Capítulo 19

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Respira, Ámbar. Respira con calma..., respira profundo.

― ¡Yo puedo hacerlo! ―Me digo a mi misma, viendo mi reflejo en la pared cubierta como un interminable espejo.

Tengo que concentrarme en los estiramientos, necesitó calentar.

Aunque ya me sé de memoria la coreografía para hoy, no puedo dejar de sentir miles de cosquillas en mi estómago; los nervios están haciendo de las suyas y sin duda la mínima equivocación pondría en juego mi única oportunidad de volver a bailar.

No puedo negar que estoy muy emocionada, pero más allá de esto, están otros asuntos que no me dejan tener la mente completamente en calma y concentrada. Saber que Esteban ha vuelto me ha robado la paz, no he parado de pensar en su llamada; y ni siquiera fui capaz de contarle a nadie del asunto. Quiero creer que tengo la situación bajo control, el documento que el abogado Ballesteros redacto con la medida cautelar debería ser suficiente, pero muy en el fondo sé que quizás eso no sea la solución definitiva del problema.

Esteban Sotelo posee dinero y bien dicen que el dinero no compra la felicidad, pero te ayuda a llegar a ella.

Había ensayado sin descanso junto a Diego todo el día de ayer; incluso la noche del jueves, después de que todos estuvieron descansando del ajetreo de la fiesta de Camila, me escapa de casa y subí a la azotea a practicar un poco, tenía que ocupar mi cabeza en algo y el ballet fue lo ideal.

Mis pies dolían mucho por el esfuerzo al que los había sometido estos últimos días. Me dolían músculos del cuerpo que no recordaba tener, y si a eso le sumamos la presión; sentía que en cualquier momento caería desplomada contra el piso de agotamiento.

Doy un barrido rápido a mí alrededor mientras sigo estirando contra la barra. Hay muchas chicas y chicos aquí repasando sus coreografías y debo reconocer que muchos lo hacen bastante bien; incluso mejor que yo. Estamos en una de las salas de ensayo de la ANBA. Han acudido muchas personas a la convocatoria de audición por lo que al llegar nos seccionaron por grupos; yo estoy en el grupo D.

Por un instante pienso en Derek; y sonrió a mitad de un demi-plié.

Ha sido tan paciente y amable conmigo, respetando mi tiempo y lo importante que resulta esta audición para mí y para mi futuro; por lo que, no puedo más que sentirme afortunada por haber conseguido el cariño de una persona tan especial como él. Mi novio es un ser maravilloso y cada vez que descubro nuevas cosas de él, más me convenzo de lo fácil que podría resultarme amarlo; si es que ya no lo hago. Él quería venir a verme bailar; me lo pidió hasta el último momento, pero le hice ver que su presencia aquí lejos de ayudarme me haría sentir más nerviosa. A regañadientes lo comprendió, no sin antes hacerme prometer que mi tiempo seria todo suyo después de hoy.

― ¿Ámbar Montesinos? ―Escuchó que me llaman.

Alzo mi vista hacia la persona que me ha nombrado; su mirada se cruza con la mía y espera una respuesta. Mi estómago se retuerce y me tengo que sostener más fuerte de la barra de acero.

―Soy yo ―digo y termino acercándome a la profesora que se ha encargado de llamar por turno a los chicos de este salón.

― ¡Es tu turno de dar lo mejor, cielo! ―Me comunica amablemente y yo asiento; mi cara debe reflejar muchas cosas justo ahora―. ¿Te sientes bien?

Me encojo de hombros, indecisa sobre que responderle.

―Estoy bien ―digo al fin sonriendo lo mejor posible―. Estoy nerviosa, es eso.

―Tranquila, estoy segura de que lo harás genial como todos hasta ahora ―me alienta con un sonrisa cálida―. Ven conmigo.

Caminó detrás de la alta morena que me guía al sitio donde se están llevando a cabo las actuaciones.

Bailando Contigo © VERSIÓN MEJORADATempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang