CAPITULO TRES

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L~

Estoy en la cancha de la preparatoria con mis amigos, hablando puras boludeces que a pesar de todo esos temas son divertidos.

Luego de un rato llegan las mismas cinco chicas de la otra vez, que al llegar se sentaron en las gradas.

Esas locas se dan a desear más que una torta.

Y ni siquiera son atractivas, esas locas tienen más maquillaje que cerebro.

Michael se fue un momento y regreso con una pelota de fútbol.

Quiero jugar.

Cómo son cinco chicos y una chica hicimos grupos de tres y dos equipos y comenzamos a jugar.

El partido va bien, vamos 2-0 y es mi equipo el que va ganando.

Los chicos cada vez que tienen la pelota se empiezan a lucir con acrobacias y toda la cosa.

Son tan inmaduros.

Pero igual me caen súper bien.

En una oportunidad me pasaron la pelota y yo me muevo con ella por un lado de la inmensa cancha mientras que me perseguían.

Veo la portería, veo la pelota.

Es mucha distancia, pero me voy a arriesgar.

Pateo...

¡Gol!

Las chicas empezaron a murmurar entre ellas mientras me apuntaban.

¿Qué estarán diciendo de mi?

Ña, no me importa.

Chris recoje la pelota y se la lanza a Michael el cual se va a guardarla.

Cuando todos estamos de pie hablando del partido se nos acercan las Mises fresas y empezaron a hablar con los chicos.

Se dan a desear tanto y se les nota como se mueren por ellos.

Payasas.

Luego de un rato se me acerca Tiffany caminando como si estuviera en una pasarela.

Las mujeres ahora son muy ridículas.

- ¿Podemos hacer hoy el informe al salir de clases?- Dice ella de manera neutra y mirándome a los ojos.

-Esta bien- Espeto cortante.

Me mira detalladamente otra vez.

Que manías tiene esta chica.

- ¿Por qué te tapas un ojo con un flequillo?- Pregunta curiosa, pero sería.

- No es de tu incumbencia- Digo fríamente.

Ella suspira y me ve a los ojos y se va.

Creo que fui dura con ella.

Nah, no me importa.

Al llegar la hora de la salida estoy esperando a Tiffany en la entrada del instituto, y cabe destacar que esta mujer se tarda un montón.

Segundos después llega ella tan arreglada y perfecta como siempre.

Yo vengo a la prepa despierta y peinada, lo demás ya es capricho.

- Allá nos están esperando- Dice la rubia señalando una camioneta blanca último modelo.

No puedo creer que me valla a subir en un carro así de nuevo.

Ella hace el ademán de que la siga y así hago. El chófer se baja del auto y abre una de las puertas y la rubia me indica que me siente y yo desconfiada le hago caso, y el mismo chófer abre la puerta del otro lado y dió paso a la niña mimada con la que tengo que hacer un informe.

Al llegar el chófer estacionó el auto y yo abro la puerta lo que hizo que Tiffany se diera una palmada en la frente.

Ja ja ja, tu no vas a darme órdenes chiquita.

El chófer le abre la puerta a ella y cruzan algunas palabras que me dan curiosidad saber.

Ella se me acerca y me mira a los ojos.

- Porfavor te pediría que te tuvieras un poco más de buen comportamiento- Dice mirando fijamente a mis ojos y poniendo voz intimidante.

Yo asiento con la cabeza y ella camina hacia la casa y yo la sigo, apretando mi mochila por un poquito de nervios.

El mismo chófer de antes le abre la puerta para las dos poder entrar.

Esta chica no hace nada.

Como una persona puede vivir con tanto lujo.

Al entrar ella saluda a sus padres y me presenta.

- Mamá, Papá-Los mira y me señala-Ella es Lena Harrison, tenemos que hacer un trabajo y nos pusieron juntas.

Su padre me sonríe y su madre me mira con desaprobación.

Señora a mí me enseñaron que a la gente no se le puede mirar así. Nadie es más que nadie.

- ¿No pudiste colocarte con alguien más?- Dice su madre con desprecio.

-No mamá, eso fue al azar- Dice la rubia con obstinación.

- Créame que si me hubiese tocado hacer este informe con otra persona hubiera Sido mucho mejor- Espeto con vos neutra.

Tiffany me mira con enojo y su madre con mucha más desaprobación.

- Bueno, está bien- Dice la madre que ya me cae mal, y se va.

Se me acerca el padre y me extiende la mano.

- Un gusto Lena- Dice con una sonrisa amable- Soy Miguel Styles.

Alguien que me trata con igualdad en esta casa.

- El gusto es mío- Digo con una sonrisa y tomo su mano para estrecharla.

- Eres muy linda- Dice y yo le doy una pequeña sonrisa.

- Gracias.

- Bueno chicas, vallan a hacer ese trabajo que ha de ser largo- Dice Miguel.

La rubia asiente y nos dirigimos a una habitación tan rosa que se me queman los ojos.

Debe de ser su habitación.

Tiene un balcón con puertas de vidrio las cuales están abiertas y otras decoraciones más.

- Siéntate dónde gustes- Dice sería.

Yo no dudo en hacerle caso y me tumbó sobre la cama la cual es cómoda, mi cabello suelto cae de un lado y mi flequillo se levanta, pero como tengo los ojos cerrados no me importa.

- Eres muy linda- Dice ella con voz de ¿Admiración?

- ¿Eh? ¿Gracias?- Digo con duda y con los ojos aún cerrados.

-¿Por qué te tapas la mitad del rostro con un flequillo si no tienes ninguna cicatriz- Pregunta con curiosidad.

- ¿Y por qué tú te aplicas tanto maquillaje si sabes que no hay nada mejor que la belleza natural?- Digo sentandome en la esquina de la cama y acomodando mi cabello y con este mi flequillo.

Se hizo un silencio sepulcral.

Creo que fui dura con ella, pero es que es cierto. Esta chica a puesto que debe de ser bonita sin tanto maquillaje.

¿Qué estoy diciendo?

Sacudo ligeramente la cabeza y hablo esperando que este silencio se acabe.

- Vamos... Vamos a hacer el trabajo- Se le nota triste.

Si yo sé, suelo ser una amargada, pero también tengo sentimientos.

- Ok- Ella me ve y asiente.

No puedo dejar esto así.

La tomé de la muñeca y la mire.

- Lo siento ¿Si? Solo que no me gustan que me hagan preguntas que no quiero responder- Digo medio a regañadientes.

Ella me ve, me sonríe y me toma desprevenida con un abrazo.

¿ª?

Estoy comenzando a admitir que está chica tiene un poco de sentimientos los cuales oculta con una máscara de popularidad.

Estilos Diferentes ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora