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Jimin rueda en la cama de un lado a otro, totalmente fastidiado. En ese maldito internado nunca había nada que hacer.

¡Ni la contraseña del WiFi tenía!

Y sus datos ya se habían acabado, no había salvación, era el fin. 

— ¡Esto es una mierda! — Exclama entre lloriqueos, ya harto de contar los puntos que encontraba en el techo. 

— Lo sé, la bolsa dice que trae 30 galletas, pero las conté y son 29. Bastardos, me mintieron. — Taehyung observa la envoltura de galletas con molestia. — Putos estafadores, quiero mi galleta.

Jimin ve como el menor por unos meses refunfuña por la supuesta estafa. Y de nuevo solo rueda sus ojos. A este paso se quedaría bizco.

— Imbécil, no hablo de eso. Además, tienes una en la boca, ¿Ya la contaste?

El pelirrojo alza la mirada asombrado y luego se tira a reír a carcajadas en la alfombra, es verdad, la galleta siempre estuvo ahí.

Jimin simplemente ignora a su amigo-enemigo y se levanta de su cama toda desordenada, para abrir las cortinas, que no le dan vista de nada más que la pared del edificio continuo.

Maldito lugar era más aburrido que un convento o algo así, preferiría estar en una cárcel, ahí por lo menos vería peleas entre presos o que sabe él. Tal vez un manicomio sería mejor opción. 

— Estoy harto de estar encerrado. — Frustrado revuelve sus cabellos y suelta un suspiro ruidoso. 

— Pues ve a las clases, idiota.

Tae habla mientras se levanta del suelo y esconde sus galletas en un cajón, como si fueran un precioso tesoro –En cierta manera lo era, pues no estaban permitidos alimentos en las habitaciones – un delicioso tesoro de chocolate.

Al instante de escuchar las palabras, niega con un escalofrío recorriendo su cuerpo, imaginar estar todo el día escuchando basura que no quería aprender y soportando a un Alfa que solo lo sacaba de quicio, le parecía una idea terrible. Eso era lo que menos quería. 

—No, ahí está el segundo imbécil que más odio.

— ¿Quién es el primero? — Pregunta el pelirrojo sin real interés, a la vez que esculca en su lado del armario, buscando su chaqueta favorita.

Escondida hasta el fondo, pues infringe las normas de vestimenta. 

Realmente ese lugar apestaba. 

— Tú, obviamente. Estúpido mono.

Jimin sonríe con suficiencia, cuando la mirada furibunda de el pelirrojo lo escrudiña y luego sus pies zapatean, sus labios salen haciendo una especie de mohín. Simplemente por las palabras que le tomaron desprevenido y sin la manera de tener una respuesta igual de burlona. 

Ugh, no le gustaba perder.

El omega pelinegro se encoge de hombros y se recuesta una vez más en el nido de mantas, ignorando olímpicamente al menor de cabello rojo. 

Más este, de repente forma una sonrisita triunfadora en su rostro, para luego soltar las palabras que instantáneamente hacen llamar la atención del pelinegro. 

— Genial, yo pensaba llevarte conmigo, pero mejor jodete y quédate aquí aburrido, cerdo putrefacto.

Jimin abre su boca tratando de protestar, pero nada sale y Taehyung no puede sentirse mejor.

Taehyung +10

Jiminnie -100000 


Haway //Yoonmin//Où les histoires vivent. Découvrez maintenant