Tiempo al viento

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Había visto en películas que cuando las personas pasaban por un suceso difícil o triste solían encerrarse y hasta llegaban a dejar de comer.

Yo nunca había hecho algo así ni siquiera cuando paso lo de Marck, ahora que lo pensaba en todos esos meses no me había detenido a llorar por él, lo había hecho a ratos, mientras me bañaba o si cortaba cebolla, pero hasta ese momento no lo había hecho cual protagonista de novela.

En ocasiones pasadas, después de pasar por una ruptura y/o decepción, lloraba mucho hasta que lo superaba y repetía el ciclo, sin embargo, con él no me había dado el tiempo.

Ahora que no estaba haciendo nada, parecía la oportunidad perfecta para ponerme a pensar en el y todos los recuerdos que compartimos, me parecía increíble que ya había pasado casi medio año desde la última vez que estuvimos en el mismo espacio.

Pasaba la mayor parte del tiempo revisando mi celular, donde conservaba fotos y videos. Eran contadas los que salíamos juntos, en general la mayoría lo había tomado de manera infraganti.

Reía mientras lloraba o lloraba mientras reía con videos de Marck cantando y bailando en lo que cocinaba en las pocas ocasiones que lo deje entrar a la cocina, también estaban de sus shows que se aventaba creyéndose Freddie Mercury cuando creía que no lo miraba mientras se lavaba los dientes.

Las fotos eran por el estilo, me gustaba fotografiar a las personas de improvisto y sin que se enteraran, a mi parecer solo así podías capturar su parte más genuina porque no posaban ni esbozaban una sonrisa para la foto, salían al natural.

Tenía muchas así de Marck, sobre todo de cuando comía porque ponía una cara infantil demasiado encantadora.

La última foto que tenía era del día de la tragedia donde Marck encima del sillón bailando, estaba medio borrosa porque ya estaba algo ebrio, y el ultimo video era uno del mismo día que ni siquiera sabía de su existencia. Al parecer en algún momento dado de nuestra borrachera lo tome, según nosotros estábamos bailando como los gorilas, aunque em realidad más bien la estábamos aullando.

Ese día fue en el que me permití llevarme por todos mis instintos menos el de la razón. Aunque quizás si lo veía de manera objetiva fue lo mejor, para dejar de hacerme wey y afrontar las cosas como eran. Cuanto más iba a aguantar tratando de engañarme diciendo que lo que sentía por Marck era mero agradecimiento. Por mi estupidez tarde o temprano eso me acabaría explotando, tal como sucedió, sin embargo, nunca imagine que fuera como paso, no esperaba que Marck contribuyera, creí que el único que cometería un error serio yo.

Nunca me había sentido tan miserable, ya no solo era mi fracaso laboral en si todo me había dejado así de débil.

Lo que me ayudaba era que estaba rodeado de muchas personas, en mi cuarto era un desfiladero, entre Leo y Joaquín quienes eran los que me alimentaban, Gus que me ayudaba a cambiarme y bañarme y Mariana que me peinaba, aunque lo que tenia lesionado era el pie parecía que quería mantenerme lo mas pulcro para que no acabara de deprimirme mas.

En realidad, no tenía sentido porque mi look de los últimos días había sido el almohadazo, pero le agradecía que me diera de su tiempo.

Hasta Andrés llego a estar conmigo, aunque nada más fuera para revisarme el pie y asegurarse que me estuviera tomando todo el medicamento y vitaminas, nunca me dijo nada en sus visitas, me sentía aliviado que por una vez se amarrara la lengua no tenia humor de discutir con el.

No supe si mis padres también llegaron a ir porque nunca entro ninguno al cuarto lo cual prefería ya que no quería que me vieran en ese estado tan deplorable.

Ahora, nosotrosWhere stories live. Discover now