62. Little spider

440 47 5
                                    

Parecía que el universo y el estaban de acuerdo en una cosa, hoy era el peor día de su vida.

Luego de comer esperaba que el clima en verdad iba a mejorar pero para su buena suerte había empeorado. Además de la lluvia y los truenos se había sumado un fuerte viento, provocando que afuera hubiera un caos mayor del que ya tenían.

Volvieron a comunicarse con todos y las cosas parecían ir bien para los demás.

Nieves estaba con Luzu y las chicas por lo que habían decidido en que se quedarían ahí hasta mañana, aún si el clima mejoraba aprovecharian ese día para pasarla juntas.

Auron estaba en el pueblo con Monica y Dulce, asi que era el encargado de ver que nadie en el pueblo saliera herido mientras seguía la tormenta.

Alex y Fargan estaban en casa del menor, este disfrutando su día de descanso y Fargan estaba cerca cuando la tormenta cayó.

Por último Willy se encontraba en su hogar con Kristina, por lo que todos esperarían en sus respectivos lugares a que la tormenta termine.

Sin embargo viendo que la lluvia seguía con la misma intensidad eso significaba una cosa, pasar la noche en casa de Vegetta.

-No creo que sea necesario -expresó el de ojos verdes siguiendo al dueño de la casa hasta su habitación- que seguro esto para en una o dos horas.

-No te preocupes,  que esto dejamelo a mi, que preparar la habitación para que puedas descansar tranquilo lo hago en un momento.

-Aun es muy temprano, podemos esperar.

-Doblas, son casi las ocho de la noche y dudo que vaya a parar de la nada -explicó- es mejor tener la habitación lista para más tarde de todas formas.

Rubius sabía que tenía razón, pero quería evitarlo a toda costa, ya había tenido suficiente por hoy y sus planes nunca habían sido quedarse todo el día en casa del chico que le ponía nervioso con solo dirigirse la mirada.

Siguió al chico escaleras arriba hasta llegar a la que era su habitación, abrió la puerta con el reconocimiento ocular para que pudieran entrar, Rubius inspeccionó la habitación, esta siendo igual que todas las demás de la casa; tan bien arreglada y perfectamente decorada.

-Creo que tengo todo lo necesario aquí para que pases bien la noche, puedes tomar lo que quieras del cajon de las pijamas -dijo, señalando la comoda que estaba frente a su cama- solo déjame sacar una almohada y una frazada para mi.

-¿Porqué? -preguntó confundido viéndole sacar eso del armario.

-Hombre, el sofá es cómodo pero con este clima voy a necesitar algo con lo que cubrirme -contestó con obviedad.

-Oh, si -dijo sintiéndose tonto un instante.

El mayor no entendía porque había reaccionado de esa forma al principio, luego entendió tod al verle tan nervioso de repente, eso le causó gracia y algo de ternura.

-Aunque, mi habitación es más acogedora -comenzó diciendo, acercándose al chico- tal vez sea mejor si dormimos juntos, ¿No?

Rubius le miró con las mejillas sonrojadas, no sabiendo como negarse, no es que quisiera que eso pasara pero con todo lo que ya había vivido era obvio que el chico conseguiría lo que quiera al tener mucha influencia en él.

-Que es broma chaval -dijo riendo al verle titubear- déjame bajar esto, voy a prepararme un baño y luego de eso vuelvo para poner tu reconocimiento en la puerta, así puedes entrar y salir sin esperar a que yo este, ¿Vale?.

El contrario asintió, recibiendo una sonrisa del dueño de la casa, viéndole dirigirse a la puerta para bajar a la sala de estar, una vez el chico salió Rubius pudo suspirar para calmar sus nervios.

No podía ser más tonto.

Él mismo causaba las cosas que no quería que sucedieran, pero ya poco le importaba, lo único que le quedaba era relajarse una buena vez.

Se acercó al mueble que le había indicado con anterioridad Vegetta para tomar un pantalón de pijama y una playera de manga larga para usar. Normalmente dormía sin nada más un pantalón pero no podía tomar esas libertades en casa ajena.

Comenzó quitándose todo lo que traía puesto para poder ver como estaban sus heridas que había descubierto que tenía cuando habia tomado una ducha en el espejo de la habitación.
Se veían enrojecidas pero poco más, no habían sido tan llamativas y dolorosas como la de sus muñecas por lo que esperaba que con un par de días más se borraran por sí solas.

-Joder, aun puedes lastimarme sin tocarme...

Sabía que más que la culpa de Mangel era suya; el y su tonto encaprichamiento, pero esos sentimientos si los causaba el de lentes, haciendo que él como tonto enamorado hiciera cosas tan absurdas, tan dañinas incluso para si mismo.
Odiaba con todas sus fuerzas ese sentimento que le causaba y sabia que esas heridas le recordarían hasta el último de sus días lo mucho que lo había llegado a amar y como el odio que le tenía había causado eso.

Pero eso había terminado, Mangel ya no estaba y no volvería hasta dentro de medio año. Debía olvidar para sanarse a sí mismo.

Sus tontos pensamientos le habían distraído de su misión principal por lo que sacudiendo su cabeza para disipar esos pensamientos tomó el pantalón de pijama que había tomado.

Sin embargo, al hacerlo una pequeña araña salía despavorida intentando esconderse de él, teniendole miedo.

Aunque no más del que el humano le tenía en esos momentos.

Un grito de miedo se dejó escuchar junto con un par de maldiciones en lo que se dirigía lo mas lejos que podia del arácnido, maldiciendo a Vegetta al no haberle dado el acceso antes de irse y dejándolo encerrado con el maldito demonio de ocho patas que ahora se dirigía hacia donde el estaba, haciéndole correr una vez más hacia la cama.

-¡¿Rubius, estas bien?! -gritó Vegetta desde las escaleras, dirigiéndose a la habitación.

Al llegar a la puerta y abrirla no esperaba encontrarse con una escena tan bizzara y bastante cómica.

Frente a él estaba su compañero semidesnudo intentando pegarse lo más que podía a la pared detrás suyo, apuntando y maldiciendo un punto del suelo de la habitación, no entendía lo que estaba pasando hasta que otro grito salió de la garganta del ojiverde, viendo por fin a la pequeña araña que se había subido sobre la cama.

-¡Joder, que haces ahí parado, haz algo!

Vegetta no sabía que hacer en realidad, era una pequeña araña que seguramente no les haría daño, sin embargo sabía que Rubius no podría estar tranquilo si el arácnido seguía vivo por la casa.
Así que una vez que la araña bajo al piso no tuvo más remedio que pisarla, logrando así calmar al contrario.

-¿Puedo preguntar que cojones acaba de pasar? -preguntó viendo al contrario acercarse para ver qué en verdad estaba muerta.

-No se de donde apareció esa cosa -dijo viendo con cautela que la araña estaba muerta- joder, que me tenía manía, no me dejaria vivo. Era ella o yo.

-¿Vale? -dijo sin entender mucho- ¿Y por eso estas en pelotas o esa es tu forma favorita de dormir?

¿En pelotas? Oh mierda.

Fue entonces cuando su piel volvió a tener ese tono rojo que parecía ser suyo al recordar que estaba vistiendose antes de que apareciese el arácnido.
Rápidamente tomó el pantalón de nuevo y se lo puso torpemente antes de hacer cualquier otra cosa.

Nada más podía empeorar.

O eso creía él hasta hace apenas unos segundos, pues el universo era caprichoso y había decidido que hoy sería el peor día de su vida, trayendo ahora un rayo sumamente potente que hizo temblar los cristales de la casa y causando un apagón en cuanto otro más cayó sobre la casa.

•~~~~~~~•

Holiiii

No tengo mucho que decir ahora, así que nos vemos en el siguiente.

Espero hayan disfrutado el cap ^^

I H̶ᴀ̶ᴛ̶ᴇ̶ (ʟᴏᴠᴇ) ʏᴏᴜ || RᴜʙᴇɢᴇᴛᴛᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora