Capítulo 23

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Lauren llamó al timbre de la casa de Camila y esperó a que le abriera la puerta. No temía encontrarse con Sinuhe, ni con Alejandro, tampoco con Sofía, porque Camila le había prometido que estarían solas aquel día. La charla con Dinah había sido intensa y Lauren aseguraba que aquello las había unido un poco más. Ambas se habían sincerado con ciertas cosas y Lauren se había quitado toneladas de encima al contarle a alguien cómo se sentía sin que fuera juzgada.

Camila no tardó en abrir la puerta. Llevaba puesto un top rosa, que dejaba ver su abdomen y unos pantalones vaqueros largos ceñidos a sus preciosas y firmes piernas.

-Estás preciosa -dijo Lauren, dando un paso hacia atrás para mirar mejor a su novia.

-Tú siempre lo estás -dijo Camila acercándose a Lauren y plantando un beso en sus labios.

Lauren creía que era increíblemente tierno el momento en el que Camila se ponía de puntillas para poder besar sus labios. Algo así como hacer un diminuto esfuerzo para conseguir lo que quería, que era un beso suyo. A Lauren le agradaba esa sensación.

-¿Vamos a quedarnos en tu porche todo el día? -preguntó Lauren, cuando Camila había tomado carrerilla besando a su chica.

-No -dijo Camila. -En realidad quería mostrarte algo.

-¿Mostrarme algo? -preguntó Lauren confundida.

-Sí -dijo la chica de ojos color café, agarrando la mano de Lauren y tirando de ella para que entrara en casa.

-¿Qué quieres enseñarme? -preguntó Lauren, cerrando la puerta que quedaba detrás suya con el pie.

-Vamos -dijo Camila, andando de espaldas, mientras besaba los labios de Lauren.

Ambas quedaron apoyadas contra la barandilla de las escaleras que subían hasta la segunda planta. Lauren apoyaba su cuerpo contra el de Camila y, ésta, con su espalda descansando en la baranda de madera barnizada, comenzó a arrastrar sus manos por la espalda de Lauren, sin dejar de mover sus labios en la boca de la misma. La boca de la chica más pequeña se abrió y dejó entrar la lengua de Lauren, que acarició la suya propia, haciendo que saliera también de su boca y comenzara a jugar con la de la chica de ojos verdes. Lauren comenzó a sentirse algo exaltada con aquella pequeña batalla, tanto, que agarró las muñecas de Camila, que paseaban por su espalda, y las puso contra la barandilla también. No hablaban, ninguna hablaba. No era necesario.

Lauren comenzó a besar el cuello de Camila, luego su mandíbula, luego su oreja, hasta pasar de nuevo a la boca. El pecho de la más pequeña subía y bajaba con garra, tan enérgicamente, que su espalda se separaba de la madera incesantemente.

-Lau... Lauren... Lo... -trataba de articular Camila mientras enredaba sus dedos en el cabello de Lauren. -Lauren...

Lauren separó sus labios del cuello de Camila y pegó su frente con la de su novia, jadeando, esperando a que la chica más pequeña dijera lo que trataba de decir. Pasaron unos segundos hasta Camila pudo volver a hablar y lo hizo en un susurro tan ronco y sensual, que Lauren pensó que podría desmayarse en aquel mismo momento.

-No era esto precisamente lo que tenía pensado mostrarte -musitó Camila acariciando una mejilla de Lauren.

-¿Y crees que puede esperar? -preguntó Lauren rozando los labios de Camila.

-Antes pensaba que no -dijo Camila. -Pero tus susurros roncos me están haciendo cambiar de opinión.

Lauren sonrió y dejó un casto beso en los labios de Camila, antes de retirarse de ella unos centímetros más.

-Vamos -dijo Lauren agarrando la mano de su chica, -muéstrame eso que querías enseñarme hace un rato.

-¿Qué? -preguntó Camila frunciendo el ceño. -¡He dicho que puede esperar! -exclamó.

El destino de la casualidad (Camren)Where stories live. Discover now