¤16¤

12.2K 2K 134
                                    

Jimin no se ha movido un milímetro de donde se encontraba.

El alfa ahora camina por la habitación como si fuera suya, observando esa repisa donde descansan las posesiones más preciadas del menor, como la última foto de él y su abuela.

Jimin quiere impedir que vea, pero el Alfa ya sostiene la fotografía en sus grandes manos. 

— Eres tú, ¿No? —Yoongi sonríe al observar a un pequeño niño de mejillas abultadas, que pasa sus pequeños bracitos alrededor del cuello de una mujer mayor, quien sonríe de la misma forma que el niño.  —Eras muy lindo.

—Aún lo soy.

Jimin murmura con un puchero involuntario, sin darse cuenta de sus palabras. Porque bueno, así era él. 

Yoongi ríe y una vez más el pelinegro siente que algo recorre su cuerpo, es que el alfa tenía una linda risa, no es su culpa. Además del jodido olor que ya había impregnado todo el cuarto. 

— Me has dado una pista al irte de esa forma hace un rato, pero ahora veo que realmente eres algo... —Yoongi no termina de hablar, pues Jimin responde.

— ¿Hermoso? ¿Único? — Alza su ceja con una sonrisa mordaz. — Sí, ya me lo han dicho.

El menor se levanta de su posición en la cama, pues su cuerpo por fin ha reaccionado. Si este tipo creía que se quedaría sentadito y tranquilito, esperando que le dijera a qué venía, estaba muy pero muy equivocado. 

No era posible que se comportara así solo porque ese cabeza de brócoli estuviera frente a él, era muy guapo, imponente y olía jodidamente bien, pero si alguien debería ponerse nervioso ahí... Jimin no sería quien lo hiciera.

— Pensaba en altanero, pero eso también sirve.

El pelimenta observa de pies a cabeza a Jimin, entonces puede ver que aún lleva esas lindas pantuflas de conejo, está tentado a sacar su celular y tomar una foto, pero por la cara de fastidio del chico, no cree que sea una buena idea. Posiblemente terminaría muy adolorido en una parte que no debería ser golpeada jamás. 

— No tengo idea de que quieras en este lugar, pero tengo cosas que hacer, así que si has terminado, puedes irte. —Jimin sonríe falsamente y pasa por un lado del alfa, hacia su armario, toma su chaqueta y se deshace de esas estúpidas –Pero muy cómodas para su mala suerte– pantuflas, para seguido calzarse sus zapatos, siempre dándole la espalda al Alfa.

Quién muy feliz se regocija de la vista de aquel maravilloso trasero, claro que con cautela. Tal vez debería sentirse como un pervertido, pero culpa totalmente a su lobo que murmulla cosas que ni siquiera entiende y mantiene su vista fija exactamente ahí.

Después de todo es mío, que tiene. Nomás un ratito.

— Tan solo quería decirte que la directora me ha llamado y me dijo que revisaron las cámaras de seguridad. Encontraron al verdadero responsable, van a darle una sanción a la maestra Choi.

Jimin no quiere hacerlo pero termina sonriendo, porque la vida por fin le sonreía. Esa amargada Beta le estuvo haciendo la vida imposible por más tiempo del que podía soportar, si tanto le había jodido que ese Beta Chen lo hubiera preferido antes que a ella, pues no debió molestarlo desde un inició. Jimin tan solo se vengo un poco. No era su culpa que aquel chico hubiera caído con unas cuantas sonrisas y guiños. 

— Pues me alegro, esa bruja se lo merece. — Jimin abre la puerta y con la cabeza le hace una seña al Alfa. — Ahora te puedes ir. 

— ¿Siempre eres así con las personas que te ayudan? Porque ni siquiera me has dicho adiós cuando te fuiste. — Yoongi alza una ceja y cruza sus brazos.—  ¿Acaso no sería justo decir un pequeño gracias?

En realidad no lo sentía necesario, pero de verdad que no podía creer que él chico pudiera hablarle así después de que le ayudó, nadie le había tratado así jamás y es por eso que tal vez le interesaba un poco más. Mantenlo, pero a Yoongi le parecía una personalidad increíble.

Quería conocer tanto de ese chico como pudiera.

— Si has venido por un agradecimiento, es una lástima.

El omega se pone la chaqueta, observa su reflejo un momento al espejo y camina a la salida. Yoongi rápidamente lo sigue, con las manos en los bolsillo del pantalón y la cabeza ladeada en confusión.

— ¿Por qué?

Cuando el omega está afuera, le hace una seña al mayor para que salga, este sale y el pelinegro cierra la puerta.

Luego Jimin posa su mano en el antebrazo del alfa, se acerca muy lentamente a Yoongi y cerca de su oído susurra; — Porque yo no doy gracias, Alfita.

Se aleja rápido y se da la vuelta, mientras camina por el pasillo y el alfa observa aquel tentador movimiento de caderas, empieza pensar una vez más que encontró a alguien muy especial.

Sabían que es la semana del yoonmin ¿? wuuuu

Haway //Yoonmin//Where stories live. Discover now