Capítulo 27

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 «Creo que ya vi esta película antes y no me gustó el final »
Exile - Taylor Swift

Paige

Siento a Hazel llegar, pero no me acerco a su habitación. Probablemente aún tiene las emociones a flor de piel y no me entendería. Necesita tiempo.

Nunca pensé que las consecuencias a querer ver a Grace sería que Brent apareciera y, aunque no me arrepiento, entiendo que eso haya hecho que Hazel se sintiera sacudida. Sé que eso, con seguridad, debe asustarla, pero creo que es algo bueno. Quizá Brent pueda ayudar a Hazel a entender la importancia de hablar de ese día y poder superarlo. Si él no es capaz de hacerlo, entonces ya nadie podrá.

—Buenos días. —saluda la profesora que acaba de entrar. Apenas puedo mantener la mirada o sentirme emocionada como lo haría usualmente—. Para esta clase haremos un proyecto en parejas...

No escucho lo que dice a continuación y comienzo a buscar con la mirada a Frankie. Compartimos la mayoría de las clases, así que debería estar sentada por aquí, pero no logro verla. Podría ser que llegue tarde, quizá debería esperar un poco.

—Van a elegir a un personaje, puede ser de cualquier tipo, van a describir su personalidad y lo van a analizar de acuerdo a la psicología social. Es decir, van a poder comprender cómo la sociedad puede influir en la modulación de la personalidad de una persona.

Es irónico que lo diga, porque antes habría discrepado, pero ahora no estoy tan segura.

La puerta se abre y la señorita Brown mira hacia allá. Espero que sea Frankie, así todo esto sería más llevable. Me pone triste sentirme de esa manera en cuanto a la clase, porque de no ser por mi pelea con Hazel estaría feliz.

—Ha llegado tarde. —avisa la señorita Brown como si no fuera algo de conocimiento público—. Estamos preparando un proyecto en parejas. Si no queda nadie solo tendrá que hacerlo por su cuenta. ¿A alguien le falta pareja? —finaliza mirando hacia el salón.

Demonios, Frankie. Miro hacia todos lados y nadie levanta la mano. Maldición. Tímidamente levanto la mía.

—Bien. —dice finalmente—. La señorita Abramson será su compañera de proyecto.

En otro momento me emocionaría que recuerde mi apellido, pero comienzo a pensar que nada de lo que suceda pueda hacerme reaccionar realmente.

Entonces sucede algo que hace que me reacomode y me apoye con fuerza al respaldo de la silla. El chico con heretocromía comienza a caminar hacia el puesto que una niña acaba de desocupar para estar más cerca de su pareja. Me estremezco con la idea de que recuerde ese día o a mí.

Bien, si somos lógicos, no debería recordarlo. Estaba tan borracho que sería un milagro que recordara siquiera haberse metido a la piscina por un chapuzón.

Cuando sus ojos me encuentran no veo nada diferente en ellos. Es más, la mirada solo la mantiene por milisegundos antes de dejarse caer en la silla contigua a la mía. No se acuerda.

Tomamos nota de los requisitos del proyecto y luego, a minutos de finalizar la clase, la señorita Brown nos da un tiempo para ponernos de acuerdo con nuestras parejas.

—Bien. —digo rompiendo el hielo. Desearía no tener que entablar conversación con él jamás, pero no dejaré que eso me impida tener una buena calificación—. ¿Cómo lo haremos?

Sus ojos se levantan de lo que sea que garabatea en su cuaderno y me miran. Se ve tan ajeno a todo, como si nada de su alrededor le afectara. Que chico más raro.

—Nos dividiremos y la juntaremos. Listo.

Cierra su cuaderno para comenzar a levantarse al momento en que ya podemos retirarnos, pero no se lo permito.

RêvasserieWhere stories live. Discover now