CAPITULO VEINTIDÓS

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Joder jamás me cansaré de decir que Lena es una jodida diosa.

Me besa como si no hubiese un mañana.

Lo hace tan bien y ella sabe tan bien que son super adictivos.

Ella me deja de besar y muerde mi labio inferior con delicadeza mientras se separa de mi.

Esta mujer me quiere volver loca.

Toma una distancia considerable mientras se limpia al rededor de sus labios con una sonrisa.

— Si seguimos así no vamos a bajar nunca— Dice y veo sus labios.

Están un tanto hinchados ya que el beso fue demasiado encendido y largo.

— Deberias colocarte más brillo que te lo quité— Dice pícaramente— Por cierto, sabe a fresas.

Al decir eso me sonrojo y me voy a mi tocador para colocarme más brillo.

Lena husmea por mi habitación y toma el regalo que me dió hace unos meses.

— Todavía lo tienes— dice y lo bate admirando las virutas blancas.

Me acerco a ella y la miro.

— Ese fue el mejor regalo que me dieron en mi cumpleaños— Digo viendo el adorno.

— Las bolas de nieve me recuerdan a mi padre— Dice con una mirada nostálgica— Así que pensé en regalarte una, no te iba a comprar ropa, joyas o perfume. Yo quería algo que fuera especial, así que pensé en la bola de nieve, en lo personal a mí me encanta.

No sabía que se llamaban así.

La abrazo por dos segundos y ella coloca el adorno dónde estaba.

— A mi también me encantó— Digo feliz— Y también me encantó la carta.

Al decir eso ella se sonroja lo que la hace ver tierna.

Nos encontramos bajando las escaleras y yendo directamente a la sala, nadie vio llegar a Lena así que la llevaré con mi padre ya que el me dijo que le cayó bien.

El al vernos le brillan los ojos y ce acerca.

— Hija estas hermosa— Dice con una sonrisa.

— Buenas noches señor Miguel— Dice Lena entendiendo su mano a mi padre el cual recibe feliz.

— Hola ¿Lena? Es que tenemos tiempo que no nos vemos— Dice un poco apenado— Me alegra que no se te haya olvidado mi nombre.

— Para nada señor, usted me cayó muy bien— Lena habla con porte y cortesía, es como si ella hubiera nacido en una familia súper adinerada.

— ¿Y cómo vas con las clases?— Pregunta y Lena le responde con un bien— Perdón por la pregunta que te voy a hacer — Ella asiente— ¿Porqué te vistes como hombre.

Me pongo nerviosa pero Lena nunca demuestra miedo así que con una sonrisa responde.

— No me agrada mucho vestirme como mujer— Mi padre asiente pensativo— Si soy mujer, pero me incómoda la ropa que se usa.

— Oh está bien— Dice y se le nota sincero— Jamás había conocido a alguien así— Sonríe y me ve a los ojos— Es única.

Dice y mira de nuevo a Lena.

— ¿Y te gustan los hombres?— pregunta mi padre.

—¡Papá¡— Exclamo apenada.

Lena se ríe ligeramente y ve a mi padre y niega con la cabeza.

El la ve impresionado pero sin ningún rastro de discriminación.

— Está bien entonces— Dice feliz— Te puedo tener de yerna.

Dice y Lena lo ve impresionada.

— ¡Papá!— Exclamo de nuevo apenada.

— Hija se perfectamente que a ti nunca te han gustado los hombres— Dice y Lena aumenta su impresión al igual que yo— Y se con los ojos que miras a esta chica— Dice y detalla con detenimiento a Lena lo que hace ponerse nerviosa— Y ustedes creen que no se lo que hicieron la otra noche.

Pone una expresión facial súper pícara y con una sonrisa muy pícara.

Veo a Lena y está roja como un tomate.

— Lo siento señor— Dice la azabache con la mayor vergüenza de todas.

Pobre Lena parece como si se fuera a desmayar.

— Estate tranquila, la amas y la has hecho feliz— Dice mirando a Lena con una sonrisa— Ahora sonríe más a menudo, no se coloca esa máscara de maquillaje si no uno más sencillo, saca buenas notas y también ya no se ha peleado más con su madre y eso es un logro.

Ella sonríe y me ve.

Su mirada expresa amor y cariño cosa que mi padre nota.

— Y como la vez, simplemente como la vez expresa todo— Mira a Lena con cariño.

— Es que la amo tanto— Dice acariciando mi hombro desnudo.

— Y definitivamente acepto la relación— Dice y yo corro a abrazarlo— Solo con una condición.

Al decir eso Lena asiente y coloca su porte más serio.

— Hazla feliz— Dice y me da un beso es la cabeza.

— Se lo prometo— Dice y le extiende su mano.

Yo me separó del abrazo y me coloco en mi lugar inicial.

— Ah no vengas tu— Dice en modo de chiste— Tu eres mujer asi que me abrazas.

El la jala del brazo y le da un fuerte abrazo y le susurra algo al oído lo que hace que se sonroje.

Ella asiente y me padre se ríe.

¿Que le habrá dicho?

—¿Por qué te cubres la mitad de la cara?— Ella se queda quieta en su sitio.

— Una inseguridad— Dice y se le nota que es sinceridad porque se puso medio triste.

— Bueno, no hables de eso sí no quieres— Dice mi padre— Eres linda así.

Ella asiente con timidez.

El envuelve a Lena con su brazo por su hombro.

Cabe destacar que mi padre es más alto.

— Anda a buscar algo para que mi yerna beba— Dice y empieza a caminar con Lena abrazada.

— ¿A dónde te la llevas?— Pregunto indignada.

— Ya has pasado mucho tiempo con ella, ahora me toca a mi— Lena me tira un beso y se va con mi padre.

¿ª?

Se la llevó.

Y Lena súper feliz.

Que indignación.

Me alegra que haya aceptado todo.

Pero de todas formas me impresionó mucho que mi padre supiera todo, y que le dijera yerna a Lena.

Y también me dió mucha vergüenza lo que mi padre nos dijo.

Pensé que nadie había escuchado.

Sabía que si mi padre se enteraba el lo iba a aceptar, por eso lo amo tanto.

Pero hay un problema.

Falta contarle todo a mi madre.

Estilos Diferentes ©Where stories live. Discover now