¤40¤

2.4K 375 223
                                    

La peor semana en la vida de Min Yoongi, definitivamente era está en la que no había tenido su dosis diaria de Park Jimin.

Se había acostumbrado tan fácilmente y ahora lo extrañaba con cada parte de su blandito cuerpo, con cada latido de su amoroso corazón, lo extrañaba tanto como se extrañaba el hogar después de dejarle.

Yoongi no tenía ningún problema en aceptar que estaba absoluta e irremediablemente enamorado de Jimin, incluso aunque hace unos días el mismo había sido el causante de un dolor que aún repercutía en su corazón.

El solo hecho de pensar en no tenerlo de nuevo en su vida, le había dado el impulso para mandar el primer mensaje. La idea de recibir un mensaje le había hecho continuar hablando al vacío, esperando un día obtener una respuesta.

Pero había un límite para todo, incluso para él y sus tontos sentimientos.

Si bien le apenaba mucho la idea de que Jimin realmente lo estuviera ignorando a propósito, no podía seguir solo pensando en eso, así que se había propuesto hacer cosas que lo entretuvieran lo suficiente para no mandar un audio explicándole a Jimin; por qué debería permitirle permanecer en su vida, ser amigos, luego novios, casarse en las vegas y finalmente vivir juntos por siempre en una bonita casa en el bosque, con dos perros y un hijo, si Jimin quería, por supuesto.

Yoongi no podía hacer eso.

No si realmente quería conseguir una oportunidad con Jimin, necesitaba darle su espacio y esperar pacientemente a que estuviera listo, había llegado a esa resolución.

Incluso si dolía, incluso si al final su corazón se rompería, Yoongi esperaría.

Haría lo que fuera por seguir siendo parte de su vida... Si Jimin necesita un amigo, él lo sería, si necesita un confidente o un hombro para llorar, Yoongi tomaría el trabajo, haría lo que fuera por ser lo que Jimin necesita.

Ahora Jimin necesitaba que Yoongi no insistiera.

Yoongi lo estaba logrando, luego del último mensaje que había mandado, decidió dejar su celular lejos de su alcancé y no había mandado ningún mensaje en 24 horas. Se sentía como un logro, se había distraído lo suficiente practicando sus habilidades en costura, mientras pasaba un rato en su oficina con Namjoon. Después de arreglar todo el trabajo acumulado, su tiempo libre había resultado ser más del esperado.

Había terminado pasando aburridas horas, solo leyendo algún documento que Namjoon perfectamente pudo revisar sin consultarle.

Yoongi era muy bueno en su trabajo y por ello estaba en está situación o Namjoon simplemente había exagerado con lo necesaria que era su presencia en la empresa.

— Yoongi — Namjoon habla confundido, observando con intriga el celular en su mano. Hace un rato que lo ha tomado para buscar un documento que le había enviado y se olvidó de guardar. —¿Por qué tienes agendado a Jungkook así?

— ¿Eh? ¿Qué tiene de malo? —Yoongi que permanece tratando de meter un hilo en una aguja apenas le presta atención a la pregunta de su amigo.

Necesita bordar ese pequeño pañuelo, había tardado un montón de tiempo encontrando la posición perfecta para el gatito en una cubeta de KFC, el cual le pidió a Jungkook dibujar hace un par de días.

— Bueno, nada particularmente, son tus gustos, pero... — La risa de Namjoon suena algo sofocada. — Ahora entiendo por qué no quisiste ninguna Omega, te lo tenías bien escondido.

Yoongi casi lo ignora.

Por supuesto, sería más fácil fingir que estaba entendiendo de qué hablaba su amigo y seguir en lo suyo, sin embargo, lo que había dicho lo confundió lo suficiente como para alzar su mirada y observar a Namjoon leyendo alguna cosa en su celular mientras trataba de evitar reír.

Haway //Yoonmin//Where stories live. Discover now