quince - 1923

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quince – 1923

            —Señor Styles —habló la enfermera cuando entró en la celda.

Harry ya estaba despierto, sentado en el suelo junto a la cama de Louis, acariciando su cabello y cantando canciones de cuna para el niño dormido. Una vez que Harry la escucho, ni siquiera le importo retirar su mano, solo la miró de reojo— ¿Sí, señora?

—Hoy es día de visita —anunció—, después del desayuno, claro. ¿Estás emocionado? —esa era la parte que Harry odiaba más en el Manicomio Whittingham; la parte en la que las enfermeras, los doctores y básicamente todos trataban de ser bueno contigo y actuar educadamente, cuando en realidad, estaban planeando tu muerte con una descarga eléctrica durante tu tratamiento.

—Todo el mundo lo están —respondió Harry con una expresión en blanco en su rostro. Con un gesto brusco, la enfermera salió de la celda y azoto la puerta detrás de ella—. ¿Lou? —susurró Harry, con los labios apenas rozando la espalda desnuda de su bebé—. Buenos días.

—Uh —murmuró Louis, abriendo lentamente los ojos. Una vez que se dio cuenta de que Harry lo estaba mirando, sus mejillas se tornaron rojo escarlata y rápidamente se bajó de la cama, evitando a Harry completamente mientras se vestía en la esquina de la habitación.

Harry suspiró, pasando una mano por su cabello. Había sido así durante los últimos tres días; desde que Harry le dijo que lo amaba, Louis había estado evitándolo como la peste. Harry se preocupaba tanto: ¿Qué pasaría si el resto de los pacientes encontraban la oportunidad de acercarse a él y hacerle daño?

—¿Hice algo mal? —preguntó Harry entonces, obteniendo una suave, pero todavía herida mirada de Louis.

—N-No —respondió el chico, tartamudeando—, tú- tú no hiciste nada malo.

—¿Entonces por qué has estado evitándome? —el chico mayor le preguntó de nuevo, con la voz más fuerte y llena de desesperación. Por supuesto que él no quería sonar de esa manera, de una manera que hacía que Louis se estremeciera—. Mira, —comenzó de nuevo, con la voz más suave y más tranquilo— me duele ver que estás dolido y triste por algo y que no me dejas ayudarte —Harry no podía comprender realmente cómo todas estas palabras maduras y 'adultas', que debería haber utilizado cuando una vez estuvo comprometido, salían de él tan fácilmente. Tal vez era porque él verdaderamente las sentía—. L- Lo siento, no sé lo que estoy diciendo, lo-

—T-Tú me mentiste.

Harry parpadeó— ¿Qué?

Louis cierra los ojos, respira profundamente y luego los abre de nuevo— T-Tú me mentiste. A la cara. Cuando, cuando me dijiste que m-me amabas.

—Lou- —trató de decir Harry.

—Solo, no me mientas, ¿okay? —dijo Louis—. Yo- uh, me gustas mucho Harry, y-y pensé-

—Lou —dijo severamente Harry—, y-yo no estaba mintiendo en ese momento. Te amo- Creo, creo que eres la mejor persona que jamás he conocido. Y- y cada vez que te veo, quiero, estrecharte en mis brazos y nunca dejarte ir, y ser el único que te proteja de todo aquel que intente hacerte daño- no porque sea mi deber hacerlo, sino porque quiero hacerlo. P-Pero, cuando pienso en ello, en m-mi cabeza, suena tan fácil, pero cuando lo digo, no lo sé. Y sé que tú familia no aprueba que te gusten los niños en vez de las niñas, y nunca pensé que me gustaban los chicos, y nunca he sentido lo que se supone que es el verdadero amor, pero creo que estoy enamorado de ti, Louis —Harry hizo una pausa para tomar una respiración profunda—. Y te juro por Dios que no estoy mintiendo. Nunca te mentiría Lou, yo-

Antes de que siquiera pudiera terminar la frase, Louis ya había envuelto sus brazos alrededor de su torso y enterrado su rostro en su pecho— Hazme tú rey, por favor, Harry, hazme tú rey —murmuró Louis frenéticamente, como si no hubiera un mañana, como si todo se perdiera, como si él fuera a perder a Harry.

Sweeter Than Heaven |l.s.| EspañolWhere stories live. Discover now