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Lo primero que Hyukjae hizo olvidándose de que todavía necesitaba tomar sus precauciones dada la condición de su mano que se encontraba en un proceso de larga recuperación fue correr para levantar a Lee DongHae del suelo con dos vueltas al aire que, para su suerte, provocaron un estallamiento de risas mientras Hae le rodeaba el cuello por completo. La conexión inmediata y natural de sus cuerpos trajo además el impulso automático donde, al separarse de su estrecho abrazo, buscaron besarse en un choque húmedo y repleto de calor.

La cadera de DongHae fue liberada por fin de los brazos ansioso de Hyukjae sólo para colarse rumbo a sus mejillas. Sitio en el que encontró comodidad total al trazar líneas que descendían por sus pómulos que con un desliz semicircular abarcaba el inicio de sus orejas.

A DongHae le encantaba ser acariciado. Hyukjae amaba tocarlo siempre que la oportunidad se le presentara. Era cosa de ceder para que la complementación de sus estados funcionara como era debido. En todo ello, cabe aclarar, no dejaron de besarse. Lo único que los interrumpía en la intermitencia de sus chasquidos era las risas juguetonas y guturales de un Hae que se encontró caminando en reversa sin saber a dónde planeaba llevarlo Hyuk o si se daba cuenta al menos de que ambos retrocedían en respuesta a sus enérgicos modos.

—¿Puedo saber qué es todo esto?

—Una sorpresa para mi Gatito —explicó Hae cuando finalmente se le concedió hablar.

A Hyuk no le costaba ni le pesaba seguir interrumpiéndolo con besos que se esparcían por sus labios y las mejillas, sin embargo, también ansiaba concederse el placer de la visualización. Lo mucho que echó de menos enfocar el rostro de su bebito estaba muy por encima del alcance humano. Creía perder la razón al estar lejos de él. Sobre todo, ahora que las cosas se iban ajustando para otorgarle el comienzo de una vida con la que soñó por muchísimo tiempo.

Hyuk pensaba que su autocontrol andaba en la mierda. Y es que sucede que, cuando acababa de regresar a Corea, el panorama que medía su deplorable situación con respecto a Hae era lo que le concedía establecer un límite repleto de prudencia en el que siempre fue su prioridad no asustar o intimidar al castañito. Pero ahora que sentía y sabía que Hae le daba rienda suelta a todo lo que creía imposible algo en él se activaba de manera que comenzaba a olvidarse de mantenerse a raya. Bastaba con tener a Hae cerca de su alcance para transformarse en un imán que no se sentía en paz sino hasta que volvía a su principal centro de atracción.

—Mierda... —dijo Hyukjae con una risa ronca y profunda que martilló el estómago de Lee DongHae—. Creí que la casa se incendiaba —confesó carcajeando por su deliberada conclusión. Aunque muy prudente, por otro lado. Pensando que sus sobrinos estaban prácticamente solos en casa cualquier situación sonaba razonable en lugar de extrema.

El alivio por fin llegaba al cuerpo del pelinegro. De hecho, éste apareció sólo con la perspectiva de aquel castañito quien, por cierto, lo dejó seco de impresión por lo precioso que se veía en esos momentos.

Cabellos sueltos como acostumbraba a usarlos al dormir o salir de la ducha. Una camisa blanca de seda deliciosa que por momentos se le pegaba al cuerpo revelando ciertas zonas de su anatomía concediéndole, ¡por la santísima e inmaculada mierda!, el aspecto ideal para que a Hyuk se le escurriera la baba por un costado. Los pantalones negros y holgados que curiosamente veían el único punto de rigidez al ceñirse en su cintura; delineando bien ese lugar donde Hyuk acostumbraba a posar sus manos al momento de abrazarlo. Invitándolo a sujetarle las curvas y apretarlo por ahí cada que deseaba acercarlo a su cuerpo.

Es decir, todo el maldito tiempo.

Una vez más escuchó que Hae reía para su deleite dado el rumbo que Hyuk no se resistió a tomar entre sus besos. Pasando por la línea de su mandíbula y bajando para aprovechar la desnudez de su cuello. Agradeciendo al puto cielo que Hae optara por la abertura de su camiseta en los primeros botones.

Strawberry [EunHae]Where stories live. Discover now