego los tres nos dirigimos a la casa, ya allí, Amanda empezó a preparar el almuerzo mientras que yo y Alex hablábamos tranquilamente en el sofá que quedaba delante de la TV.

—Esta listo.— dijo Amanda, y un delicioso olor inundo mi nariz. Que delicia.

Amanda nos indica nos sentemos y nos encontramos con una comida sencilla sobre la mesa, pero podía asegurar que era mejor de lo que parecía. En la mesa, se encontraban papas al horno, ensalada rayada, yuca con queso y pollo. Se veía totalmente delicioso.

Sin más preámbulos Alex y yo probamos un bocado y estaba totalmente delicioso, tan sencillo y tan espléndido. Junto con jugo de manzana, todo se veía tan bien como sabía.

—E-esta sencilla receta me la enseño...papá. — Decía Amanda con una sonrisa melancólica.

—Dejadme decirte que quedó delicioso.— solo eso podía decirle, no tenía cabeza para consolar ahora. No ahora, en la comida.

—Bueno a comer.— Dijo Alex y todos nos reímos un poco, el era el brillo en la oscuridad. Hay hermanito.

El era muy especial, siempre lo fue y siempre lo será.

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Capítulo editado ✅

Chico Bueno Chico Malo ©Where stories live. Discover now