Capítulo 6

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Habían pasado tres días desde la última vez que Lauren supo de Camila y fue mediante un mensaje de texto, la misma noche que salieron juntas, deseándole buenas noches. Lauren se entusiasmó tantísimo al leer aquellas palabras, aquellas dos simples y a la vez, tiernas palabras, que contestó casi al instante.
Después, estuvo un par de horas tumbada en la cama, con el teléfono móvil en su mano y en vibración, esperando algún otro mensaje. Pero nada más llegó.
Lauren maldijo cada segundo en el que le envió un simple "Buenas noches a ti también" porque quizás, para la chica de ojos color café, aquello fue bastante frío. Sin embargo, ella pudo haber vuelto a escribir al día siguiente con un "Buenos días", quizás, pero no lo hizo. Su estado de ánimo estaba tan bajo cuando despertó y no tenía notificaciones, más que un par de likes en instagram y una mención de Ally en Twitter, que no fue capaz de enviar nada más. Tal vez, esperando que la chica más pequeña lo hiciera antes.

Lo único que fue capaz de levantar el ánimo de la chica de ojos verdes fue la fiesta que tenían preparada para todo el equipo, pero en especial, para ella, a la llegada del instituto.

Cuando entró por la puerta principal, profesores encargados de tirar confeti por el aire, se encargaron de llenar el pelo de los estudiantes de papelitos de colores. A Lauren se le dibujó una enorme sonrisa en el rostro cuando pancarta gigantesca, atravesada de un extremo del pasillo al otro, con las palabras "Felicidades, Wild Diamonds". Un poco más abajo, entre las taquillas de los alumnos, un estrecho estandarte sostenía el trofeo plateado que habían sujetado las jugadoras de softball tres días antes y que Lauren había levantado por primera vez en la historia del instituto.

No era para menos, que el director dedicara unas palabras de aliento para las chicas y, en especial, para la capitana, que le dio la victoria decisiva. Además, pidió a Lauren que fuera ella la que llevara el trofeo hasta la estantería de trofeos.

Sin embargo, dos horas después, en el comedor y sentada con Normani y Ally, su malestar volvió a estar a flor de piel y no tuvo más remedio que contarle a sus amigas el por qué de su inquietud. Ellas soltaron algunos sonidos indescifrables que demostraban la ternura que sentían hacia Camila y Lauren.
Cuando Lauren terminó de contar la historia que, realmente no era muy amplia, le dieron a Lauren el consejo más simple y más previsible de todos:

-Llámala -dijeron ambas al unísono.

Lauren suspiró porque sabía que esa sería la respuesta.

-No es tan fácil, ¿vale? -dijo apoyando las palmas de sus manos en la mesa de madera y acercándose a las chicas, hablando en un tono neutro.

-¿Cómo que no? -preguntó Normani robando el teléfono móvil de Lauren. -¿Cuál es la contraseña? ¿Camilita-I-Love-You? -bromeó, haciendo que a Ally se le escapara una carcajada completamente audible en todo el comedor.

-Dame eso -gruñó Lauren arrebatando su teléfono de las manos de la morena. -Oh, no... ahí viene Dinah, no habléis más del tema o reparé vuestras cabezas en la próxima fiesta de pijama -amenazó Lauren.

Aunque pareciera mentira no haber visto a la polinesia antes, ella también pertenecía al Edison High School. Hacía dos años, ella pasaba los descansos con Shay, pero ella estaba ya en la universidad, estudiando para ser preparadora física, y Camila hacía tres años que no pisaba la escuela pública, por lo que, en lo general, pasaba sus descansos en la biblioteca o enganchada a su teléfono móvil con los auriculares puestos en la parcela de jardín delantera.

Desde el viernes, Dinah había mantenido el contacto con todas, así que las chicas le pidieron que pasaran los descansos juntas, así todas saldrían beneficiadas: sería más divertido si pasaban el rato las cuatro juntas y, además, Dinah volvería a tener amigos dentro del instituto.

El destino de la casualidad (Camren)Where stories live. Discover now