Capítulo 15

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Paige

Lunes. Primer día de clases. Estoy que chillo de la emoción.

Me levanto temprano y me encamino hacia la cocina. Abro el refrigerador y me encuentro con... nada. Bien, no hay desayuno, no importa. Tomo una copa y la pongo bajo el chorro de agua. Nada puede arruinar este día.

Entonces la puerta se abre y Hazel entra por ella.

—Quedaba algo de dinero, así que traje pan y huevos para el desayuno. —anuncia ella dejando la pequeña bolsa de género en la encimera—. Es tu primer día.

—Y el tuyo también. —la animo para luego tomar un sorbo de agua.

—Mis clases son en la tarde —comenta yendo hacia la cocina para hacer los huevos. Mi estómago de pronto se siente feliz—, pero te acompañaré.

Una sonrisa se instala en mi rostro. Esto es normal. Esta es la vida que Hazel y yo merecemos. La vida que yo quiero.

No tardo en desayunar para luego ir a la ducha. El día anterior había ido a la lavandería para ponerme la mejor tenida que habíamos traído. No es la gran cosa, en realidad, es bastante sencilla, pero hacía que me sintiera especial. Debía ser especial.

Caminamos hacia la universidad y no puedo evitar saltar en un pie. Entonces cuando vamos llegando lo recuerdo. Joseph. No se lo dije. Es decir, le comenté que probablemente sí pudiera entrar este año, pero jamás lo confirmé.

—Debo ir con Joseph antes que comience mi clase. —le comento a Hazel apresuradamente—. Quiero conservar mi trabajo, así que veré si hay algo que pueda hacer en la tarde.

—Está bien. —asiente ella, pero cuando estoy a punto de irme me detiene—. Antes de que te vayas, te compré algo.

Mis ojos la miran confusos. No tenemos dinero, al menos no como para invertir en un regalo.

—Sé que no es la gran cosa, pero lo vi en la tienda y supe que era para ti. —la veo mover su mano hacia su bolsillo y sacar algo de él. Cuando me lo entrega no puedo evitar sentir mis ojos emocionarse—. Por tu primer día de clases.

Tomo el lápiz entre mis manos. Es cierto, es un detalle pequeño, pero es perfecto para mí, más aún cuando veo el diseño de la varita de Harry Potter. Es un lápiz en forma de varita mágica. Eso me hace sentir como si realmente estuviera entrando a Hogwarts.

—Gracias, Hazel, es perfecto.

Entonces la abrazo y me despido. Este día no podría ir mejor.

Camino rápido, casi corriendo, hacia la biblioteca. Mi estómago se revuelve pensando en lo que dirá Joseph. Probablemente crea que soy una irresponsable por no haberle avisado y eso corte todas mis posibilidades de volver a trabajar allí.

Cuando llego lo veo en la recepción haciendo el registro de libros. Vaya, esto se siente como la primera vez. Inspiro hondo y me acerco. Cuando estoy allí sus ojos viajan a mí.

—Hola, Joseph. —él me mira inquisitivo—. Finalmente entré a la universidad y... Lo siento tanto, debí haberte avisado. De verdad, todo pasó tan rápido que lo olvidé por completo. Sé que soy lo peor, y es que has sido tan bueno... Yo realmente esperaba seguir trabajando aquí, pero si no me quieres más, lo entenderé. Realmente soy lo peor. ¿Te lo había dicho?

—¿Comenzarás a estudiar aquí? ¿Desde cuándo? —pregunta acomodándose los lentes.

—Hoy. —respondo sin poder evitar sonreír.

—¿En serio? ¡Felicidades, Paige! ¿Pudiste optar por la beca? —su reacción no me la esperaba. Joseph se acerca a mí y me da un abrazo.

—Algo así... —respondo vagamente—. Realmente espero poder seguir trabajando aquí.

RêvasserieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora