Hombre afortunado

19 2 2
                                    


No fue sino hasta mediados de enero del año siguiente que pudimos ir a ver a la familia de Oscar, pese a ello no le importo habernos tardado más de lo previsto, estaba feliz de poder verlos en un período de tiempo tan corto.

En esta ocasión, nos dimos el lujo de quedarnos una semana en la que pudimos disfrutar aún más el lugar y a su familia. Nos festejaron con el mismo entusiasmo con la que celebraron mi familia cuando anunciamos respecto a nuestro negocio, la madre de mi amigo no cabía de la felicidad, parecía que, aunque siempre lo alentaba aun estaba dudosa de si su hijo pudiera salir adelante por sí mismo por lo que enterarse de una noticia así le quitó un gran peso de encima.

Después de ese suceso, teníamos que organizar un evento que se realizaría en el mes de mayo, era uno de nuestros eventos de gran magnitud en todo sentido por lo que el trabajo fue aun mas arduo, y cuando apenas estábamos a mitad de la planeación yo tenia otro viaje que realizar.

Mi destino era la Ciudad de México, para ir a la graduación de Mariana lo cual aún me parecía inverosímil que esa pequeña niña hubiera ya acabado la universidad.

Partí un día antes con mis hermanos, para comodidad de todos Joaquín consiguió un carro extra para poder dividirnos, nunca podría entender como en algún tiempo cupimos todos en nuestro viejo auto, quizás se debía a que íbamos como sardinas, pero de niño esas cosas no importan mucho, menos si la ocasión es un paseo.

El viaje fue agradable, me toco irme con Gus, Leo y Pato por lo que el ambiente se sintió mas relajado. Realmente hacia demasiado tiempo del viaje que realizamos aquella noche en ese viaje fuga, en el camino iba pensando que deberíamos planear mas seguido salidas así, quizás no de improvisto, pero si considerar viajar más.

Llegamos por la noche a una casa que nuestra tía con la que se quedaba Mariana nos consiguió, apenas llegar caímos como moscas, cenamos ligero y mamá nos mando a dormir. El caos del día siguiente me recordó a la época en la que íbamos a la escuela, nuestra madre tenia que cronometrar el baño para que nos diera tiempo a todos de asearnos. Tener un solo baño para siete personas era bastante complicado, ya ni digamos si a alguno le daba diarrea.

Finalmente, y tras muchos regaños como si aun fuéramos niños, logramos estar listos. La ceremonia de graduación fue muy parecida al de hace 4 años cuando acabo la prepa, después continuo con una fiesta organizada por la misma universidad para los alumnos y sus familiares. Dio inicio con los egresados haciendo una presentación de baile contemporáneo para al terminar reunirse al festejo.

Me sentía un poco desconectado, aun me parecía una locura que mi hermanita ya fuera una licenciada, recordaba como si hubiera sido ayer cuando la fuimos a dejar a su primer día de escuela en el kínder, ahora no faltaba mucho para repetir ese evento esta vez con Iván.

—Aun no llegas a los treinta y ya tienes esa mirada nostálgica—observó Boo llegando de pronto a la mesa donde estaba sentado junto con los demás, aunque me mantenía algo ajeno a ellos.

—Es inevitable tratándose de ti—respondí, ella me sonrió y me dio un abrazo.

—Ali, no sé qué hacer—reconoció sentándose a un lado de mí, tenía una ligera idea de a que se refería, pero no quería ser quien le diera pie en un ambiente tan festivo.

—¿A qué te refieres?

—A mi vida en general—soltó un suspiro, parecía ser que eso le estaba impidiendo disfrutar como debía ser—muy bonito esto de graduarse, pero ¿Qué sigue? —me cuestionó mirándome como cuando tenía cinco años y buscaba las respuestas de la vida.

—Hay muchas posibilidades, Boo—dije sin saber exactamente qué respuesta darle, porque yo aún seguía buscando como responder a esa pregunta—Creo que en primer instancia es preguntarte si te vas a quedar aquí o que deseas hacer.

Ahora, nosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora