CAPITULO TREINTA

830 47 3
                                    

T~

Descubrí todo.

Y la verdad es que parece de película.

Azul y Steve hicieron un trato.

Azul para quedar con Lena porque le gusta y Steve para vengarse de ella.

Quería pedirle perdón e ir a disculparme con ella pero me ignoro y me trató feo.

Insistí porque no quiero que esto se acabe así.

Entonces me tomo de las muñecas y me empotró contra los casilleros, eso me dolió mucho.

Me habló con una mirada gélida, ni siquiera cuando nos conocimos me miraba así.

Un escalofrío me recorrió el cuerpo al escuchar su voz así.

Me odia y todo por mi estúpides.

Porque tengo que actuar sin medir las consecuencias.

Lena me odia y todo por mi culpa.

Empecé a llorar desconsoladamente y me fui corriendo al baño.

En qué momento.

Mi madre acepto todo y yo lo arruine.

Luego de un rato me lave el rostro y busque a Chris.

El me mira con indiferencia pero decide no ignorarme.

— ¿Hay posibilidad de que Lena me perdone?— Digo con un pequeño toque de esperanza.

El nego con la cabeza y suspira.

— Hoy va a la discoteca Blue's, ve y habla las cosas con ella. No quiso que ninguno de sus amigos fueran así que tienes chance de encontrarla sola— Sonreí y lo abrace por la emoción.

Ahora me toca alistarme para mí primera fiesta.

Al llegar a mi casa busco un vestido morado le puras lentejuelas y me lo coloco y deja una buena vista de mis curvas y mi busto.

Me coloco unos zapatos de tacón y me aliso el cabello y me coloco un labial y un poco de sombra nada más.

Me subo a mi auto y voy rumbo a la discoteca Blue's a buscar a mi chica.

Al llegar me estaciono y me bajo recibiendo miradas de las personas.

Entro y veo a Lena en la barra con un vaso diminuto vacío.

Está vestida de cuero y se ve como una diosa.

Voy corriendo hacia ella y le tocó el hombro.

Ella voltea y se levanta tambaleandose un poco.

—¿Qué haces aquí?— Dice arrastrando las palabras.

Llegué tardísimo y ya se pasó de alcohol.

— Vengo a qué hablemos— Digo con semblante serio pero con miedo a su reacción.

— Ajá siéntate— Accedió y me senté.

Ella pide otra copa de lo que sea que estaba bebiendo y se lo sirven en su presencia y ella se lo toma de un solo sorbo frunciendo las cejas.

Le conté todo lo que descubri y ella me miró con recelo.

— Está bien, entonces ¿Por qué no me escuchaste cuando te quise dar una explicación? ¿Por qué terminaste conmigo? O ¿Por qué besaste a tu mejor amiga?

Auch tiene razón.

— Estaba molesta, porque Azul es hermosa y yo soy tan poca cosa a su lado y me da inseguridad porque pensé que ella si es para tí y lo de Mía fue porque quería hacerte lo mismo.

Digo y me empiezan a salir las lágrimas y ella las seca.

— Sabes que yo jamás te cambiaría por nadie, y menos por ella. Sabes que te amo, y también sabes que fue Azul la que me beso. No fui yo.

Me habla con cautela pero se le nota muy dolida y es lógico.

— Yo también te amo, y se que no serás capaz de perdonarme, pero quisiera que dejaras que me vuelva a ganar tu corazón. No puedo vivir sin tí— Digo con la voz rota.

— Eso lo hubieras pensado cuando besaste aquella chica— Dice con ironía.

La miro a los ojos y sus pupilas se dilataron.

— Lo siento— Digo cabizbaja.

— No importa, no vine aquí a llorar— Dice ignorando mis lágrimas— Viniste a perder tiempo, un lo siento no va a curar nada.

Llama al camarero y pide otra copa y se la bebé de un sorbo.

Está arrastrando la voz, así que no me pienso ir de aquí a que alguien de aproveche de su estado.

Ya pasó media noche y ya Lena está a reventar de alcohol así que decido llevarla a su casa para que se quede ahí.

La subo a mi auto a duras penas ya que está mujer pesa y es más alta que yo.

Le doy la vuelta al auto y me siento y enciendo el auto, mientras lo hago ella toca mi pierna desnuda con sensualidad.

— ¿Te he dicho que tienes unas hermosas piernas?— Dice en tono  coqueto.

No le digo nada solo me río, Lena siempre tan pervertida.

Avanzo y ella no para de hacerme piropos y comentarios sexuales y rezo por llegar rápido a casa antes de que vomité o se desmaye.

Me estaciono y bajo a Lena la cual camina conmigo hacia su casa.

Le coloco seguro al auto y cierro la puerta de la casa.

Llegó a su habitación y cuando la iba a tumbar en su cama para que durmiera me tomo de ambas mejillas y me dió un beso salvaje lleno de deseo.

Sabe a alcohol pero sinceramente me deje llevar porque extrañaba sus labios.

Entro en conciencia y me separó de ella.

— Quiero hacerte mía— Dijo eso y casi pierdo el control.

No puedes Tiffany.

Ella no va a querer solo está borracha.

Me dice cosas específicas que ella bien sabe que me hacen arder del deseo y no me aguanto y me dejó besar por ella.

No sé cómo me pudo levantar y me tumbó en la cama y comenzó a besar mi cuello de una manera salvaje.

Al terminar nos quedamos dormidas.

Nuestra segunda vez juntas y lo hicimos con un desespero tan fuerte.

Ella seguía dormida así que me levanté y me vesti de nuevo.

Me planeaba quedar ahí a acompañarla hasta que se despertara pero mi madre me llama urgentemente a que valla a la casa.

Se dió cuenta que me escape.

Mi muerte.

Le doy un beso en la frente a mi amada y me voy a mi casa.

Espero poder hablarlo como es y que Lena este sobria.

Le dejo unas pastillas para el dolor que tenía en su gaveta y le dejo un vaso con agua.

De seguro que tendrá resaca.

Ahora rumbo a mi casa.

Estilos Diferentes ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora