Capítulo 9

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Paige

Hoy es viernes, lo que realmente me da pena, porque significa que estaré dos días sin venir a la biblioteca. Sí, estoy consciente de que sueno extremadamente nerd, pero no puedo evitar mi naturaleza.

Me encuentro ordenando la sección de literatura, la cual me he ofrecido voluntariamente para organizar. En general me gusta pasar por todas las secciones, porque disfruto aprendiendo de cosas nuevas si están impresas en hermosos libros, pero la sección de literatura provoca una especie de emoción diferente.

—Quedan pocos días para que empiecen las clases. —comenta Joseph cuando llega a mi lado con más libros que ha encontrado tirados por ahí—. Vaya.

Me giro hacia él por su último comentario. Lo enfrento sin decir nada y esperando que él me lo diga sin que yo tenga que presionarlo. Observo como mira detenidamente la estantería de la que me he estado encargando las últimas dos horas. Me siento un poco incómoda porque quizá me he tomado una libertad que no tenía.

—Creo que tienes un don para esto. —comenta haciendo que yo mire mi trabajo orgullosa—. Definitivamente eres la mejor ayudante que he tenido.

—Significa mucho para mí, Joseph. —le digo haciendo que él me sonría y asienta—. Pensé que sería bueno darles un poco más de visibilidad. Creo que son libros muy interesantes y la única razón por la que siguen aquí... es porque nadie ha notado su presencia.

—Con todas las carreras de esta universidad, creo que me he enfocado mucho en otras áreas. —dice haciendo que yo asienta y por el tono de voz que utiliza sé que está arrepentido de dejar esta sección botada—. Serás oficialmente la encargada del área de literatura. Avísame si falta algo o si tienes alguna idea que nos pueda beneficiar.

Asiento con la emoción a mil, tanto así que debo luchar con mis ganas de ponerme a saltar por el lugar cuando Joseph vuelve al mesón de la entrada. Me alegra tanto que Joseph y yo estemos en la misma sintonía. Definitivamente nunca me había sentido tan feliz conmigo misma. Ahora puedo decir con seguridad que venir aquí fue lo mejor que me pudo pasar.

—Me impresionas. —habla una voz que me sobresalta haciendo que suelte un pequeño gritito—. Si logras impresionar a Joseph con tus habilidades, pues me entra la curiosidad.

Me giro y veo a Nolan recargado en el estante que quedaba a mi espalda. Tiene las manos metidas en sus bolsillos y debo reconocer que esos jeans le sientan muy bien. No puedo evitar sonreír cuando veo que él mantiene su amplia sonrisa hacia mí.

—Cuando te gusta lo que haces supongo que se hace más fácil. —digo cambiando de posición los últimos libros que había ubicado en la estantería dejándome más conforme con el último arreglo.

—Estaba pensando... —dice moviéndose de su escondite—. Cuando hablamos el otro día me dijiste que eras nueva en la ciudad.

Su oración me pone nerviosa, por lo que evito mirarlo y continúo esperando que aclare sus intenciones.

Jamás pensé que recordaría eso y ahora que lo menciona me hace querer pegarme la bocota con pegamento. A veces ni siquiera recuerdo lo que dejo salir.

—Sería una buena idea que alguien te dé un tour. —agrega cuando está a mi lado. Lo miro directo a los ojos y de repente me doy cuenta de que he perdido la capacidad de hablar—. Yo me sé la ciudad de memoria. ¿Qué dices?

Por unos leves segundos olvido dónde estoy y mi realidad. Si me hubiera topado con esta misma situación unas semanas atrás sin pensarlo dos veces diría que sí. Mi antigua yo estaría muy emocionada de salir con un chico que parece ser tan simpático como Nolan, pero las cosas parecen ser diferentes ahora.

RêvasserieWhere stories live. Discover now