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Solo fueron necesarios cinco segundos antes de que se levantara de su lugar en dirección a la puerta, ni siquiera sabía qué había pasado, pero necesitaba hacer algo, su lobo le rogaba ir a ver a su Alfa, asegurarse de que esté bien.

Es correcto decir que nunca había sentido tanta angustia en su vida, la idea de que algo malo le hubiera pasado a este tonto e infantil alfa, era dolorosa. Poco a poco y sin que pudiera evitarlo, Yoongi se había colado e instalado en su corazón, era un inquilino permanente. Solo ahora se da cuenta, mientras se pone cualquier par de zapatos y trata de no soltar las lágrimas que se acumulan en sus ojos.

Sale apresurado de su habitación, con el corazón en la garganta y los sentimientos empujando por salir en forma de lágrimas, se siente perdido en la angustia. Su lobo parece decidido cuando le obliga a correr más rápido, quitando de su camino a cualquiera que le estorbe, con el único objetivo de llegar a la persona que puede ayudarle ahora mismo.

La roja cabellera de Taehyung resplandece como una luz al final del camino, está parado dándole algunas patadas a una máquina expendedora, a Jimin no puede importarle menos cuando sin preguntar lo toma de la mano y lo jala en dirección a la parte trasera del internado.

— ¿¡Qué mierda te pasa!? —Exclama molesto, completamente ofendido de estar siendo arrastrado lejos del su golosina robada por esa máquina infame.

Jimin no le da una sola mirada, continúa caminando, ignorando cada mirada que reciben y cualquier intento de resistencia por parte de Taehyung.

Solo cuando llegan a la salida que Taehyung suele usar cuando quiere tener un poco de distracción, suelta al pelirrojo y tomándolo por los hombros hace que Taehyung le preste toda su atención, sin oportunidad de réplica.

— Necesito que me ayudes a salir, tengo que ir con Yoongi. — Sus ojos brillan con el precioso azul un poco opacado por el dorado de su parte lobuna, no hay nada más que suplica en su expresión.

Las palabras de Jimin son como medicina para aplacar la intensa furia del pelirrojo, una gran sonrisa cuadrada surge en su rostro, el brillo del triunfo reluce brillante en su mirada conocedora.

— Mierda, creí que nunca lo pedirías. 

Su risa alegre resuena fuerte, Taehyung luce engreído de haber tenido razón, pero a Jimin no podría importarle menos, toda su atención recae en la llave que saca de su chaqueta. 

Podrá ir con Yoongi. 

"Ya casi estamos ahí, Alfa. Espera por mí, voy en camino y nunca más voy a soltarte" 


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El camino hasta Yoongi fue toda una odisea, entre la música estilo Rambo que Taehyung decidió poner para "ambientar la situación" y la pequeña parada por unos bocadillos para matar tiempo en el tráfico, las uñas de Jimin terminaron sufriendo por su nerviosismo.  

Su pierna rebotaba sin descanso y su mente estaba llena de montones de pensamientos, se preguntaba si Yoongi podría haberse caído de su silla y sufrido una fractura en el cuello. Tal vez cuando llegara le dirían que el Alfa estaba en coma o que había perdido la memoria, si era eso jamás podría intentar explicar todos los sentimientos que tenía en su corazón. 

Bueno, lo de la memoria no estaría tan mal, entonces podría fingir que no nos conocíamos y coquetear sutilmente, algo genial, nada de odio. Hey, te invito un pollo asado... O sería bueno si puede olvidar mis tontas pantuflas de conejo. 

Haway //Yoonmin//Where stories live. Discover now