Capítulo 7

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Lauren soportó las continuas bromas de sus amigas al día siguiente, pero sinceramente no le importaba, estaba de buen humor y lo único que deseaba era que terminaran las clases para volar a casa de Camila.

El único momento en el que Lauren dejó de pensar un poco en Camila y en las risas que habían compartido hacía menos de 24 horas, fue en el examen de matemáticas, en el que supo que había salido incluso mejor que los anteriores.

De vez en cuando, Lauren seguía siendo felicitada por algunos compañeros y profesores con los que aún no había tenido clase. Ella sólo sonreía y asentía con la cabeza algunas veces, parecía haberse convertido en la chica más popular del instituto y no le agradaba tanto. Le gustaba ser respetada y tener amigos, pero no que todo el mundo se quedara mirando y cuchicheara sobre ella.

Lauren voló de su pupitre cuando la sirena marcó el final de su último período. Había gente por todos lados, algunos corrían y otros, los más rezagados, se quedaban hablando o volviendo a sus casilleros. Lauren, fue rápidamente hasta su coche, ya había avisado a las chicas de que no las esperaría a la salida como de costumbre, y ellas simplemente le dirigieron miradas sugerentes y palabras alentadoras que Lauren no tomó muy en serio. No porque creyera que las chicas estaba bromeando, sino porque ella sabía que lo que haría esa tarde no sería más que explicar la progresión lineal y las derivadas. Sus amigas, en cambio, pensaban que quedar para estudiar no era más que una indirecta y que acabarían teniendo sexo.

"Qué disparate" pensaba Lauren mientras conducía, con una pequeña sonrisa clavada en el rostro al imaginarse con Camila de aquella manera.

Llegó 10 minutos antes y se estacionó cerca de la casa de los Cabello. Era algo más humilde que la suya, pero seguía siendo grande.
Esperó un cuarto de hora para no parecer desesperada y, aquellos minutos se le hicieron eternos. Encendió la radio para pasar el rato mientras trataba de relajarse, recostada en el asiento de atrás con las gafas de sol puestas, notando como el sol atravesaba el cristal y se impregnaba en la piel de su cara.

Cuando creyó que sería suficiente espera, pensó en mandar un mensaje de texto a Camila para que supiera que estaba fuera esperándola, pero luego se corrigió, ya que pensaba que aquello sería descortés.

Bajó de su 4x4 negro y caminó hasta la puerta con el corazón palpitando más rápido con cada paso que daba. Subió al porche que separaba a los Cabello de su espacio privado y, vacilante, llamó al timbre.

-Hola -dijo un hombre de estatura media al abrir la puerta.

-Hola -dijo Lauren sintiendo un poco de vergüenza. Sinceramente, hubiera preferido que Camila hubiese sido quien abriera la puerta. -Estoy buscando a Camila Cabello, esta es su casa, ¿no?

-Oh, sí -dijo el tipo sonriendo finalmente y dejando la puerta completamente abierta. -¿Serás tú quien la ayude con matemáticas?

-Sí -sonrió. -Lauren Jauregui -dijo la chica teniéndole la mano.

-Alejandro Cabello -devolvió el saludo. -¿Quieres pasar mientras se termina?

-No será necesario -dijo su voz mientras bajaba las escaleras.

"¿Cómo puedes ser tan bella?

-Estaba esperándote -dijo ella saliendo por debajo de los brazos de su padre, que estaban apoyados en el quicio de la puerta.

-Ese era el plan, ¿no? -preguntó Lauren mirando fijamente a Camila.

Ésta, ignorando completamente que su padre seguía mirándolas, permaneció unos segundos ahí, admirando los preciosos ojos de Lauren. Así como Lauren se quedó contemplando los preciosos ojos de Camila.

El destino de la casualidad (Camren)Where stories live. Discover now