Capítulo 1

24.3K 736 96
                                    


Lauren admitió al fin que estaba nerviosa, cuando sus tripas seguían rugiendo incluso después de haber tomado su desayuno. Y no era para menos, aquel día disputaría el último partido de la temporada de softball, contra las Shark Girls, de Orlando.
Había pasado semanas evitando hablar de aquel tema, pero cada persona que se cruzaba por su camino le recordaba que estaba en sus manos el futuro del orgullo femenino del instituto en cuanto a deportes.
No era difícil que Ally, su mejor amiga, se pusiera nerviosa. Es decir, Ally se ponía nerviosa hasta cuando iba a salir con Troy, su novio, y eso que llevaban más de dos años de pareja. Atosigaba a Lauren a preguntas, desde qué ropa se ponía, hasta cuánto dinero debía llevarse. Por eso, Lauren estaba más que acostumbrada al fácil estrés de su amiga, pero le inquietaba mucho que sus hermanos estuvieran también casi más nerviosos que ella. Incluso sus padres.
Lauren pensaba que era excesivo y se lo hacía saber a todo el mundo, pero todo el mundo le hacía saber a ella que hacía 10 años desde la última vez que el equipo femenino de softball del instituto Miami Edison High School llegaba a la final estatal.
Pero no fue hasta dos horas antes, sentada en frente de su café matutino diario, cuando admitió lo muy nerviosa que estaba.

-¿Está todo bien, Lauren? -preguntó Mike, su padre.

-En realidad no -admitió ella.

-¿Qué ocurre? -preguntó Clara, su madre, que bajaba las escaleras con una camiseta que el equipo había hecho para ella, donde ponía 'Jauregui's mum', después de mucho insistir.

-¿Qué va a ocurrir? Lauren está nerviosa, mamá -contestó Chris por ella.

-Mamá por favor, quítate eso... -suplicó Lauren.

-¡Ni en broma! La última vez no me la puse y casi perdemos, no me la quitaré hasta que vea a mi hija alzando la copa de softball estatal -dijo Clara sentándose en un taburete de la cocina.

-Entonces no te la quitarás nunca... -dijo Lauren mirando los dedos de sus manos.

-¿Qué? ¡No digas eso Lauren! -ordenó su hermana pequeña, que también estaba sentada en la mesa. -Seguro que hoy ganamos.

-No, no tan seguro. Nunca antes he estado tan nerviosa y, además, ellas son buenísimas, han ganado durante tres años consecutivos -informó Lauren a su familia.

-Pues ya no ganarán más -dijo su padre besando en la cabeza a su hija. -Me voy al trabajo, nos vemos en el partido.

Mike se fue, después de besar a su esposa y a cada uno de sus hijos, deseándoles un buen día y uno no muy pertubador a su hija mayor.

-¿No te terminas el café? Vaya, realmente estás nerviosa -dijo Clara, haciendo referencia al café de Lauren, que era lo primero que pedía normalmente al despertar.

-No puedo. Es decir, lo deseo; pero estoy tan nerviosa... Además, hoy tengo un examen de historia y seguro que lo haré fatal pensando en el partido -dijo Lauren preocupada, mirando los apuntes que estaban en su mano.

-No, no lo harás. Taylor, Chris, ¿por qué no vais entrando en el coche? -preguntó Clara a sus dos hijos menores, esperando quedarse a solas con Lauren. -Lauren, todo va a ir bien, ¿vale? ¿Qué es para ti un partido de softball? Llevas jugando a esto desde que eras una mocosa, piensa que no es una final, piensa que no es más que un partidillo amistoso sin importancia. Tú y tu equipo habéis ganado 11 partidos durante todo el año.

-Hemos perdido 4 -añadió Lauren, con la mirada perdida.

-Son muchos menos. Además, los últimos 6 han sido todo victorias, ¿cierto?

Lauren asintió con la cabeza.

-¿Qué pasa si perdemos este partido? La gente confía en nosotras, confían en mí.

El destino de la casualidad (Camren)Where stories live. Discover now