Strawberry [EunHae]

25.

La metamorfosis de prismas y tinturas en el ambiente fue una constante gracias a que el taxi cruzaba la ciudad infiltrándose por rincones que a veces tenían más irradiación y luego se extinguían para dejarlos momentáneamente a oscuras. La sensualidad de cada fricción por mínima que fuese casi se saturaba en las paredes del transporte que usaba la pareja para marcharse a casa. Pero siempre había de por medio cierto límite que aflojaba toda posible tensión amorosa que quisiera proyectarse por cada que ellos se volteaban a mirar o cuando estrujaban más el aferre de sus dedos enlazados.

¿Cuáles son los vocablos apropiados para definir el estado de ánimo actual? Se relamía cierta chispa de galanteo que durante buen tiempo se mantuvo apagada y escondida por temor a los posibles rechazos. Unos cuantos gramos de adrenalina volaban por las esquinas del automóvil en movimiento que de súbito se sosegaban para impedir que los presentes detonaran de repente. Y, lo más impactante, la esencia de la modestia revoltosa no podía faltar en sus interacciones.

Es decir, como si ellos no se hubiesen confesado minutos atrás y no se hubiesen devorado la boca en pleno aeropuerto a sabiendas de que los espectadores de su protagonismo serían bastantes. El iris de ambos sujetos exhibía un brillo peculiar por cada que se buscaban en la intermitencia de luces dentro del taxi. Cada que uno volteaba el otro correspondía analizándole de igual manera. Los dos conscientes y bien al tanto de las acciones ajenas. Concediéndose ese jugoso entremés que les orillaba a desencadenar emociones y sensaciones nunca antes vistas.

Porque, por un lado, querían volver a besarse hasta que sus labios sangraran.

Por otro, la vergüenza y el nerviosismo de dos adolescentes les ganaba para terminar riendo torpemente a mitad de una mirada que simbolizaba el puente de un anhelo rebosante, intenso y caótico.

En esos instantes ellos lo estaban sintiendo todo. Emociones exquisitas que viajaban por sus respectivos cuerpos. Sensaciones novedosas que los ponían a temblar. Recuerdos vagos que los volvían nostálgicos ante la idea de que las cosas volvían a su sitio.

Aunque decir que ellos estaban aferrados al pasado es un tanto incorrecto. Si bien el regreso de su amor tenía un determinado valor dada la extensa espera para que ese momento surgiera después de cinco años, no tiene nada qué ver con un anhelo reprimido por obtener lo mismo que en aquellas épocas de Épsilon. Para ambos la segunda oportunidad estaba construida de algo tan diferente que fácil podría ser catalogado como un "nuevo noviazgo"; distinto de cuando eran universitarios.

Simplemente las etapas no coincidían. Y con ello iba relacionado el cambio de pensamiento, personalidad, costumbre, metas, objetivos, límites y muchas otras cosas en torno a las cuales se forjaría desde entonces una relación que pintaba para estar repleta de aciertos y progreso.

No es que consideraran mala o terrible su relación del pasado. Pero era distinta. Tan ajena que para ellos figuraba esa idea de que empezaban casi de cero. Se conocían, por supuesto. Se extrañaban de antes, claro que sí. No obstante, había frente a ambos un camino extenso por recorrer ahora que formaban parte de la vida adulta.

Y la verdad eso los emocionaba bastante.

Hyukjae, por ejemplo, empezó a hundirse en fantasías que sin querer tuvo reprimidas desde hace buen tiempo. La posibilidad de llevar su enamoramiento a un desglose más íntimo y comprometido le excitaba al grado de tener que tomar varias aspiraciones para controlarse. Pero, la verdad, era difícil ahora que Hae se mostraba tan abierto y directo en sus sentimientos. Entonces, pensar en compartir una vida juntos ya no le parecía tan disparatado y utópico como lo creyó antes. Sin embargo, todo a su debido tiempo.

Por ahora saborearía con la impresión de un niño que prueba su primer caramelo aquellas reacciones dulces y espontáneas de un DongHae que se veía repleto de frescura y de vida. Deseoso de ser y existir.