Capítulo 35 - FINAL

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-Tus padres y amigos vienen de camino -dijo Shawn sujetando la mano de Lauren. -Y no me digas que no, los dejaré entrar quieras o no quieras. ¿Qué es lo más que pueden hacer? ¿Despedirme? -trató de bromear.

-¿Crees que vendrá Camila? -preguntó Lauren, mirando la aguja que le inyectaba suero en su brazo.

-Estoy seguro de que sí -contestó.

-Genial, porque quiero regalarle algo -dijo incorporándose difícilmente en la camilla.

-No te muevas -pidió el muchacho. -¿De dónde lo cojo?

-Tenemos que hacerlo nosotros -dijo ella. -Necesito tu ayuda, ¿lo harás?

-Dime qué necesitas.

-Un bolígrafo y un papel. ¿Tu letra es legible? Porque estoy más que segura que la mía no lo es ahora mismo -dijo riendo.

Shawn volvió un par de minutos más tarde, con un bolígrafo negro y un par de folios blancos, dispuesto a copiar todo lo que Lauren le fuera escribiendo.

"¿Qué hay, Camz?
Si estás leyendo esto es porque, probablemente, yo no esté aquí. Quizás haga mucho tiempo que no lo estoy y sólo estás leyendo esto para recordarme. O porque, simplemente, acabas de rescatarme de una caja llena de facturas y cartas olvidadas.
A lo mejor estás casada y tienes hijos. Diles hola de mi parte y cuéntales que me hubiera encantado estar allí con ellos hoy mismo; díselo cada vez que leas esta carta.
O quizás sea demasiado pedir, quizás han pasado muchos años por encima tuya y ya vistes una caballera blanca. Sin embargo, de algo estoy segura: sigues siendo tú.
Espero no haberte cambiado, espero que todo esto no afecte en tu vida de una forma radical y, sobre todo, espero que llegues a perdonarme algún día.

Ahora que estoy en el borde del precipicio, me arrepiento de no haberte besado más, de no haber sujetado más tu mano y de no haberte contado más chistes. Me arrepiento de haber echado una vida al lado de la mejor mujer del mundo por la borda. Créetelo o no, pero estoy arrepentida de no haberme querido más, para así poder quererte a ti mejor.

Sinceramente, aún no me entiendo. Y prometo que quiero hacerlo. Quiero entenderme. Tuve la posibilidad de recuperarme tantas veces... Cada vez que una parte de tu cuerpo alcanzaba mi piel, sentía un calambre que despertaba una horrible sensación de recuperación en todo mi ser. Horrible pensaba que era, horrible creía que sería recuperarme, ser la Lauren que era antes, de nuevo. Pero ahora me veo en el final, supongo que he alcanzado todas mis metas.

¿Recuerdas aquel día que me dijiste que si dejas crecer un problema pequeño, al final se hará tan grande, que jamás podrías controlarlo? Pues eso me ha pasado a mí. Créeme, lo malinterpreté íntegramente. Pensé que el problema era seguir comiendo sin preocupaciones, cuando el verdadero problema era contar todas y cada una de las calorías.

Pero no quiero amargarte con el pasado. Hablemos de ti, ¿eres feliz? Debes serlo. Estar triste es un suplicio; supongo que si lo estás, lo sabes. ¿Has logrado tus sueños? Realmente espero que sí, y también espero que estés respondiendo (aunque sea mentalmente) cada una de mis preguntas.

Si por el contrario estás leyendo esta carta hoy, el mismo día en que me he ido, te obligo a ser feliz durante el resto de tu vida. Y te obligo a limpiar las lágrimas que de seguro están rodando por tu mejilla. Tal y como lo hacía yo, Camz, límpialas como lo hacía yo.

Te he amado, te seguiré amando por siempre, que no te quepa duda. ¿Sabes qué? Voy a morir, eso está claro, pero no voy a hacerlo triste. He estado deprimida mucho tiempo, pero ahora no lo estoy. Estoy feliz de haber llegado a conocer un ángel antes de subir al cielo, no todo el mundo puede decir lo mismo, ¿verdad?

El destino de la casualidad (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora