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Justo por la noche, en la gran mansión de los Min. El beta llamado Jackson dobla y organiza la ropa.

Dos trajes para alguna ocasión especial y muchas camisetas negras, las preferidas del alfa. Calcetines y ropa interior, también el pequeño peluche con forma de galleta, el cual Min recelosamente intenta ocultar que necesita en las noches de tormenta. 

— No entiendo porque todo este problema, hay muchos omegas por ahí, no necesitan ser exactamente de ese lugar. — Jackson encuentra la idea muy disparatada. 

Yoongi quien tan solo observa como su ropa es empacada sonríe con burla y habla con un tono de obviedad que irrita al beta.

— Mi querido Wangson, eso solo me garantiza que mi omega no será un sumiso más, es cuestión de lógica. — Yoongi golpea su cien con su dedo. 

— Tu lógica es estúpida, Yoongi.

Jackson rueda los ojos por milésima vez y termina de cerrar la maleta del pelimenta. No entendía cómo es que este tipo era su jefe. 

—Tú eres estúpido — Yoongi le lanza algún cojín que estaba a su lado y bufa con diversión.

— No más que tú. Eres el tonto que se pone las camisetas al revés. — Respondiendo al ataque, le lanza algún boxer que no empaco. 

Yoongi hace una mueca, pero luego, con una sonrisa altanera habla.
— Tú eres el que trabaja para un tonto. 

—Tienes razón, soy más estúpido. —El castaño sonríe y se sienta en el pequeño sofá individual de la habitación de Yoongi.

Yoongi se concentra en el chico frente suyo. Castaño, sonriente y una gran persona.

Un hombre eficiente y trabajador, aquel que llegó a la empresa de su familia hace alrededor de tres años, apenas un año menor pero al final un chiquillo, quien tenía el deseo de trabajar y poder mantenerse por sí mismo. Jackson estaba solo en aquel entonces, con el estúpido rechazo de su padre por no haber nacido siendo un alfa.

Cuando el abuelo de Yoongi le negó la oportunidad de trabajar en aquella gran empresa al no tener experiencia, el en ese tiempo castaño se sintió furioso, impotente al no poder cambiar la decisión de su abuelo
Aún no podía tomar decisiones en ese lugar, pero se prometió que ayudaría a ese joven. Porque Jackson lo merecía, Yoongi estaba seguro de eso.

Y un poco de tiempo después, su abuelo enfermo, el ahora pelimenta empezó a poder tomar decisiones en los negocios y por fin, con ayuda de su padre contactó al muchacho. Le ofreció un trabajo, un techo, su amistad y confianza.

Jackson dejó de estar solo y Yoongi ganó un gran amigo. Su fiel acompañante desde hace casi tres años. 

— ¿Por qué me miras tanto? —El beta pregunta con una ceja alzada. — Oh, dios. ¿Te enamoraste de mí, Yoongi? Oye, sabes que te quiero, pero tengo a Mark, viejo.

— Eres un idiota.

— Ya, me amas, entendí. 


 

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Bien, ni el beta o alfa esperaban eso. Al menos no esperaban ser rodeados de esa forma. 

Omegas aquí, omegas allá, omegas en todas partes.

Una muchedumbre totalmente descontrolada. Yoongi casi pudo sentir nauseas al oler tantos aromas al mismo tiempo, muy dulzones o muy poco dulces. Para este punto su lobo parecía querer salir de dentro de él y huir lejos de ese lugar tan sobrecargado de feromonas alborotadas. Todos lo recién llegados tratando de llamar su atención o simplemente curiosos, que movidos por el morbo de un nuevo tema, llegaron a ver la llegada del pelimenta. 

Estaba tan cerca de correr lejos o simplemente usar su voz de mando para alejarlos a todos. 

Pero antes de poder hacer algo, eso lo detuvo de salir huyendo, oh, ese olor tan dulcemente sutil.

El dulce durazno en su punto, combinado con el refrescante olor de la brisa del mar y ese toque de Ron, apenas notándose muy en el fondo, todo su cuerpo solo pudo  sentir paz, su lobo aullaba con anhelo y felicidad, como si hubiera encontrado algo que había perdido. Quería correr a ese exquisito olor y hundirse ahí, que su alma sea absorbida en su aura calmada y tranquilizadora, quería tomarlo en sus brazos y guardarlo solo para él. 

Se sentía como algo suyo. 

Su otra mitad. 

Pero cómo saber quién de todas esas personas ahí era aquel hermoso ser que portaba tan magnífico olor. Quién de todos era su mate. 

— Te dije que no era buena idea venir aquí. — Jackson se queja, tratando de pasar entre el tumulto de gente. 

— Claro que lo fue. — A penas responde, aún hipnotizado. 




Cambie el aroma, pero este es definitivo. Durazno, brisa de mar y una pizca chiquita de Ron. Porque quiero. El de Yoongi también cambio. Será Ron, roble y un toque chiquito de durazno.


YA QUE CHINGUEN SU MADRE LOS OLORES, HUELEN A CULO YA BASTA DSJFKSDLF DNOMÁS NO ME LOS APRENDO ALABSDHFDSKJF

Haway //Yoonmin//Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz