Capítulo 5

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Desde que el incidente con el lobo había pasado, Sapnap no salía de la casa de su amigo ojiverde, mucho menos al bosque.

Realmente quería ir a pescar o hablar con Karl, extrañaba a ese pecezuelo de bellos ojos morados y necesitaba escuchar sus palabras animadas.

Dibujó formas imaginarias en la ventana de su antigua habitación, había vivido muchas cosas en esa casa.
Cuando se hizo amigo de Dream, él le ofreció vivir juntos hasta que quisiera irse. De no haber aceptado, seguro hubiera muerto.

"Pronto atardecerá", pensó aburrido.

Los tonos anaranjados del cielo le recordaban a su amiga castaña; siempre subían al techo de su casa para ver el sol ocultarse tras el horizonte. Ella era lo más cercano que tenía a una familia.

Jack Manifold. ¿Qué debía hacer con él? Hablar no solucionaría las cosas, no cuando el otro era un animal furioso. Pero entonces, ¿qué hará? ¿matarlo?

Un aullido se escuchó desde el bosque y Sapnap se sintió inquieto, nunca había oído aullidos tan cerca de la aldea.

El lobo estaba cerca de dar con él, podía sentirlo. Tenía que actuar pronto.

Decidido, fue al patio trasero de la casa. El césped cuidado y con algunos juguetes tirados eran la única prueba de la pequeña que vivía en esa casa, que ahora estaba postrada en una cama por una enfermedad que tenía a Dream muy preocupado.

Se quitó un collar de plata que llevaba en el cuello, de él colgaba el anillo de oro que el demonio le dió dos días atrás.

Sin saber muy bien que hacer, analizó el anillo; era mediano y no tenía ninguna particularidad aparte del valioso material del que estaba hecho.

"¿Cómo se supone que lo llamaré con esto?", simplemente no le veía sentido.

—Ven, demonio, ven –dijo inseguro en voz alta. Nada pasó.

Se pasó una mano por el pelo, no sabía que hacer. Tiró el anillo al suelo frustrado y dió media vuelta, talvez Nikki tenía razón y debía huir, o podría pedirle ayuda a quien no podía ver.

—¿A dónde vas?~ –Sapnap se sobresaltó al sentir unos brazos rodear su cintura y un peso sobre su hombro derecho, volteó para encontrarse con el dueño de la voz.

El demonio lo miraba con esos oscuros ojos poseedores de un brillo divertido. La mirada del ente bajo hasta los labios del pelinegro y sonrió con lascivia.

—Suéltame –pidió, no, exigió el menor.

—Que aburrido –Soltó su cintura mas no se alejó.- ¿Para qué soy bueno?~

—Ya sé el nombre del lobo –La presencia del demonio lo ponía nervioso; nunca se había relacionado con uno, así que no sabía si era normal que éste le mirara como si quisiera comérselo.

—¡Ya era hora, cabrón! Dale, te escucho.

—Jack Manifold.

El demonio se quedó pensando por un momento, Sapnap aprovechó para tomar distancia de él.

—Bien, y ¿Qué quieres que le haga?

—Solo… deshazte de él –Lo único que quería era terminar con todo y volver a su vida.

—Pero ¿Quieres que sufra?, ¿que sea rápido?, talvez ¿lento y doloroso? - una sonrisa se formó en su cara.

"Mierda, sólo mátalo y ya", pensó el menor.

–Copiado, lo mato y ya. - dijo el demonio extendiendo sus alas. Sapnap tenía la boca abierta por la confusión, ¿Acababa de leer su mente?

Pero cuando le iba a preguntar, el demonio ya se alejaba volando, dejándole otra vez con las preguntas en la boca.

Dispuesto a todo  [Quacknap]Where stories live. Discover now