Capítulo 23

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«Viene en olas, cierro mis ojos, aguanto la respiración y dejo que me cubra»
Drown - Seafret 

Paige

Es viernes nuevamente y no puedo creer que pase tan rápido la semana.

En la mañana me miré al espejo y juré que sería otra. Que todo aquello que sucedió antes, ya no me importaría. Que lo dejaría ir todo, como debí hacerlo desde que llegamos aquí. Como Hazel lo hizo.

A veces siento envidia de lo fácil que parece resultarle a ella dejar todo atrás. Y entonces, recuerdo qué fue lo que tuvo que dejar atrás y ya no siento tanta envidia. Aunque debo reconocer que, a veces, me gusta viajar hacia el pasado para recordar lo que era nuestra amistad. Las personas que éramos parecían mucho más felices que las que nos hemos convertido ahora.

—Hola, chica.

Me giro y veo a Frankie luciendo un vestido negro y pantis rasgadas. Sonrío imaginándome cómo sería ser como ella, digo, no tener miedo de ser quien realmente eres. De quedar expuesta al mundo.

—Hola, Frankie. ¿Qué tal todo?

—Feliz de que sea viernes y que ya no deba pensar en venir a este infierno por la mañana. —ríe.

No digo nada, porque me pasa todo lo contrario. Adoro venir a la universidad, es la única parte de mi vida que disfruto y me hace feliz.

—¿Tenemos clases juntas? —pregunto cambiando de tema.

—Claro que sí. Y vamos a divertirnos mucho.

Aunque no estudiemos lo mismo, disfruto que el primer año no sea algo tan específico de cada carrera, porque así puedo compartir con diferentes personas y enriquecerme con sus visiones del arte y la vida. Sí, sonó algo ñoño, pero ¿qué puedo hacer? A veces también lo soy.

Mientras estamos en la clase de comunicación oral y escrita me doy cuenta lo increíblemente concentrada que estoy y lo mucho que lo estoy disfrutando. Me doy el tiempo de mirar al resto de la clase para ver si soy la única, incluso Frankie parece estar enfocada en la profesora. Me sorprendo de que, por primera vez, no me sienta rara. Todos aquí parecen ser raros como yo. Entonces... una cabeza sigue gacha.

Tiene el cabello claro y corto, como a la altura del mentón, pero gran parte de él está oculto por un beanie verde oscuro. Parece muy concentrada en algo que garabatea en su cuaderno. De repente siento curiosidad de qué puede ser más interesante que la clase. Me percato de sus ojos claros, que hace un rato no dejaban de mirar su block, ahora me miran expectantes mientras sus finas y largas pestañas se mueven con ellos.

No me sonríe, en cambio, solo me mantiene la mirada y eso me intimida. ¿Quién hace eso? Digo, es extraño, al menos sonríes. Aunque, claro, me atrapó fisgoneando lo que sea que estaba haciendo. Vuelvo mi concentración hacia los orígenes de la literatura y no vuelvo a perderme en mi entorno.

—Hola.

Salto del susto y mis apuntes caen al suelo.

—Uf, Nolan, casi me matas. exagero llevándome la mano al pecho al mismo tiempo que me agacho a recoger lo que he botado.

—Lo siento. —se excusa con una leve risita para luego agacharse y ayudarme—. Me emocioné al verte, estuve esperando un buen rato que salieras. Parecía interesante ahí dentro.

—Oh, sí que lo fue. —respondo cuando ya tenemos todo bajo control—. Creo que ya sé de qué haré mi ensayo.

—¿Ensayo? —pregunta interesado mientras camino con él hacia mi casillero.

RêvasserieOnde histórias criam vida. Descubra agora