Capítulo 16

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Hazel

—...Entonces, creo que es lo mejor que tenemos ahora. —escucho la voz de Bobby mientras continúo limpiando la misma mesa que hace quince minutos—... ¡Hazel!

Doy un respingo cuando él alza la voz, aunque no soy la única que lo hace, mucho de los clientes lo miran de mala forma. Es más, una de ellas se levanta lanzando cuchillos filosos hacia el chico. A Melissa no le gustará eso.

—¿A caso no estás escuchándome? —me recrimina poniendo sus sucias manos en mi mesa recién lustrada.

—Bobby. —le advierto mirando sus manos.

—Hazel. —me imita él. Bufa de mala gana y las saca, no sin antes restregarlas por la mesa—. Te he estado hablando toda la mañana, pero pareces ida.

Oh, no. Eso sí que no. No puedo permitir que Bobby dude.

—Lo siento, es que... no dormí bien anoche y pues me siento cansada. —contesto con rapidez.

—¿Con los ojos bien abiertos? —pregunta incrédulo—. Porque pareces bien despierta para mí, solo que no aquí conmigo.

Demonios.

—Duermo con los ojos abiertos.

¿Qué?

—¿Qué? —pregunta Bobby imitando a mi voz interna.

—Cuando estoy muy cansada duermo con los ojos abiertos. —continúo con la excusa más estúpida del mundo.

Bobby hace una expresión rara, de disgusto. No puedo dejar que sospeche.

—¿Has estado durmiendo todo este rato? —insiste a lo que asiento apenada—. ¡Eso es asombroso!

Frunzo el ceño. ¿Lo es?

—Digo, no es genial que duermas en el trabajo, aún soy tu supervisor, Hazel. —me recrimina con aires de superioridad para luego volver a mí con una sonrisa—. Jamás he conocido a alguien que pueda hacer eso. Es que no sabes lo afortunada que eres ¡Puedes usarlo a tu favor!

Oh, vamos, Bobby.

—¿Por qué estás cansada de todos modos? —continua mientras lo sigo de vuelta al mesón.

—Dormí poco. —insisto. Cosa que no es para nada una mentira, aunque puede serlo si hablamos de que no dormí. Los ojos de Bobby me piden más—. Estaba nerviosa... Hoy entro a la universidad.

Su rostro se desfigura. Demonios, no. ¿Me descubrió? ¿Sabe que le estoy mintiendo?

—Hazel Flemming. —dice con aparente enfado. Aquí vamos—. ¿Hoy entras a la universidad y no me habías dicho nada? Me siento menospreciado ¡Pensé que éramos amigos!

—¡Y lo somos!

¿Qué clase de giro raro es este?

—No me cuentas nada y yo he puesto mi trabajo en peligro por ti. —dramatiza.

—Tienes razón, toda la razón. Es que no soy muy... comunicativa.

Ni te imaginas, Bobby.

Él me mira con cara de pocos amigos. Intento expresar con mis facciones lo mejor que puedo. No quiero generar desconfianza. No puedo permitirme parecer misteriosa o que oculto algo, aunque demonios que lo hago.

—¡Debes contarme todo! —exclama atrayéndome hacia él—. Oh, Hazel, que envidia. Volvería a la universidad solo a encontrar un chico ardiente.

—¿Por qué no lo haces? —pregunto interesada por desviar el tema. Esto hará que olvide todo lo anterior.

RêvasserieWhere stories live. Discover now