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[recuerdo]

[capítulo 10 - 11 / Lemon]

La fiesta era todo un éxito. Afortunadamente no hubo preocupaciones extra que pudieran afectar a los preparativos e intervenir en la convivencia que resaltaba como parte esencial del acontecimiento principal. Y es que uno de los objetivos primarios conllevaba formar un ambiente ameno que garantizara el flujo correcto de la relación. La hospitalidad bastó para obtener un buen recibimiento mutuo. Así, tanto una empresa como otra consiguió destacar parte de su carácter en maneras distintas. Los extranjeros dándole buena cara a las atenciones locales. Y éstos, a su vez, proporcionándoles el sitio correcto para saberse bien recibidos y amablemente atendidos.

Avanzada la noche no hubo gran tensión por las cuestiones del banquete o las bebidas proporcionadas para la convivencia. En cuanto la parte más estricta de la reunión sucedió entre pláticas ejecutivas e interacciones de negocio el momento de relajación y soltura tomaron sitio. Algunos cedieron a las ganas de familiarizarse con los que venían de esa otra cultura o también a abordar temas triviales que no estuviesen del todo ligados con la cuestión principal que los tenía concentrados en un mismo terreno.

Pero hubo otros que se dieron un descanso altamente inevitable para procesar las noticias. Así, apartado del ruido que provenía de la celebración al interior del elegante salón de fiestas, cierto individuo tomaba el aire mientras sus ojos se perdían en la inmensidad de la ciudad que tenía a sus pies. Dada la altura del edificio escogido para el encuentro no había preocupaciones extra como los ruidos de los automóviles o de la ciudad en sí. Por ello, la vista fácilmente robaba la atención de todo aquel que se entregara a su seductor panorama en horas como aquellas. La mezcla de luces y oscuridad sabían hacer de las suyas para hipnotizar y absorber la atención de cualquiera.

Tal cuestión fue la que envolvió al empresario quien, sosteniendo una copa de vino entre sus dedos y con la otra mano metida sobre el bolso de su pantalón, dejó que sus ojos intentaran recorrer más allá del horizonte como si con ello adquiriera la capacidad de captar los inicios de un continente que esperaba a por él. Lejos, tan lejos, pero no por eso menos emocionante. La verdad es que, desde que el rumor se esparció por su departamento de trabajo, el hundimiento en su estómago lo atrapó y le hizo encogerse de ideas y pequeños temores que a veces se disipaban por la emoción, pero volvían cuando menos lo esperaba. A forma de dudas, de acusaciones o de simples reproches que le costaba controlar a pesar de intentar darle una cara positiva a las buenas nuevas.

El movimiento giratorio que hizo sobre su vaso provocó que el líquido oscuro coloreara por unos segundos el cristal. Con esos contoneos pequeños se fue acercando la copa a los labios para dar un trago suave. Su vaso estaba prácticamente lleno.

Por fuera, todo él reflejaba una serenidad inaudita, aunque, por dentro, algo estaba convulsionando con una intensidad que casi le llevaba a perder la cordura para ponerse a saltar y gritar a vivía voz por todo el lugar. Controlarse era cada vez más difícil.

Sin mirar por detrás supo que alguien se acercaba seguramente para entablar conversación ya que era el único apartado de la gran fiesta que escondían esos balcones por donde consiguió proporcionarse un instante para pensar más claramente.

Lo que inició como un simple proyecto ahora tenía más peso en su vida. Se volvía realidad. No se sentía del todo preparado, pero decir que tampoco quería era simplemente una tontería. Lo deseaba con fuerza. Lo anhelaba con tal intensidad que ni el mismo conseguiría describir los alcances de su entusiasmo.

—No pareces contento por el contrato —.

El hombre de conflictos internos cedió a relajar sus hombros un segundo. De no ser porque tenía un acompañante seguramente jamás habría notado que su ceño se fruncía agresivamente al mirar el panorama y sus extremidades se tensaban como si estuviera próximo a arrojarse por el vacío o a ponerse a correr hasta llegara a la meta deseada. ¿Cuál era? No lo sabía exactamente. Pero ahí se encontraba. Sonriéndole y seduciéndolo más intensamente que en el pasado.

Strawberry [EunHae]Where stories live. Discover now