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Jimin camina apresurado detrás de Taehyung, apenas siguiéndole el paso. 

Luego de unos cuantos sobornos y sus últimos dos paquetes de gomitas de cereza — Además raramente, luego de leer algo en su celular y sonreír maquiavélico —. Tae acepto llevarle con él. 

Se ha arreglado a la velocidad de la luz y ha salido como rayo, no queriendo que el ojiverde le deje atrás.

Porque siendo franco. Jimin nunca había encontrado la manera de salir de ese manicomio, y si Taehyung lo había hecho... Pues nada, tendría que aceptar las condiciones que pusiera, realmente quería salir de tanto encierro, no soportaba un segundo más. Jimin era un alma libre.

Son apenas las seis de la tarde, pero el camino a la ciudad era de por lo menos dos horas, pues aquel internado estaba casi desconectado del mundo. Era el infierno. 

Con sigilo han salido de su habitación, chequeando que la Beta que vigila el ala A no esté a la vista. Una vez lo logran, caminan a la parte trasera de su edificio, donde el conserje tiene un pequeño armario. Un pequeño rincón en el cual guarda toda su herramienta de trabajo.

Jimin observa todo entre confundido y molesto, pensando en que el pelirrojo es muy lento, él ya quiere irse. Su lobo está ansioso desde que escuchó la palabra "Salir".

— ¿A dónde se supone que vamos? — Jimin habla, mientras ve como el más alto se asoma dentro de la caseta del conserje. 

Taehyung es tan lento, joder. 

— Shh. — Ni siquiera le voltea a ver, simplemente le manda a callar.

Jimin no puede estar más indignado. 

¿Qué se creía ese cabeza de chicle? 

— No veo ninguna salida. — Molesto por haberle callado, insiste.

—Shhh.

Y ahí va de nuevo la misma acción, solo que esta vez, puede ver como el menor pone su dedo índice, señalándole que haga silencio. Parece incluso un poco exasperado ante la insistencia del mayor. 

— No me shhhchees, idiota.

No sabe si esa palabra existe, pero da igual. No es posible el poco respeto que le tiene ese chico. 

Incluso si no es por mucho, Jimin es el mayor. Ni siquiera le llama Hyung.

— Oh, por un demonio, cállate. El conserje está ahí, estúpido.

Taehyung voltea molesto y le señala dentro, Jimin puede ver al anciano Omega, sentado en una silla, durmiendo con la boca abierta. 

Y sí, sabe que por poco la ha cagado.

Jimin baja la voz, pero aún así sigue quejándose, porque así es él. Es molesto, pero su carita lo compensa, ni modo.

— ¿Y qué? Ni que vaya a saber que nos vamos a ir.

— Ahhh, como jodes. —El pelirrojo pasa las manos por su rostro cansino. —. Necesito que siga dormido, para poder tomar sus llaves y abrir la reja trasera, ¿Ya? Ahora, cállate.

Taehyung tiene una expresión no muy agradable y aunque no está muy contento con hacerle caso, guarda silencio. Sólo por ahora, mantendrá sus bonitos labios cerrados y seguirá al de piel caramelo, por está única vez. 

Vamos, vamos, nos está esperando. 

— ¿Quién nos espera? — Jimin pregunta en voz alta, ante el repentino susurro de su Omega. 

— Joder, Park. Que te calles. 

Guarda silencio ante el regaño, decidiendo que más tarde cuestionara a su lobo.

Haway //Yoonmin//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora