Capítulo 14

13.2K 878 26
                                    

Este es uno de mis capítulos favoritos de la nueva versión, escenas inéditas, totalmente nuevas... Disfrútenlo y no olviden votar y comentar, eso me motiva al mil cuando mi hija no me deja escribir.

LET IT BE...

*****

Cuando salgo del edificio minutos después, lo primero que veo es la imponente camioneta de Derek aparcada a unos cuantos metros de la entrada del edificio. Me abrazo a mí misma en un intento de fingir que tiemblo de frío cuando es todo lo contrario, mi cuerpo arde y la sangre viaja por mis venas con tanta velocidad gracias a lo rápido que palpita mi corazón emocionado; un ligero temblor agita mis piernas y no puedo controlarlo.

Mi mente deja de funcionar correctamente cuando Derek abre la puerta del conductor y baja, mi respiración se acelera al verlo después de tantos días. Luce tan apuesto que tengo que pellizcarme para saber que no estoy soñando; creo que nunca me acostumbraré a su forma de vestir tan elegante.

Al verme caminar hacia él, sonríe.

«Qué sonrisa tan hermosa tiene»

―Hola ―saludo cohibida, a cierta distancia.

Sonríe tan ampliamente, provocando que una deliciosa tibieza se asiente en mi vientre.

―Hola, preciosa ―acorta la distancia que nos separa y me toma entre sus fuertes brazos con tanta familiaridad que quema.

Mi cuerpo libera toda la tensión al estar refugiado contra su pecho y el olor de su costoso perfume me embriaga como la mejor de las drogas. Quiero suspirar con fuerza pero sería tan vergonzoso que él fuese consciente de lo muy necesitada que me he sentido de su contacto. Con mis brazos rodeo su cintura y me aferro con fuerza, como si vivir dependiera de este abrazo.

¿Cómo se pueden querer dos cosas al mismo tiempo?

Porque, justo ahora deseo pedirle que no se marche nunca más de mi lado, que nos quedemos así, abrazados por siempre y es que se siente tan correcto; pero al mismo tiempo quiero alejarme de él y de todas estas emociones que despierta en mi con su sola presencia, me asusta tanto todo esto que estoy sintiendo porque no quiero perderme en la dependencia.

― ¿De dónde vienes? ―Cuestiono, alejándome de sus brazos.

Y siento un vacío instalarse en mi pecho.

―Acabo de salir de la oficina, he tenido mucho trabajo que hacer esta semana. No he parado ni un segundo hasta hoy ―explica mientras toma una de mis manos―. ¿Cómo has estado tú?

Mi mirada se enreda con la suya y el vacío en mi pecho desaparece.

―Estoy bien, mucho más tranquila después de hablar con el abogado que me recomendaste.

― ¿No has sabido nada del padre de tu hija?

―Todavía no, pero sé que en cualquier momento él aparecerá ―respondo bajando la mirada.

―Y cuando eso suceda yo voy a estar contigo ―afirma, obligándome a levantar la mirada―. No estás sola, Ámbar. Nunca más. Todo seguirá estando bien, incluso mucho mejor que antes. Confía en mí.

Asiento y sonrió agradecida.

―Bueno y tú que... ¿Cómo has estado? A parte de ocupado, obviamente.

―Extrañándote como un loco ―responde tirando de mi mano hacia él―. Sé que no me crees pero te aseguro que en todos estos días siempre pensé en ti y en esa hermosa sonrisa que tienes.

Presa entre sus brazos y su mirada, no tengo forma de cubrirme el rostro para que él no descubra lo mucho que sus palabras me afectan.

¿Cómo huir de una tortura así de placentera?

Bailando Contigo © VERSIÓN MEJORADAWhere stories live. Discover now