CAPITULO VEINTE

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T~

Me encuentro en uno de los varios centros comerciales de la ciudad esperando a Mía.

Es día de chicas.

Hace unos días hice las pases con Martha, la chica que trate mal semanas atrás por celos, así que ella también viene con nosotras.

Planeamos ir de compras como siempre hacemos y comer helado.

A lo lejos veo a Martha, la cual viste un short blanco, una camisa manga larga negra y unas botas que le llegan hasta las rodillas igual negras. Su cabello está recogido en una media cola y está ligeramente maquillada.

Cuando me ve se acerca y me saluda con un beso en la mejilla.

— Hola rubia— Saluda Martha.

Ella también tiene la costumbre de llamarme rubia gracias a los amigos de Lena y a la misma Lena.

— Hola Martha— Digo con una sonrisa— ¿Y si vamos caminando viendo tiendas?

Ella asiente sonriendo y nos adentramos al lugar.

La verdad es que tengo mucho rato aquí y no es por haber llegado temprano.

La pelirroja y yo entablamos un tema de conversación trivial hasta que tocamos el tema de Lena.

Estábamos dentro de una de las tienda de ropa cuando Martha comienza a hablar.

—¿Y cómo vas con Lena?— Pregunta con curiosidad.

— Bien— Digo con una sonrisa al recordar a la azabache.

— ¿Sabes?— Habla después de un corto silencio llamando mi atención— Ella te quiere mucho.

Sonrío evitando su mirada.

— Eso lo sé— Digo jugando con la manga de uno de los vestidos que tengo en mis manos.

— Y habla a montones de ti— Dice y me río ligeramente— A veces me provoca aventarle una piedra.

Las dos nos reímos al unisono.

— Y si solo vieras los ojitos que pone— Dice con una sonrisa— Así como de enamorada— Dice y cambia ligeramente si expresión— Algo me está ocultando.

Ella se acerca hasta quedar al frente de mi y me mira con expresión sería.

— ¿Ustedes se gustan?— Pregunta con curiosidad.

Se que esto lo íbamos a mantener en secreto, pero está chica es como la familia de Lena así que no debemos ocultarle lo nuestro.

— Con toda sinceridad— Ella me mira expectante— Si, si nos gustamos. Y...— Digo y miro al rededor para ver si nadie nos está escuchando— Estamos en una relación.

Ella sonríe con emoción.

— ¡Lo sabia!— Dice tan fuerte que algunas personas del lugar se nos quedan viendo— Perdón— Murmura con ambas manos en su boca.

Me río ligeramente.

Esta chica me cae super bien.

Es tímida, pero cuando tiene confianza es más extrovertida.

— Es que a Lena se le notaba a kilómetros— Dice y me ve— Algo que te voy a advertir— me dice y asiento— No la lastimes ella te aprecia mucho.

Yo asiento con la cabeza.

— Lo prometo— Digo con una mano en el pecho y la otra levantada.

Las dos reímos y nos vamos a los vestidores.

Ella se adentra a uno de ellos mientras yo espero en unos de los asientos fuera de ellos.

Minutos después empieza a sonar el tono de llamada de mi celular cuando veo el remitente es Mía.

Contesto sin dudar y llevo mi celular a la oreja.

— ¿Bueno?— Pregunto esperando respuesta.

—¿Bueno? ¿Amiga? ¿En dónde estás?— Pregunta Mía del otro lado de la línea.

— En la primera tienda de ropa de la izquierda.

— ¿En la que dice S&M?— Pregunta desorientada.

— Si amiga— Ella responde con un ok y cuelga la llamada.

Segundos después sale Martha con un vestido negro sin mangas, cuello de tortuga como le dice mi papá, espalda descubierta y le llega hasta debajo de las rodillas.

Le queda de maravilla.

Ella me ve expectante.

— ¿Qué tal?— Pregunta con inocente curiosidad.

— Te queda super bien— Digo y me coloco de pie— Deberías comprarlo.

Ella sonríe y asiente adentrándose de nuevo en el vestidor.

Minutos después llega Mía y me saluda con un beso y un abrazo.

— ¿Empezaron sin mi?— Dice actuando como si estuviera ofendida.

Asiento con la cabeza y ella se ríe.

— ¿Cómo van?— Pregunta mirando hacia el vestidor dónde se ve la ligera silueta de Martha.

— Bien, el primer vestido que se coloco le quedó super lindo— Digo y Mía sonríe.

Ya regreso.

Ella se va y minutos después regresa con una prenda la cual no sé cuál es.

—Te vas a probar eso cuando Martha termine— Dice mi amiga con autoridad.

Yo asiento dudosa y tomo la prenda.

Segundos después sale Martha con un vestido rosa pastel acampanado con un cinturón blanco.

Este también le queda bien.

Mía la ve y la empieza a alargar mientras ella sonríe con timidez.

Luego de que decide comprar ese otro se cambia a la ropa que tenía antes y yo me adentro para probarme esa prenda que eligió Mía.

Resulta ser que es una braga acampanada de color negro con cuello en v y de tiras, viene con un cinturón dorado el cual destaca.

Al salir a las dos chicas le brillaron los ojos y embozaron una sonrisa.

¡Ayuda!


Luego de varias horas de estar en tienda en tienda, las tres compramos mucha ropa.

La verdad pensé que saldría más costosa, pero nos adentramos a tiendas con descuentos asi que fue mejor.

No he parado de pensar en mi azabache.

¿Que estará haciendo?

La extraño tanto...

Nos fuimos a un local de comida dónde almorzamos.

Voy a destacar que Martha come el triple de lo que yo como.

Osea una cantidad enorme.

Y entre risas y conversaciones pasamos el día de maravilla.

De verdad me hacia tanta falta pasar tiempo con Mía y Martha hizo muy buen complemento.

Mis dos únicas amigas.

Estilos Diferentes ©Where stories live. Discover now