Sweeter Than Heaven |l.s.| Español

veintinueve - 1923

veintinueve - 1923

            Harry nunca había conducido antes en la vida que vivía entonces, y definitivamente lo demostró.

El camino era extremadamente raro, lo que causó que los dos niños se golpearan las cabezas ocasionalmente en el techo del auto de Gemma, sin embargo, Louis permaneció en silencio, con la mano debajo de la barbilla, la cara presionada contra la ventana y contemplando el paisaje exterior— ¿Hay algo que te preocupe, mi princesa? —le preguntó Harry en algún momento con tono preocupado.

Louis suspiró contento, con los ojos aún fijos en el exterior— Nada —respondió—. So-solo estoy feliz —su voz era dulce y suave, como la sensación de las yemas de tus dedos contra una cálida, recién lavada y esponjosa manta. Ambos chicos no habían estado fuera del campus del Asilo durante más de seis meses, de ahí que se sintieran tan fascinados por todo al llegar a la ciudad—. E-Estoy contento de que estés conmigo, Hazzie, y- y de que ahora podemos ser- podemos ser reyes; podemos, ¿cierto? Dijiste que podíamos...

Harry le sonrió al niño pequeño, extendiendo su mano sobre su pierna regordeta. Durante su estancia en Whittingham, Harry creía que seguían siendo reyes; es solo que sus coronas estaban hechas de espinas que les pellizcaban la piel y los hacían sangrar. En ese momento, al mirar a Louis con cariño, no era difícil visualizar una corona dorada con piedras rojas encima de su cabello castaño— Mi niño, por supuesto que lo somos. La mejor princesa del mundo, mi princesa...

—Te amo Harry... —susurró Louis, tocando la mano de Harry y entrelazando sus dedos.

—Yo también te amo, ángel —se burló entre dientes Harry, haciendo que Louis lo mirara de forma divertida—. Solo estoy bromeando. Pero tú eres mi ángel.

Mantuvieron sus manos entrelazadas durante todo el viaje. Gemma le había recomendado específicamente a Harry que manejara hasta el puerto y consiguiera un boleto para el primer barco que zarpara a Francia en ese momento, y tal vez ella los buscaría después de que las cosas se hubieran atenuado. Pero en ese momento, tenían que abandonar el país, alejarse de todo el mundo antes de que ellos descubrieran a dónde iban y quiénes eran— ¿H-Harry? —preguntó Louis cuándo Harry finalmente estacionó el auto, después de un viaje lleno de allanamientos y chocar con objetos al azar en las calles—. ¿A dónde vamos, Harry?

Harry le sonrió, inclinándose para presionar un suave beso en sus labios— Vamos a Francia, pequeño. Nadie te va a lastimar ahora, vamos a vivir nuestras vidas como los reyes que somos, mi princesa...

—Hum... —balbuceó Louis, escondiendo su rostro—. ¿Nadie?

—Nadie, mi dulce amor. Seremos solo tú y yo... para siempre.

Finalmente llegaron a la estación para comprar sus boletos, a pesar de que Harry tuvo que mirarlos audazmente con sangre manchada en su camisa y murmurar un 'Styles' rápidamente, solo para obtener su boleto más rápido que el resto de la gente esperando en la fila. Mientras colocaba a Louis delante de él y lo sujetaba por el cinturón, Harry se dio cuenta de que tener un padre famoso a veces ayuda. Afortunadamente, Gemma había traído un par de prendas de Ashton en el auto, así que tuvieron tiempo de ponerse ropa más apropiada en lugar de los uniformes del Asilo, aparte de que Harry tenía un par de billetes en los bolsillos para los boletos y para cuando llegaran Francia. La ropa de Ashton en Louis se veía extremadamente enorme y holgada, pero Harry creía que su amante aún se veía tan etéreo como siempre— Quédate cerca de mí y no te alejes por ningún motivo... —murmuró Harry con voz ronca en el oído de Louis, acercándolo más a él con el cinturón mientras viajaban a través de las masas de personas que caminaban en el barco.

—E-Esta bien... —acordó Louis, abrumado por todo lo que estaba sucediendo a su alrededor. Todavía podía sentir el aliento de Harry, que olía a sangre y a carne golpeando el costado de su cuello, y le tomó todo su autocontrol para no dejar que su verdadera naturaleza brotara allí mismo, incluso si sus ojos parecían un poco más oscuros de lo usual.