Alguien más

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No veía venir semejante situación tan incómoda, nunca esperé a que Braulio se apareciera de pronto sin previo aviso, bendito momento en el que tuvo que llegar. Su mirada era hasta inquisidora y no dejaba de ver hacia donde se encontraba el perro quien no era precisamente lo que atraía toda su atención, sino Marck.

No tuve tiempo de reaccionar ni decir nada porque en ese momento Ikki se puso loco, no como solía recibirme sino en modo agresivo, comenzó a gruñir y ladrar queriéndose abalanzarse sobre él.

—Ikki cálmate—dijo Marck que intentó jalarlo con la correa para evitar que lo tumbara, no pude intervenir por lo que lo dejé batallar con el—cálmate tu—repitió aun tratando de jalarlo—mejor me adelanto — y siguió tratando de arrastrar a Ikki que parecía dispuesto a taclear a Braulio, Marck se fue con trabajo arrastrándolo casi. Una vez que la tranquilidad regresó al lugar me quedé frente a Braulio que parecía estar esperando una explicación.

—Este fue el asunto urgente—comencé a decir— Oscar tuvo que irse antes con su familia y me dejó encargado a su perro—parecía que era todo lo que menos le importaba.

—¿Quién era él? —cuestionó muy serio con el ceño fruncido, jamás pensé verme en medio de algo así—No es uno de tus hermanos—añadió secamente.

—No, no es uno de ellos—admití, no quería mentirle, pero tampoco es como que la verdad sonara bien—Es quien pasea a Ikki—dije finalmente cuando logré recuperar un poco la calma y pensar con claridad.

—¿Porque salieron juntos de tu departamento? —siguió interrogando en un tono que ya estaba rayando en lo agresivo con los brazos cruzados y demasiado cerca de mí, siendo un tanto intimidante.

—No, no, no, acababa de llegar, yo iba a comprar algo mientras él paseaba al perro. —me miró un momento como comprobando la veracidad de mis palabras, luego sonrió, su actitud cambió y volvió a ser como siempre.

—Perdón por llegar de improviso, pero es que quería decirte en persona algo—hizo una pausa, ahora parecía apenado, entrelazo sus dedos con los míos y me sonrió cariñosamente, supuse que con eso pretendía disculparse, no era excusa, pero si se había exaltado bastante, aprete su mano con suavidad y luego lo solté.

—¿Paso algo? —quise saber con cierto temor a algo malo, tomé un poco de distancia y lo miré serio.

—No es una mala noticia—aclaró—bueno un poco porque voy a extrañarte más días—detuvo sus palabras y luego me sonrió con cierta tristeza— me iré antes.

—¿Como? —exclamé asombrado.

—Mis sobrinos quieren pasear en la ciudad de México, por lo que me voy una semana antes.

Esa información me hizo tener una sensación extraña, algo que no podía describir con palabras.

—Pensé que tendríamos más días—dije sin tener la certeza de que decir, Braulio me sonrió y me tomó de la cintura acercándome hacia él.

—Yo también quería pasar más tiempo contigo ¿Tendrás algún rato libre la semana que nos queda? —preguntó jugando con mi mano, me quedé un momento pensando en mi agenda mental.

—Puedo hacer un espacio para que salgamos—respondí con una sonrisa, me respondió el gesto complacido.

—Hagamos que valga la pena estos días—expresó con dulzura y después besó mi mejilla—por cierto—exclamó de repente soltándome para agarrar una bolsa de papel que colgaba del manubrio de la moto, ni la había notado con todo el relajo que sucedió—es para ti—dijo entregándomela.

—¿Mi regalo de Navidad? Aun no te he comprado nada. —expresé un poco apenado tomándola.

—No es tu regalo, es solo un detalle—respondió con una sonrisa amplia, me asomé dentro de ella para ver su contenido, saqué un casco color verde.

Ahora, nosotrosWhere stories live. Discover now