CAPITULO TRECE

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L~

No sé que es mejor...

El hecho de que Tiffany no sea hetero.

El hecho de que yo le guste.

O el hecho de que la estoy besando como si no hubiese un mañana.

Espere tanto por esta sensación y por fin la estoy viviendo.

Y es mejor de lo que imaginé.

No sé que va a pasar luego, todo el mundo cree que ella no le gustan las mujeres, pero me dijo que no es así.

Luego del segundo beso me separó de ella.

Me falta el aire y tengo su sabor en mi mente el cual se que no se borrará fácil.

Ella me mira fijamente con sus pupilas dilatadas.

Se ve hermosa, parece una princesa.

—¿Qué acaba de pasar?— Me pregunta en un sexi susurro y respirando exhausta.

Creo que nunca había dado un beso así de encendido.

—No lo sé— Le digo levantando con mi mano derecha su mentón para que me mire— Lo que se es que no me arrepiento.

Ella sonríe y no me aguanto y la abrazo y ella me corresponde.

No sé que siente ahora, pero espero que no se arrepienta de nada.

—¿Qué es lo que sientes?— Pregunta ella todavía envuelta en mis brazos.

—No te diré nada, solo me encargaré de demostrarte lo que verdaderamente siento— Le dije— No te diré que me gustas o que estoy enamorada de ti, solo lo demostraré.

Al terminar de hablar ella se suelta de mi abrazo y me da un beso en los labios uno que tiene más amor que pasión.

Creo que nunca me cansaré de esto.

Son deliciosos.

Al separarnos de ese corto beso le sonrió y me pongo de espaldas a ella y me agacho haciendo ademán de que se subiera para cargarla.

Ella mueve mi cabello y lo coloca al un lado y se sube y yo empiezo a caminar en dirección a la salida.

Ella ríe a carcajadas lo cual me llena mi corazón de felicidad ya que soy yo la que causa esas risas.

Llegamos a la salida y yo me vuelvo a agachar para que ella se bajara y así hizo.

— Aquí terminó la parada— Digo con voz de hombre muy mal imitada.

—¿Cuánto le debo?— Pregunto con voz sofisticada.

— Mmm— Me quedo pensando— Un beso aquí— Señaló con mi dedo índice mi mejilla izquierda y ella se pone de puntilla y la besa.

¿En qué momento nos volvimos así?

Solo fue como hace diez minutos.

Pero parece que lleváramos más tiempo así.

De verdad me alegra que yo le guste, porque si la hubiese visto con otro chico yo creo que lo mató.

O algo así.

*Ríe internamente*

Llega el auto el el que me fui con Tiffany a su casa para hacer el trabajo hace unos meses y se estaciona al frente de nosotras.

— Ven, te llevo a tu casa— Dice de manera amable.

—¿Tu o tu chófer?— Digo con gracia levantando una ceja y tuerce los ojos mientras ríe ligeramente.

Es tan tierna.

Nos subimos y entablamos una conversación sobre las clases las cuales se están poniendo cada vez más difíciles.

Al llegar a mi casa me despido de ella con con un abrazo y entro encontrándome con mi madre quien me mira con la ceja levantada y los brazos cruzados.

—¿Por qué llegaste tan tarde?— Pregunta con voz firme y un tanto molesta.

Saco mi teléfono de mi bolsillo y veo que son pasadas las cuatro y yo salí a la una de clases.

—Es que...— Digo pero me da un poquito de vergüenza.

— Si me dices la verdad no te castigo— Me interrumpe sería pero ya no está molesta.

— Lo siento madre, perdí la noción del tiempo— Suelto un suspiro— Es que...— Trato de decir pero fui interrumpida por una sonrisa embobada por mi misma.

Mi madre se me acerca con curiosidad y me guía hasta el sofá dónde nos sentamos las dos.

— Cuéntame que paso— Dice con la voz cariñosa que tiene las madres.

Le conté casi todo menos la parte del beso ya que le tengo confianza a mi madre pero me da vergüenza hablarle de eso a ella.

Ella sonríe y me abraza.

Luego se separa y se pone sería.

Viene la parte de los consejos.

Me gustan mucho sus consejos ya que me ayudan en algunas situaciones.

—Primero que nada, ella te gusta— Yo asiento con una ligera sonrisa— Ok, y tú estás segura de que tú le gustas a ella— Asiento— Estás segura de que ella es hetero— Asiento un tanto dudosa.

Será en verdad hetero.

Aunque creo que una hetero no besa así a una mujer.

—Cuida mucho tu corazón— Me dice con voz cariñosa— Y protege lo que sienten las dos de los demás, ya que las personas se van a encargar de acabar con lo suyo— Dice y me mira— Sabes que ella es popular y te van a echar la culpa de la razón de que ella este cambiando y la van a envenenar en tu contra.

Yo asiento, tiene razón.

Tengo que proteger esto, proteger mi corazón y proteger nuestro amor.

—Y principalmente disfruta— Dice y me mira con una mirada penetrante— Y la quiero conocer, que tú hablas y hablas mucho de ella y nada que la traes para acá— Dice con una sonrisa— Y así te daré la aprobación.

— La traeré lo antes que pueda— Digo y me envuelve en un cálido abrazo.

Ella es una mujer hermosa, tez blanca cabello castaño ojos verdes un poco más baja que yo, muy trabajadora, social e inteligente, ella ha luchado por mi siempre, hasta cuándo mi padre murió hace diez años ella siguió luchando y dándome todo el amor posible, y por eso siempre estoy dispuesta a defenderla ya que ella siempre me ha apoyado y quiero hacer lo mismo.

Le cuento todo lo que me pasa ya que ella es como mi amiga, ella me apoyo cuando supo que no me gustan los hombres, también me apoyo cuando supo que no me gusta vestirme de mujer a pesar de serlo.

Y es que como dije antes, amo ser mujer, pero lo que no amo es vestirme como una, esas faldas o esos tacones los odio.

En fin, es mi madre y no la cambiaría por nada del mundo.

Me perdona el haber llegado tarde con la condición de que la invitará a comer y trajera a Tiffany así que se lo prometí.

El fin de semana saldré con las dos mujeres a las que más amo.

Estilos Diferentes ©Where stories live. Discover now