siete - 1923

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siete – 1923

            Cuando Harry consiguió salir de su habitación después de su ataque de pánico, fue directamente a la sala principal, un lugar en el que nunca antes había estado.

Era raro para él salir de su habitación cuando no era absolutamente necesario. Pero ese día, era un día demasiado bonito para no salir de su habitación durante la hora del almuerzo. Alguna canción country estaba sonando y nadie se molestó en cambiarla cuando entró en la sala, caminando lentamente mientras inspeccionaba a cada paciente sentado allí. Había un anciano sentado justo al lado de la puerta, con la cabeza apoyada contra la pared mientras murmuraba algunas palabras incoherentes una y otra vez. Luego, había una joven chica sentada en el sofá junto a una enfermera. La chica tenía las manos atadas a la espalda mientras respiraba a través de sus dientes apretados, parecía como si estuviera lista para atacar a la enfermera. Todo el mundo dentro de la habitación parecía totalmente como si fuera a matar a alguien si se les diera la oportunidad, haciendo sentir a Harry como si fuera la única persona cuerda dentro de la institución. Aunque eso empezaba a ponerse en duda a medida que pasaba el tiempo.

Luego estaba Louis, sin embargo; Louis no parecía estar trastornado o tener un problema mental, y el hecho de que prefería a los chicos que a las chicas no era una razón válida para encerrarlo en un lugar como éste, según Harry. No estaba seguro sin embargo de sus pensamientos ya que él había crecido en un hogar donde la palabra 'homosexual' sólo se planteó en dos ocasiones. La primera vez, fue durante la cena, cuando su madre Anne estaba discutiendo acerca de su nuevo vecino que acababa de mudarse al lado con el resto de su familia y su hijo, que parecía muy dulce. Y Harry tenía que estar de acuerdo; el chico tenía el cabello rubio con mechones marrones interrumpiéndolo, cálidos ojos azules -al igual que Louis- y una enorme sonrisa en su rostro. Su nombre era Niall y recién se había trasladado de Irlanda con el resto de su familia. El padre de Harry había comenzado entonces un largo y aburrido discurso, destacando cosas o rasgos de Niall que confirmaron su teoría de que él se acostaba con muchachos. Para hacerlo corto, Harry tuvo entonces prohibido pasar su tiempo libre con el hijo del vecino.

La segunda vez fue dos años más tarde, cuando el cumpleaños número 20 de Harry se acercaba, por ende el tiempo que iba a comprometerse con esta hermosa chica- Cara era su nombre. Ella era de herencia italiana y una persona encantadora en general, no es que Harry estuviera enamorado de ella. Harry nunca logró enamorarse de ninguna de las chicas con las que su padre le arreglaba citas. Y aunque él era completamente estricto al hecho de que iba a casarse sin estar enamorado, empujó su moral aun lado sólo porque Cara era una chica dulce y podía hacerlo reír; ella podía entenderlo, al menos.

Pero un día, Harry finalmente encontró el coraje y canceló el matrimonio, besando los labios de Cara que estaban allí sonriéndole, no porque estuvieran rompiendo -si es que alguna vez tuvieron algo- sino porque estaba haciendo lo que finalmente quería, y ella estaba feliz por él. Su padre, por otro lado, tenía la mandíbula tensa y después, arrastró a Harry dentro de su habitación y comenzó a gritarle. Le grito sobre cómo había arruinado a toda la familia con lo que había hecho y que si se enteraba de que otro hombre fue la razón por la que rompió con Cara, le cortaría la garganta inmediatamente. Había dejado a Harry dentro de su habitación, acurrucado como una bolita en la esquina, con lágrimas llenando sus ojos y la respiración irregular. Dos meses después, llegó al Manicomio Whittingham.

Cuando Harry finalmente se sentó, había elegido un agradable, menos polvoriento y pequeño sofá en la parte trasera de la sala, donde no sería el centro de atención. Hablando de atención, cuando Harry levantó la vista otra vez, vio a Louis moviéndose de un sofá para conseguir un poco de agua en la parte trasera de la sala, caminando justo en frente de Harry, cuando de repente, hombre alto y de mediana edad apareció frente a él, molestando al chico de menor edad.

—¿Cómo saben? —preguntó—. Las pollas que has chupado antes de que te enviaran aquí, ¿cómo saben? Probablemente habrán sido muchas-

—Por favor, detente... —susurró Louis, tratando de alejarse del hombre, pero su cuerpo estaba demasiado débil para simplemente empujarlo.

—La gente como tú debería ser asesinada inmediatamente, pero aparentemente tus padres eran demasiado buenos para hacer esto por ti. Yo sé lo que necesitas —el hombre rio entre dientes, con una mirada desquiciada en sus ojos marrones—. Necesitas que alguien te quite lo gay de encima. Y estaré muy contento por ser esa persona que va a ayudarte.

Harry había estado sentado muy cerca de ellos todo este tiempo, escuchando su conversación. Al igual que la mayoría de los pacientes, Harry habría optado por quedarse donde estaba y no decir nada; este era Louis, Louis quien lo llevo de vuelta a su celda cuando se había desmayado en una sala desconocida, se trataba de Louis, cuyos ojos eran azules como el mar al que Harry no había visitado en años. Rápidamente y con determinación, Harry se levantó de su asiento, caminando hacia ellos y parándose justo detrás de Louis, inclinándose un poco hacia adelante para que sus ojos se encontraran con los del hombre—. ¿Hay algún problema aquí? —y el chico, estaba incluso sorprendido de sí mismo, pues nunca le había hablado con tanta dureza y rapidez a nadie. La débil, y temblorosa voz ya no era algo que Harry poseía.

—Repito, ¿hay algún problema? —repitió Harry, estirando su mano para tocar la parte baja de la espalda de Louis cuando sintió al chico más pequeño temblar. No quería asustar a Louis. Al instante, por alguna razón desconocida, su mano se deslizó un poco más, enrollándose alrededor del vientre de Louis y apretándolo contra su pecho, como una mamá gata que protegía a su gatito.

Sin decir una palabra, el hombre le lanzo un guiño a Louis y se alejó de los dos chicos, volviendo a su enfermera y dejándola examinar sus latidos. Harry luego dejo que Louis acudiera a él; dejando que el chico más pequeño diera la vuelta en su propio tiempo, y luego echó sus brazos alrededor del cuello de Harry y se aferró a él como un bebé indefenso.

—L-Lo siento mucho —le susurró—. No debería tocarte así, lo siento —siguió susurrando Louis, pero aferrándose a él aún más- oh la ironía. Se apartó lentamente, con sus ojos azules fijos en el suelo.

—¿Quieres un poco de agua? —dijo Harry. Y antes de que Louis pudiera responder, él ya se había apresurado y le había traído un vaso pequeño con agua fría.

Louis tragó el frío líquido, lamiendo sus labios rosados y mirando a Harry—. Gracias. Pero no deberías haber hecho eso, no- no debiste.

—¿Por qué? Tú hiciste lo mismo por mí un par de días antes. ¿No debería devolver el favor? No puedo ver a otras personas tratarte de este modo. Tú no estás loco, Louis. Y no hay nada malo en ti. Probablemente soy la única persona aquí que cree eso, pero lo hago. Así que, eso es en parte por lo que lo hice.

Louis sonrió genuinamente—. Me alegro de que lo hicieras —entonces se levantó de puntillas y presiono sus labios bastante rosados contra la mejilla de Harry.

 Que lindo es Harry :3

Sweeter Than Heaven |l.s.| Españolحيث تعيش القصص. اكتشف الآن