Ser o parecer

18 1 0
                                    


Al día siguiente fue necesario desmañanarse para que todo estuviera listo para su viaje, desayunamos y después de terminar de comer me despedí de Tita y Pamela mientras Oscar alistaba a Ikki, todo fue muy fácil, parecía que no intuía cual era nuestra misión, llegamos a mi departamento y se puso a inspeccionar el lugar.

—Creí qué sería más difícil, no sabes lo que padezco cuando lo llevo a su hospedaje—comentó mi amigo mientras lo veía.

—Claro que lo sé, te he acompañado—le recordé

—Oh es cierto—respondió riendo—ahora que lo pienso es mi primer viaje sin ti.

—Y es la primera vez que me quedo sin ti—ambos nos quedamos mirando a la inmensidad con cierta tristeza.

—Ya nos hace falta extrañarnos un poco—soltó de repente rompiendo el ambiente melancólico

—Disfruta a tu familia—le dije—y me saludas a tus padres y tíos.

—No sé porque presiento que va a ser la primera y última vez que voy sin ti.

—¿Por qué lo dices?

—Te adoran, creo que preguntan más por ti que por mi

—Es mi encanto.

—Hablando de encanto, te comportas eh.

Lo miré confundido

—¿Qué quieres decir?

—Sabes de que hablo, no quiero sorpresas para cuando regrese, de buenas que no te puedes embarazar si no, no me podría ir en paz.

—¡Oscar! —exclamé.

—En serio hermano, cuídate de ese señorito qué parece ir con todo y tu ni las manos pones, no quiero recibir invitación de boda eh—me advirtió amenazándome con un dedo—aun eres muy joven—dijo con un poco menos de seriedad, pero si con cierto dramatismo.

—La misma burra al trigo. No pienso llegar a ese punto.

—El problema es que cuándo menos veas ya estás diciendo "acepto"

—Lo mismo me dijo Pamela—musité apretando los dientes

—Hablando del diablo—dijo mirando su celular—ella hace las tarugadas y ahora se pone histérica —bufó—en fin, lo mejor es que me vaya antes de que Ikki se entere—asentí, aprovechamos que en ese momento se había metido a mi cuarto a husmear.

Nos quedamos en el pasillo para terminar nuestra conversación.

—Me llamas cuando llegues allá—le pedí.

—Claro, ya sabes las probabilidades de un accidente aéreo son...

—No sigas—lo atajé, Oscar me sonrió.

—Bueno mi querido y estimado amigo, llegó el momento del adiós.

—No seas tan dramático—dije riendo— me traes un tamalito de los que hace tu ma

Oscar soltó una carcajada.

—Tendría que ver si se pueden congelar porque de aquí que vuelva se van a agriar, te cuidas hermano.

—Tú también te cuidas,

Después de esas palabras se acercó a mí y me abrazó.

—Cuida ese corazoncito, lo quiero intacto cuando venga—me dijo, lo estreche un poco le di unas palmaditas y luego nos separamos.

—Vete tranquilo—me miró un momento con la boca un poco fruncida y los ojos entrecerrados.

—Bueno, pero me mantienes al tanto.

Ahora, nosotrosWhere stories live. Discover now