¤30¤

7.4K 1K 350
                                    

Yoongi corre apresurado, su corazón que de igual forma late desbocado, se siente como si fuera a estallar.

Alejando con sólo una mirada a cada persona que intenta interponerse en su camino, se abre camino hasta la habitación de su destinado.

Mi Omega.

Incluso a varios metros, puede oler el aroma que le llama, avisando que ha esperado por él por mil y un años. 
Que su amor ha permanecido intacto a través de los tiempos.

Se detiene una vez llega a la puerta, donde dentro, le espera su más grande anhelo.

Frente a la puerta se encuentra Taehyung, con el ceño fruncido y los brazos cruzados. 

— Tete — Yoongi le llama apenas en un suspiro, pues tanto correr le ha hecho perder el aire. Aunque es un Alfa y su condición física es buena, por naturaleza. El celo le deja débil y sus sentimientos revueltos dentro del pecho le han agotado.

— ¡Mierda, Min! — Exclama, a la vez que le da un empujón, el cual Yoongi no espera, así que apenas logra mantenerse en pie. — ¿¡Por qué tardaste tanto!? 

— ¡No estaba tan cerca y había demasiados Omegas por todos lados siguiéndome!  — Exclama de igual forma, mientras soba su adolorido brazo.

Bueno, que el chico era Omega, pero no débil. 

— ¡Pues no es mi puto problema, aprende a volar o algo! — Taehyung está tan indignado, Yoongi corriendo lento y él teniendo que soportar a su amigo-enemigo. — Tu jodido novio.no.novio casi me muerde. ¿¡Crees que mi preciosa cara se vería bien con jodidos dientes en ella!? ¡Seguro que sí, pero no quiero tener marcas de dientes! 

Yoongi casi quiere reír, pues Tae luce tan gracioso gritando con el rostro todo rojo, pero por su propio bien se abstiene de hacerlo. Se conocen hace unas semanas, pero ya sabe que no debe jugar con el temperamento del menor.

— Lo siento, pero ya estoy aquí. — Yoongi sonríe intentando apaciguar al furioso chico, quien solo rueda los ojos. — ¿MinMin, está bien? 

El olor de su novio (realmente no, pero dejemos que sueñe por un momento) lo aturde, pero aún así necesita preguntar por su estado para poder respirar. 

Taehyung bufa ante la pregunta. — Claro, mi cara siendo destruida no es importante. Como sea, está bien, en lo que cabe. Pero necesita unos jodidos supresores rápido, vine tan deprisa que ni siquiera los traje. No he escuchado nada desde hace veinte minutos, luego de que me echo de mi cuarto, simplemente he estado aquí esperando a que llegues.  — Frota su cara con sus manos, molesto de ser un alma tan pura y bondadosa, haciendo que termine en estas tonterías, en lugar de estar disfrutando en alguna fiesta. 

Yoongi asiente. Está realmente agradecido, porque aunque Taehyung no lo admita, se preocupa y cuida de su MinMin. 

— Gracias, cómplice. 

— Sí, sí, soy un ángel. Para tu mierda príncipe blanco. Solo entra y calma a la bestia, no tengo idea de cómo, pero hazlo. — Habla mientras jala a Yoongi hasta la puerta. — ¡Pero! Nada de cochinadas. ¿Entendido? 

El omega le mira amenazante, estaba bien que le gustara molestar a Jimin y odiarlo, pero igualmente iba a cuidar que no pusiera sus garras sobre su tierno enemigo, no mientras no fueran novios. O Jimin admitiera que Yoongi le gustaba más de lo que dejaba ver.

— ¡Entendido! —. Yoongi asiente, aunque en realidad su mente esta en el olor que le marea, finge que ha entendido algo que ni siquiera llego a escuchar. 

Con eso aclarado, Taehyung se da la vuelta y corre en busca de los malditos supresores. Y que Dios de apiade del que se cruce en su camino.

Yoongi respira, observando la puerta con nerviosismo, toma el picaporte y cuando por fin abre... Se encuentra con un precioso lobo de pelaje negro y grandes ojos azules, los cuales le observan alertas. El pelaje es tan denso como la noche, sus ojos brillan sin igual y no puede dejar de verlo.

Haway //Yoonmin//Where stories live. Discover now